→ s i x t y o n e

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Sandy
Salí del cuarto de baño, secando mi cabello con una toalla. Dylan estaba esperándome ahí. Le sonreí y él se acercó a mí. Acarició mi mejilla y se agachó a besar a mi frente. Bendito idiota, manipularle había sido tan fácil y rápido que casi ni me lo creía.

— ¿Cómo estás? – preguntó preocupado.

— Mejor – sonreí –. Muchas gracias por dejarme quedarme contigo, Dylan. Eres un sol.

— No es nada... Después de lo que te han hecho Harry y Faith, es lo mínimo que puedo hacer. ¿Tienes hambre? Podríamos ir a cenar.

— Sí, claro... Me parece bien.

— Es probable que Harry y Faith estén allá, ¿estás bien con eso?

— Sí, no te preocupes... Ahora que no estoy sola, es más fácil sobrellevarlo – sonreí, agarrando su mano.

— Es que no entiendo cómo te han hecho eso... eres tan buena, y tan dulce. Ese par son unos completos idiotas.

— No quiero ni pensar en ello... ahora te tengo a ti, eso es lo importante – murmuré, abrazándole con fuerza.

Dylan me abrazó de vuelta, dándome otro beso en la frente. Tras eso, nos preparamos para salir y fuimos hacia el buffet para cenar algo. Poco después de cruzar la puerta, ya teníamos varias miradas sobre nosotros. La más importante era la azulada mirada de Faith, que nos observaba con asombro, mientras Harry le hablaba sobre algo. Mientras avanzábamos por el pasillo, el chico dejó de hablarle a Faith, dándose cuenta de que ésta no le estaba escuchando, y se giró hacia nosotros. Al vernos a Dylan y a mí juntos, su ceño se frunció, y vi como tenía la intención de levantarse violentamente, pero Faith le agarró la muñeca para detenerle. Yo aguanté la sonrisa, sin poder evitar ver como Harry aún sentía algo. Malo o bueno, pero aún había algo ahí, sino se limitaría a ignorarme, pero él hervía casa vez que me veía. Y volver el odio en amor no era tan difícil. Y menos si tenía la ayuda de Michael y de Dylan.

Harry
Aunque apenas había comido, y Faith no había probado bocado, agarré su muñeca y me levanté bruscamente para ir hacia fuera. Una vez en la cubierta, me detuve y agarré las mejillas de Faith, acercándome a besarla. Pero ella se echó hacia atrás y me empujó.

— Faith, quiero besarte. Necesito besarte.

— No Harry... ¿¡Por qué te enfada tanto que Sandy se junte con Dylan!? ¿¡Todavía sientes algo por ella!?

— ¡Faith! ¿Qué coño hablas? ¿Estás oyendo la tontería que estás diciendo?

— No, ¿estás viendo tú lo que estás haciendo? ¡Si no te importara, ignorarías lo que hiciera! ¡Te portarías como si no existiera, y sin embargo estás ahí cien por cien atento a todo lo que hace! – exclamó con los ojos llorosos.

— Faith... no estoy atento a ella porque me interese. Estoy atento por si intenta seguir jodiéndonos. ¿No conoces a Sandy? Lo único que quiere es fastidiarnos, y no voy a dejar que lo haga, preciosa. Ahora estamos tú y yo, y no voy a dejar que siga metiéndose en nuestra vida, y sé que eso es lo único que va a intentar.

— No me engañes, Harry.

— No te engaño, Faith. Te quiero, ¿esta bien? – susurré, agarrando sus mejillas – Te quiero a ti y solo a ti, y no voy a dejar que Sandy vuelva a arrastrarnos a la espiral sin fondo en la que había vuelto nuestras vidas.

— Te quiero, Harry – pronunció insegura –. Lo siento mucho.

— ¿Puedo besarte ya? – pedí, casi rogándole por ello.

Unholy TrinityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora