Capítulo 19 "Nunca te alejés de mí"

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Dedicado a Anto Rodriguez~

Quedé en un absoluto estado de perplejidad. Sentía demasiada impotencia, estaba débil y no podía pararme, no quería pararme ¿por qué debería pararme?

Intenté aclarar una enorme confusión, pero lo único que generé fue una situación de agobio y desesperación, en la cual yo era la presa desprotegida. No puedo sacar esas imágenes de mi cabeza, y si lo logro automáticamente se involucra el tema de que para todos soy una fácil, una ramera, una trepadora. Sin descartar el hecho de que mi mejor amiga piensa igual; la decepcioné enormemente por algo que ni hice, pero por alguna razón ella piensa que es así.

¿Para qué podría pararme?

Una situación detrás de la otra, que me dejan en un pasillo oscuro con demasiadas puertas para abrir.

El problema está en que sé que cualquiera de esas puertas que abra, van a ser vacío. Voy a caer otra vez, y de nuevo me voy a lastimar. Tengo temor a decidirme por una opción.

¿Con qué fin lo haría?

Pareceré exagerada y tal vez dramática, pero yo sólo soy realista. No sabía qué hacer, ni para qué hacerlo, mucho menos por qué hacerlo. Aunque, debería. Debería saber por qué hacerlo.

Debería saberlo, porque entiendo perfectamente que detrás de todo lo que pase o deje de pasar siempre hay algo que aliviana las cosas. Pero en ese momento yo sólo quería llorar, estar sola, y desahogarme. ¿Cómo se me podía pasar por la cabeza para qué debería ponerme de pie?

Simplemente no pensé, ni avancé. Yo sólo retrocedí para acallar mis miedos, y luego, de un suspiro, me destruí. Quería quedarme así llorando todo el maldito día, pero sabía que podrían verme. Así que decidí hacer lo que me había propuesto a realizar hace unos minutos antes; ir al jardín para estar sola. Pero ahora, con más motivos, con más carga en mi espalda, con más presión en mi pecho.

Sosteniéndome de la pared, iba levantándome. No porque había comprendido, sino porque había encontrado una solución más rápida y eficiente para poder hacer aunque sea algo conmigo misma y así llevar a cavo el fallado intento de resolución de los problemas.

Sin sentido.

Cuando llegué al lugar, la soledad me quebró. Simple razón; me sentí más sola. ¿No es lo que quería? ¿Estar aislada? ¿Sentir los gritos del silencio?

No, definitivamente no. Yo no quería esto. Yo quería encontrarme A MÍ en la soledad, pero ahora descubro que estoy vacía, al igual que el interior de las puertas. ¿Cómo puedo curar un dolor resultado de la caradurez de los demás sin siquiera poder saber qué es lo que pienso? Lo único que logré fue deprimirme a más no poder, y llorar, seguir llorando, a ver si así, de una forma u otra, por lo menos me libraba de la ira y la bronca.

Tristeza, remordimiento, bronca, culpa, ganas de de desvanecerme, indecisión, angustía, poquedad, confusión, y esos horribles flashes que terminaban de opacar lo poco de esperanza que me quedaba.

No quería estar con él, ¿por qué me obligó?

No merecía todos esos insultos, ¿por qué lo hicieron?

No soy nada de lo que inventaron sobre mí, ¿por qué lo dijeron?

¿Por qué Candela me odia?

Nunca traicionaría de esa manera a mi amiga, ¿por qué ella lo creyó? ¿No confía en mí?

¿Y si en serio el novio la dejó por mí?

¿Y si en serio Candela ama a Leandro y lo alejé de ella?

Historia de dos corazones.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora