Capítulo 8 - "amigos"

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Dedicado a Kimberly Baez~

Hay una pequeña diferencia entre amar y dejarte ser amado. Las personas normales dejan ser amadas para así por fin aprender a amar, aman cuando descubren que el otro también les puede brindar eso que ellos mismos quieren dar.

Giró su cabeza hacia su derecha y con cada milímetro que avanzaba mi estómago se revolucionaba más y más.

Otros aman, pero no se permiten ser amados por el otro, o hacen como si no quisieran ser amados, o mienten que no les importa. Todo para ocultar que, en realidad, sí necesitan ese amor. Y por Dios, cuánto lo necesitan...

Cerré los ojos y sentí como sus carnosos labios rozaban apenas la comisura de los míos, para terminar acabando sobre mi mejilla. Abrí mi boca para dejar salir un leve suspiro con el cual indicaría que sí, tal vez sí esperaba otra cosa. Pero sólo con eso ya volaba hasta el más alto de los cielos.

Julián: te quiero mucho, Ori -susurró al lado de mi oído-

También hay de los que aman sin sentirlo, así como también existen de los que lo sienten sin demostrarlo.

Yo: yo... Yo también te quiero. Pero...

Amar y ser amado es lo más hermoso y patético que te puede pasar. Pero... ¿Qué pasaría si amaras sin que el otro te ame?

Julián: amigos, ¿sí? Va a ser lo mejor.

¿O si el otro te amara sin que vos lo amés a él?

Yo: por supuesto -e imité una sonrisa- Lo mejor...

¿Qué sucede si hace como si no sintiera nada, pero en realidad en su interior su corazón afirmaría algo absolutamente contradictorio?

Julián: quiero que las cosas estén bien. Pensalo por favor.

Yo: lo voy a hacer.

Pero en sí, ¿por qué cuestionás vos misma todo esto si imitás su acción?

Julián: nos vemos.

Dejar que camine.

Yo: adiós -pronuncié, y él se alejó-

Ver como va desapareciendo del camino y no frenarlo, no decirle "¡hey! Estoy aquí y me importás".

Quedé entre cinco y ocho segundos en un estado de shock, no lograba procesar lo que había pasado en ese abrir y cerrar de ojos.

Amar y no decirlo y que el otro ame y tampoco lo diga es peor que amar sin ser amado o en viceversa, creanme.

Caí en la realidad, dejé a mi peso monótono en mis pies, pero aún así no pude. Mis rodillas se flexionaron y no pude, caí al piso, sentándome en el cordón y tapando mi rostro con mis manos.

Pero... ¿Y si en realidad no sabés si es amor?

Era todo tan estúpidamente horrible.

Después de todo, ¿cómo vas a lograr descifrar si lo que sentís es mismo que hace años atrás? ¿Cómo vas a poder asimilar algo que querías negar tanto? ¡¿Cómo mierda lograrías decir, "sí, estoy enamorada" si la última vez que lo aceptaste terminaste odiándote a vos misma?!

¿Cómo vas a hacerlo si aún hasta este momento seguís sintiendo una bronca profunda por lo que fuiste y sos?

Las lágrimas salían y mi boca se abría para dejar escapar quejas. Maldito mundo, sentí un motor acercarse y como lo supuse era el automóvil de mi papá. Estacionó, yo me paré.

Historia de dos corazones.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora