Capítulo 42 - "Felicidad dependiente"

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Dedicado al amor de mi vida, la potra de Mel Seminario❤ tkm. Me debés la vida, mirá lo que te dediqué. Ahre. Beso~

Yo: ¿seguro no viene nadie?

Julián: sí, seguro -me hizo girar hasta quedar a espeldas de él- Seguramente ellos se fueron a hacer lo mismo -musitó en mi oído, reí-

Yo: ¿y si caen de sorpresa?

Julián: a mi habitación y doble traba en la puerta, ni se enteran.

Yo: ¿y si nos escuchan? -jugué-

Una de sus manos me sostenía de la cintura y la otra ya bajaba por mi muslo, erizando mi piel a su paso.

Julián: ¿por qué ponés tantas excusas?

Yo: no son excusas, son posibilidades. ¿Te parece que juguemos a algo? -proponía poniéndome cara a cara frente a él-

Julián: ¿qué clase de juego? -obligó a mi cuerpo a pegarse al suyo-

Yo: se trata de... -rozó mi parte trasera, bajando lentamente, hasta llegar a mi entre pierna y posar su mano ahí, yo estando de pollera- Aya... -gemí levemente- Se trata de preguntas y... -comenzó a succionar la piel de mi cuello- ¿Conocés verdad o reto?

Julián: obvio -respondió alejándose apenas, para luego regresar-

Yo: bueno, este es verdad o prenda -agarró mis hombros y los movió bruscamente hacia él, acercando todo mi cuerpo al suyo- ¿Te va? -pregunté algo exaltada-

Julián: me súper va -dijo entrecortadamente, continuando ejerciendo presión con su boca en mi clavícula-

Yo: ¿verdad o prenda? El que quede desnudo primero pierde.

Julián: mh... Prenda, vas a ser dura con lo de las preguntas.

Yo: ¿te parece? -reí- Camisa.

Julián: sos capás de joder todo.

Yo: mh... No -aseguré-

Acercó sus manos a su torso y comenzó a...

Yo: ¿puedo yo? -pregunté arrimándome-

Julián: ¿está dentro de las reglas?

Yo: -susurré apenas-

Julián: todo tuyo entonces -comentó por fin dejando que sea yo la que se acerque-

Fui directo a su boca, calmando mi sed de su saliva, mordiendo reiteradas veces sus gruesos labios, mientras mis manos daban masajes circulares en su abdomen contraído por los movimientos de su pelvis contra la mía. Rasguñé una vez más su piel, para luego terminar por quitar la camiseta que tanto estorbaba, acariciando sus brazos y ya lamiendo parte de la piel de su cuello.

Julián: ¿verdad o prenda? -preguntó con la poca voz que le quedaba, justo cuando terminé de sacarle la camisa-

Yo: verdad.

Julián: no se vale -me tomó de los antebrazos, llevándome hasta la pared, prácticamente estampándome sobre la dura base-

Yo: así se juega -comenté mirando sus labios, y luego subiendo hasta sus ojos-

Julián: okay. ¿Dormís desnuda algunas veces? -dijo chocando su cadera con la mía, haciendo sentir su cada vez más firme bulto-

Yo: verdadero -contesté agudamente, casi en un grito- pero sólo en verano.

Historia de dos corazones.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora