→ t h i r t y t h r e e

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Faith
Sandy se sentó a mi lado, junto a Harry. Yo miré al chico, esperando que cumpliera su palabra y, si de verdad me quería como aclamaba hacerlo; dejara a la pelirroja. Luego me miró a mí, tragando con fuerza, y volvió a mirar a la pelirroja.

— Hola amor... ¿qué ha pasado? – susurró Sandy, pasando su brazo por encima de mis hombros.

— Harry tiene que decirte algo – dije, intentando mantener mi voz, para que no se quebrara.

— ¿Sí, bubú? – Sandy miró hacia Harry y le sonrió, él la miró por un momento. Vi como su frente empezaba a sudar levemente, y las venas de su cuello se marcaban de forma bastante visible por lo tensa que tenía su mandíbula.

— Eh... yo, bueno... He encontrado a Faith – dijo, después de una pausa.

— Sí... ya lo veo – arqueó una ceja –. ¿Eso era lo que querías decirme?

— Sí, eso es todo... – afirmó Harry, con un hilo de voz.

— E-está bien – Sandy le miró extrañada, y me miró a mí –. ¿Estás bien? ¿Qué ha pasado, Faith?

— Que todo es una mierda – murmuré, poniéndome de pie y quitando su brazo de encima de mis hombros –. Todos sois una mierda – gruñí enfadada –. ¡Estoy hasta los ovarios de todo el mundo! – chillé, queriendo desahogarme ya de una vez por todas – ¡Estoy harta de que todos me engañéis para obtener lo que queráis de mí! 

Me quité la chaqueta que llevaba, que era de Michael y la tiré al suelo. Entonces salí de la panadería y empecé a caminar sin ningún destino en concreto; simplemente quería alejarme de todo y de todos. No podía soportar todo aquello. Michael me engañaba, luego iba a mi casa en busca de consuelo en "la persona que más me quería del mundo" y la veía acostándose con otra chica, y por último Harry... diciendo que me quería, pero seguía sin ser capaz de dejar a Sandy. Ninguno de ellos me quería realmente. Nadie me quería realmente.

Sandy
— ¿Qué ha pasado aquí...? – murmuré cuando Faith salió, dejándonos solos a Harry y a mí.

— N-no lo sé... – balbuceó – voy a buscarla.

— No, Harry... creo que es mejor que la dejes sola. Está muy nerviosa, todo lo que le digas ahora se lo tomará mal. Es mejor esperar que se calme un poco, y así poder hablar con ella tranquilamente.

— ¡Pero Sandy, ¿no has visto cómo estaba?!

— Harry, hazme caso... he manejado a Faith en situaciones así, ella misma vendrá a buscarnos cuando lo necesite. 

— ¿Estás segura?

— Segurísima.

— Está bien... – asintió, en voz baja – Voy a ir a mi casa... si va para la suya, ¿me avisas?

— Claro, en cuanto aparezca.

Me levanté y salí de la panadería, despidiéndome de Anne, quién todavía esperaba fuera. Entonces, sonreí al ver como mi plan estaba surgiendo efecto. Michael, fuera. Harry, fuera. Ya solo me quedaba esperar a que Faith se calmara, y darle un par de mimos para que recordara lo mucho que me quería. Al llegar a casa de Faith, fui a su habitación para ver si ella estaba ahí, pero no lo estaba, así que me senté sobre su cama y me puse a enviar algunos mensajes a Hailey, por si volvíamos a vernos al día siguiente.

Cuando estaba quedándome dormida, escuché la puerta abriéndose. Miré hacia ahí, y vi a Faith entrando. Iba casi tiritando, ya que llevaba una camiseta de tirantes, y una falda algo corta. Me incorporé levemente, mientras ella se acercaba y se sentó a mi lado. Moví la manta para cubrirla y ella apoyó su cabeza en mi hombro.

Unholy TrinityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora