Capítulo 38 - "Amor y obsesión"

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Dedicado a la potra ídola grosa crack de Euge Fortunato, y a la no tan grosa pero si muy diva entrable cogible y/o garchable de Sofi Umpalumpa Martin de Serrano. Si pudiera casarme con ambas, lo haría, pero las putitas ya tienen dueños. Ay zi, Niqz y Lih. PELOTUDAS. Ah las bardeaba. En fin, las quiero demasiado, esperaron tanto este momento mis pequelas pichonas... :') que lo disfruten~

Tenía pensado hablar de la astrología.

Mi cabello se esparció livianamente por el colchón, dejando a mi cuerpo sobre el mismo, completamente destapado.

Pero creo que sería más adecuado hablar de las ciencias exactas.

Bajó su cabeza, apretando con fuerza mi cintura, como si quisiera impedir que me escape.

Sí, exacta. No pueden haber dos teorías diferentes de una sola cosa.

Pero mi pregunta era; ¿hacia dónde? Sólo necesitaba estar con él, ahí, en esa habitación, nada más. ¿Acaso así se sentía más apropiado de mí?

Pero pueden haber dos cosas que se parezcan a una misma teoría. No obstante, iguales... no son.

Esto era algo típico de él, hundir sus manos en mi piel, haciéndose parte de ella.

Amor y obsesión. Dos estupidecez llamadas sentimientos.

Me hacia saber quién era mi dueño. Él.

Ambas con particularidades parecidas.

Comenzaba a dejar besos por la zona de mi ante última costilla, bajando lentamente sus manos, casi tallando mi cuerpo sólo con su tacto, hasta llegar a mis caderas.

Pero al mismo tiempo con características bastante opuestas.

Su boca estremecía todo mi cuerpo a su paso, provocando que mi boca suelte una exaltada respiración acompañada de ligeros sonidos.

Algunos confunden potencia con raíz.

Cada vez bajaba más, poniendo mi piel de gallina con los roses de su mano ya llegando a mi pierna.

Qué estúpidos, pero es real. A veces los nombres, los símbolos y números se entreveran.

Daba masajes circulares en mi muslo mientras, con su lengua, ya contraía los músculos de mi abdomen bajo.

A veces confundimos amor con obsesión. Pero... ¿Qué pasaría si confundiéramos obseción con amor?

Avanzó con su cuerpo hasta quedar encima mío, con mis extensas piernas bajo él.

Todos piensan que es de imbécil confundir amor con algo que sólo obsesiona hasta el punto de pensar eso.

Se arrimó a mi cuello, prácticamente tirándose arriba mío, avanzando y retrocediendo con todo su cuerpo, una y otra vez, succionando mi piel y dejando marcas, haciendo que su bulto ya erecto choque bruscamente con mi vulva.

Pero es más de imbécil confundir obsesión con un sentimiento muchísimo más fuerte.

No había realizado nada aún, y a la vez ya estaba todo hecho.

Historia de dos corazones.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora