Lo piden, lo tienen. Capítulo dedicado especialmente a Sofi Martín y Euge Fortunato. Gracias por la inspiración de ayer, las amo. También, no tan especialmente, para Loli la feta Ingrassia y Karu Di Caro, las quiero mucho mucho❤ Espero los comentarios de todas e.e~
En pocos minutos ya estábamos allí, unos apartamentos un poco alejados del centro, no eran de tantos pisos y el color del ladrillo naranja ya estaba desgastado. Era un edificio de poco lujo, pero cómodo. Aunque al ingresar me di con que era mucho más de lo que aparentaba.
Yo: ¿seguro este es el departamento de tus tíos?
Julián: sí, ¿por? Son bastante chetitos, así como vos -elevé las cejas- joda joda.
Yo: ¿sabés que no?
Julián: no te preocupés, no te estoy llevando a un telo -aclaró riendo-
Yo: ¡sos un imbécil! -lo golpeé-
Julián: solamente decía, así no hayan males entendidos.
Yo: conociéndote, fue medio de más el comentario. No sé, cualquiera lo tomaría como sarcástico.
Julián: ¿qué estás insinuando, Sabatini? -me pegó contra la pared
Yo: que ya llegamos a tu piso, Serrano -avancé, cruzando la puerta del ascensor- Deberías considerar callarte a veces.
Julián: ¿te molestó lo que dije? -sacó las llaves-
Yo: ponele.
Julián: okay, voy a intentarlo -sonrió, y después giró el picaporte para abrir la puerta y así poder entrar al hogar-
Bastante bien decorado.
Yo: ah, posta que son chetos tus tíos.
Julián: así de bien sufro acá -y se tiró al sillón con los pies descalsos y la camisa con algunos botones desprendidos-
Yo: no seás desagradable.
Julián: ¿desagradable?
Yo: comportate, no estás solo.
Julián: ay, perdón -dijo con voz afeminada, y luego se sentó bien-
Yo: ¿en dónde puedo dejar mi mochila?
Julián: em... -tomó pie- a ver, dame -la tomó entre sus manos y comenzó a caminar- la podemos dejar en... ¡La puta madre!
Yo: ¿qué pasó? -me acerqué preocupada-
Julián: pisé... No sé, parece que tiraron... ¿Dulce de leche? -largué una carcajada-
Yo: eso te pasa por repugnante, ¡andá ya a ponerte algo en los pies!
Lanzó mi mochila a una mesa ratona y agachó sus brazos así quitar sus sucias medias.
Julián: que suerte la mía -se dirigió al lavadero para ponerlas a lavar, lo seguí-
Yo: si me hubieras hecho caso desde un principio...
Julián: bueno, perdón mamá, no se repite.
Yo: -reí- Sos un tarado.
Julián: hace un calor acá adentro.
Yo: ¿de qué calor me hablás? Estoy muriendo de frío -y froté mis brazos para tomar más temperatura-
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Historia de dos corazones.
Fiksi PenggemarOriana y Julián, un hermoso y trágico pasado, un confuso presente, y si el destino lo quiere un indeterminado futuro. ¿Qué pasó, qué pasa y que pasará? Se conocieron siendo adolescentes, rebeldes y contradictores, vivieron un amor fugaz que dejó muc...