Historia de dos corazones.

Capítulo 40 - "Riesgo"

Dedicado a Ceci❤~

Titi: estás hermosa -comentó mirándonos a ambas en el espejo-

Yo: gracias, muero de nervios.

Titi: y... Era de esperar. Pero ya vas a ver que va a salir todo muy bien, hermanita -sonrió-

Yo: ¿qué tramás, Tiziana? Estás demasiado buena.

Titi: ¡nada! -rió- Si soy un amor siempre.

Yo: sí, como no.

Titi: che, ya tengo que ir para terminar de lookearme

Yo: sí sí, mejor andá, mirá si tardás.

Titi: ah, no te podía dejar de salir la mandona, ¿no?

Yo: sh, no soy mandona.

Titi: -rió- nos vemos más tarde ¿sí? -y caminó hacia la puerta-

Yo: bye bye.

No podía creer que este día había llegado. No planeé siempre esto, es más; fue muy simultaneo. Pero pasó tan velozmente.

Me tenían que dar los últimos retoques del maquillaje y directo a la sesión de fotos, qué nervios. Estaba a punto de bajar las escaleras así terminar de charlar con el camarógrafo, pro al ponerme mi cadenita el teléfono comenzó a sonar. Atendí.

Yo: ¿hola?

-Voy a ir hoy y espero que no esté el puto de Julián, ¿me escuchaste?

Yo: ¡¿Leandro?! Prohibí tu nombre en la lista de entrada, va a ser imposible que entrés. Y mejor que parés con las amenazas, porque estoy pensando seriamente en denunciarte, ¿sabías?

Leandro: voy a entrar como sea.

Yo: no me obligués a pasar a mayores.

Leandro: ya te dije lo que iba a pasar si hablabas, ¿no?

Yo: sí, pero no te tengo miedo, tengo quién me protege. Así que ni siquiera intentés hacerlo de nuevo porque te juro que hablo con mis viejos y no volvés a ver la luz del día, maldito.

Leandro: que feo che, y yo que creía que me querías.

Yo: me das asco, ¿no entendés? ¡Asco! -grité-

Leandro: ese cuerpito hermoso que tenés, va a ser mío.

El temor me volvía a invadir.

Yo: nunca.

Leandro: eso es lo que vos decís, pero ya vas a caer.

Intentaba ser fuerte, pero aún no había olvidado todo lo que pasó.

Yo: ¡estoy con Julián y sólo lo amo a él, entendelo!

Como si intentara ocultar todo, pero... con esas palabras, con su áspera voz, los malos momentos volvieran a mostrarse.

Leandro: Julián... Que problema este chico, ¿y si lo hago desaparecer?

Angustia.

Yo: ¡no!

E impotencia.

Yo: si le hacés algo a él me muero.

Leandro: no, bonita. No te me desvanezcás que te necesito para otras cosas.