Historia de dos corazones.

Capítulo 17 - "Torres gemelas"

Dedicado a la maricona de Agus Mancilla. Ah re no mentira te amo. El cap tiene tres audios, así que atentas, y les pediría que lean lentamente (como se debe, perras) para que las canciones duren hasta el momento en el que tienen que durar, por favor, gracias•

Jenny: ¡ya basta! -gritó sin aguantar un segundo más- callate Oriana.

Yo: ¿por qué lo debería de hacer?

Jenny: es que decís cosas tan estúpidas. Odio enormemente que seás tan...

Yo: ¿hermosa? ¿Alta? ¿Delgada? Gracias.

Jenny: ay por Dios, silencio. Sos egoista, eso detesto de vos.

Yo: creeme que es mejor actuar así a que ser una imbécil que se odia.

Jenny: me chupa un huevo que te amés o no, con la familia de mierda que te tocó era obvio.

Yo: ¿envidia? -me ignoró y siguió-

Jenny: lo que me saca es que pensés que tus problemas son el centro de todo, que estés tan creída de que sufrís como nadie nunca sufrió. Pero claro, acá sos re fuerte, re capaz, re autosuficiente: no sé por qué mierda te mostrás así si cuando estás sola llorás. ¿No te encanta llamar la atención? ¡Decile al mundo que querés matarte! Va a ser una muy buena noticia, vas a tener las cámaras que tanto buscás. Dale, hacelo.

Yo: no captás nada -reí-

Jenny: todo capto. No sé qué habrá pasado en tu vida, pero no sos ni más ni menos que alguien por tener todo el cuerpo lleno de cicatrices. No lo mostrés como un logro.

Yo: ¿no te das cuenta de que lo oculto, enferma? No quiero que nadie me vea ni sepa qué soy ni qué hago, nadie nunca se enteró de esto ni lo va a hacer porque es algo que me humilla.

Jenny: entonces no soy la única que se tiene que sacar la careta.

Yo: noooo, mi vida. Lo mío es diferente.

Jenny: al parecer no.

Yo: yo solamente fingo estar bien, todo lo demás en mí es real. Vos en cambio...

Jenny: sé perfectamente lo que hago, no lo repitás.

Yo: qué, ¿acaso te duele?

Jenny: sí, Oriana. Me duele lo que me decís, ¿contenta?

Yo: no sé si me pone feliz, pero es bueno que empecés a aceptar las cosas.

Jenny: ¿y qué más querés que acepte? Claro, ahora mismo me paro frente a vos y te digo todos mis defectos.

Yo: quizás te hace bien.

Jenny: lo disfrutás, ¿no? Al sufrimiento ajeno.

Yo: no.

Jenny: igual te debe dar celos, digo, que a alguien más le duela. Vos amás hacer de cuenta que sos la única, la luchadora más fuerte.

Yo: seguís equivocada.

Jenny: andá aprendiendo que no sos el centro del universo, mi vida.

Yo: -reí- ¿acaso vos sí?

Jenny: tampoco.

Yo: ¡ponete un cartel de bulímica en la frente! En una de esas se dan cuenta de que existís.