→ t w e n t y t w o

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→ Faith
— ¿Cuándo va a despertar Harry? – pregunté, ya cansada de estar en el hospital. Yo había despertado un par de horas después de que nos llevaran al lugar, pero Harry todavía no despertaba, ya llevaba cuatro horas en coma.

— Los médicos han dicho que hasta que no se elimine el alcohol de su cuerpo no se despertará.

— Tápale, si suda, eliminará el alcohol más rápido – sugerí desde la camilla.

— Ah claro... – Sandy se puso de pie y se acercó a la camilla de Harry, tapándole con la sábana y quitándose el abrigo para ponérselo a él por encima.

— Sandy, ¿qué pasó con tu padre? Antes de salir... – pregunté en voz baja. Ella se aseguró de que Harry estaba inconsciente todavía, antes de hablar.

— Solo le dije que salía de fiesta y empezó a recriminarme por usar un vestido tan provocativo y empezó a pegarme como siempre. Tengo algunos moratones en las piernas, por eso he tenido que ponerme el vestido largo.

— Sí, lo del vestido ya me lo he imaginado... Pero bueno, cuando salgamos de aquí iremos a mi casa a por el coche y pasamos por tu casa a por todas tus cosas.

— ¿Has hablado de esto con tu madre? – preguntó nerviosa, yo asentí con la cabeza – ¿Y qué te dijo?

— Que cuando fueras a mudarte, la avisáramos para que pudiera comprar una cama.

— ¿En serio? – preguntó sonriendo de una manera sincera, ya que sus ojos se iluminaron de una manera única.

— Claro que sí. Sabes que mientras no estés metiéndome la lengua en la garganta, mi madre te adora.

— ¿No le gustaría que estuviéramos juntas?

— Para nada. Quiere que tú estés con Harry. Y ya parecía que empezaba a aceptar a Michael, aunque le gustaba más Brad, porque no es el hijo de su socio.

— Pues va a estar contenta.

— Pues sí... pero yo no quiero volver con Bradley, Sandy.

— No pienses en ello. Sé que es una putada, pero realmente no puedes dejar que todo el mundo sepa lo nuestro. No todavía.

— Lo sé, lo entiendo. Entiendo que tengo que hacerlo. Tampoco es tan horrible, Bradley es un completo imbécil, pero solo tengo que ponerle límites. Al fin y al cabo... él es muy popular, y va a ayudarnos a mejorar la imagen después de lo de hoy.

— Me alegra que veas eso por ti misma... – sonrió la pelirroja, sentándose en mi camilla, a mi lado – vas a tener que maquillarte mucho... – susurró, pasando su mano por encima del moratón que había en mi mejilla izquierda.

— Sí... encima me duele al hablar. Es una mierda.

— Se te curará pronto – sonrió, acariciando mi pelo –. Yo te cuido.

— Gracias...

— Faith – irrumpió alguien, entrando en la habitación de golpe.

— ¡Michael, que se te ve todo el culo, idiota! – le chilló uno de sus amigos desde la puerta.

Michael se sonrojó y cerró la bata de hospital que llevaba, por detrás. Y me miró algo cohibido. Entonces se acercó un poco y miró hacia Sandy y luego hacia mí.

— ¿Podemos hablar? A solas... – Sandy arqueó una ceja.

— Yo no me voy, estoy cuidando de mi novio.

— Podemos hablar fuera...

Me levanté de la cama, aún algo mareada por el golpe, y salí junto a Michael de la habitación del hospital, bajo la mirada de repugnancia de Sandy. Yo, al contrario que Michael, iba vestida con mi ropa normal, el vestido que había usado para la fiesta, pero supuse que por las heridas que Michael tenía por todo el cuerpo, le habían tenido que quitar la ropa para que no se le pegara a causa de la sangre.

Unholy TrinityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora