Capítulo 6 - Sentimientos nuevos

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Al día siguiente tuve que faltar a clases para poder pasar tiempo con mis papás, los seis habíamos quedado en ir a un resort a las afueras de la cuidad donde estaríamos toda la tarde.

Salimos a media mañana y el viaje estuvo muy tenso porque, como por una broma del azar, a Ethan con quien no he podido hablar le tocó sentarse justo a mi lado en la furgoneta que alquilaron los tortolitos para nuestro paseo.

Llegamos y el lugar era increíble, estaba decorado con palmeras gigantes, piscinas cristalinas rodeadas por pequeños stands que ofrecían comida y bebidas tropicales aunque al lado había un lujoso restaurante con ventanales transparentes en los que se puede ver los finos conjuntos de mesas y sillas de roble iluminados por la luz del sol que estaba en su punto mas brilloso de la tarde.

Cómo era lunes no había mucha gente, yo me quité mi vestido de lino con estampado floreado quedandome solo en mi bikini rosa que traía por debajo.

Liz y Olí se metieron a una de las piscinas mientras mis papás, Ethan y yo nos quedamos en las tumbonas.
Sentía que de repente Ethan me miraba, pero todavía no me atrevía hacer contacto visual con él así que lo evadía charlando con mi mamá sobre cómo me estaba yendo en la universidad mientras mi papá ya roncaba en su silla con su sombrero playero como protector del sol.

Tanta platica me dio sed así que me levanté y me fui a uno de los stands por una limonada, di un pequeño brinco en mi asiento del susto cuando sentí que alguien se ponía detrás de mi y me rodeaba la cintura con su brazo.

—Tenemos que hablar —susurró Ethan en mi oído.

Asentí dejando escapar un suspiro mientras me levantaba, él me guió hasta la parte de atrás en donde nadie nos podía ver.

—Lo que pasó... —Empieza titubeando.

—No estuvo bien, lo sé —digo lo más relajada que puedo aunque el corazón pareciera que se me iba a detener en cualquier segundo.

—¿Eh? —me miró con sorpresa bajando sus dos cejas.

Quizás no se esperaba esa respuesta o se imaginaba otra reacción de mi parte, seguro tenia mucha experiencia en rechazar a jovencitas como yo dejándoles claro que no quiere nada con ellas así que mejor me adelanto a su speech.

—Si, se que tú y yo no vamos a ... — quise seguir pero en un movimiento rápido sus manos agarraron mi rostro y el juntó sus labios a los míos en un beso más lento y delicado que el anterior. 

Juro que el mundo se detuvo en ese momento.

Mis piernas se volvieron gelatina y casi me desmayo en sus brazos de no ser porque me sujeté de sus muñecas.

Puedo morir en paz, san Pedro. 

Nos separamos muy despacio y él pegó su frente a la mía.

—Me gustas Luz... Pero lo que pasó la otra noche y ahora mismo... —dice mirándome fijamente a los ojos con un semblante melancólico.

—¿Está mal? —pregunto algo afligida.

Se separó poniendo sus brazos en jarra sin perder contacto visual conmigo y antes de que me diera una repuesta de lejos vimos a mi mamá que nos llamaba señalándonos el restaurante.

—Es hora de almorzar —nos grita. 

¡Ay no! ¿Habrá visto algo? creo que no porque se veía muy tranquila.

—Tú también me gustas.... —susurro para los dos mientras nos encaminábamos al restaurante y solo le responde con una sonrisa espontánea.

En la cena la tensión con Ethan había reducido después de nuestra conversación inconclusa pero con Liz que nos acusaba con la mirada la presión ya era otro nivel. Supuse que era porque mi mamá le habría comentado cuando nos encontró a los dos, solos y detrás de un stand fuera del campo de visión de todo el mundo ¿nada sospechoso verdad?.

Luz de amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora