Capítulo 11 - "Me encantás"

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Dedicado a Malena A~

Hoy decidí centrarme. Sí, centrarme. Ya dejar de dar vueltas y definir lo que siento. Hablé sin saber y ahora quiero saber para callarme de una buena vez, pero a mi proceso lo interrumpen, mucho lo interrumpen.

Yo: Jenny andate, agradecé que no te maté, no estoy para aguantarte -dije secando la única lágrima que derramé, todo iba a estar bien. Hasta que...-

-No soy Jenny, ¿a mí tampoco me aguantás? -dijo, y una horrible presión se apoderó de mi pecho-

Yo: Julián por favor andate -dije como pude-

Julián: ¿segura no querés hablar?

Yo: no...

Julián: voy a pasar lo mismo -amenazó tranquilo al empujar la puerta-

Yo: ¡no! -lo frené, no podía ni verlo a la cara- En serio, ya está.

Julián: no, no está -presionó una vez más y logro abrirla, volteé y caminé hacia la pared-

¿Cómo puedo centrarme si lo tengo a él justo frente a mí? Me distrae aún más, me desquicia.

Yo: es fácil, mejor sigo haciendo de cuenta que te veo como un amigo y listo, tema solucionado, ya se me va a pasar, es algo transitorio.

Julián: Ori... -me sostuvo para que ya no le diera la espalda-

Yo: en serio, no hay drama. No importa, hacé de cuenta de que no escuchaste nada.

Julián: es que sí escuché.

Yo: ¡no! No escuchaste. Ori, amiga, Juli, amigo. Nosotros, amigos ¿entendés? Listo, me quedó claro desde el inicio, lo que pasa es que soy estúpida y...

Aunque... ¿No está ahí la idea? Exacto, tenés a la persona que hace efecto en vos y, el resultado, es lo que tenés que determinar justo ahora.

Julián: te juro que no puedo seguir fingiendo -susurró sosténiendome de la barbilla, mirando a mis ojos que amenazaban con ponerse cristalinos-

Me mira, ¿yo lo miro?. ¿Me clava esos ojos cafés que hacen que muera lentamente de la impotencia, o sólo pasan desapercibidos?

Yo: ¿cómo? -dije luego de parpadear como método de comprobación, ¿y si eran los fantasmas otra vez?-

Me habla, con su voz seductora y raspada, ¿qué le respondo? Y si lo hago; ¿cómo reacciono?

Julián: no puedo... Hacer de cuenta de que no pasa nada. Lo intenté, intenté convencerme de que es así. Pero ya ni siquiera me sale mentirte, linda -dio un paso hacia adelante-

¿Cómo reacciona mi cuerpo ante su actitud imponente? ¿Tiemblo? ¿Me derrito? ¡¿Lloro?!

Yo: ¿me estás diciendo que...

Julián: no puedo parar de mirarte, ya ni siquiera puedo disimular, por Dios -rodeó mi nuca con su grande mano, acariciando mi cabello y enredándolo entre sus dedos, definitivamente las mariposas volvían a resurgir-

Me toca, me acaricia. ¿Dejo que lo haga?, ¿lo hace con ternura o con deseo?

Yo: yo no lo habría imaginado ni en mil años.

Julián: porque estabas distraída, pero fui tan obvio... -acercó su cabeza y disfrutó de mi perfume exparcido por mi cabellera y cuello, sentí escalofríos, esos que hacía tanto imploraba- Fui tan obvio, mi vida -dejó besos allí-

Historia de dos corazones.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora