Capítulo 43 - "Hasta nunca"

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Dedicado a Flor M~

~Día: 10 - Mes: mayo - Año: 2011~

Tres días oscuros.

Yo: no quiero hablar, ¿para qué? Ya suficiente tuve, lo pensé, sí, y llegué a la conclusión de que soy una estúpida. ¿Sí? Tranquilo, lograste tu labor... -intenté dar la vuelta, pero como siempre, me sostuvo de mis antebrazos-

Julián: nunca quise esto.

Yo: ¿entonces qué mierda querías?

Podés tomar las cosas desde dos lados.

Yo: listo, enamoraste a esta imbécil, ya no tenés nada más que hacer.

El bueno, y el malo.

Yo: ¡me tuviste, me ilusionaste, me quitaste mi virginidad, me hiciste confiar en vos y después me destruiste! ¿Qué más querés?

Y sí, tal vez fui por el camino más fácil. Pero a veces no tenés fuerza para luchar y caer en el otro.

Julián: estás muy equivocada, cuando te besé... Cuando te besé ya había cumplido, y aún así seguí porque... A pesar de todo eras vos la que me importabas.

O quizás no querés luchar.

Yo: si, ¡cómo no! ¿Sabés qué? Ahora me cae el hecho de que Marianela vaya tan feliz por los pasillos, cuando abra los ojos va a estar igual o peor que yo. ¿Qué ganan con esto? ¡Son unos pendejos!

O sentís que no es necesario luchar.

Julián: sí, la verdad que sí -se acercó- Somos unos pendejos, lo acepto. Y te pido perdón por lo que pasó, nunca quise ni pensé en dañarte.

Yo: ¡pero lo hiciste!

Tu cabeza colapsa, y cuando ya no hay pensamientos en ella, simplemente queda... tomar las cosas como son.

Julián: cuando te veía... No sé, no eras para mí. Y sí, me acerqué por la apuesta, pero te juro que caí yo mismo en el juego.

Yo: sí, claro -dije irónica-

Julián: en la misma estupidez de hacerte rendir, me rendí yo.

La verdad a veces es dura, pero necesaria.

Yo: no puedo creerte.

Duele, pero es mejor que vivir en una mentira.

Julián: Ori... Ori mirame -unió nuestras manos-

Es inevitable, algunas veces te confundís.

Julián: te adoro, apenas me acerqué a vos, me... ¡Encantaste! Y no sabía por qué. No quería enamorarme de vos, no debía. Pero pasó.

Es abrir los ojos dañándote, gritando, sangrando en vez de llorar.

Yo: claro, obvio que no querías. Sino pérdias, ¿o no? Por favor dejá de complicar las cosas.

Julián: no, no lo interpretés mal.

Yo: lo interpreté perfectamente bien, ¡chau, no quiero verte!

Pero por lo menos en tu frente ya tenés las ideas claras.

Julián: ¿vas a hechar todo esto que logramos a la basura?

Historia de dos corazones.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora