Capítulo 52 - Redención

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Voy a un rent a car y alquilo un auto de preferencia blindado.
Lo tomo y con mucho nervios arranco despacio y me encaminó al lugar del encuentro. El tráfico me desespera pero lo aprovecho para avisarle a mi esposo que llegaré tarde excusándome con que iré a visitar a un paciente y luego tendré terapia con Gerard.

Sigo frustrada por qué no me ha dado lo que deseo, pero tampoco quiero que se preocupe por nosotros.

Voy entrando a la parte verdosa de la carretera alejándome de la ciudad y al no haber tanto tránsito me animo a aumentar la velocidad.

La tarde decae y el cielo se oscurece cuando llego al cementerio de avionetas desolado que encontré en internet y me tomo el tiempo para tranquilizarme ya que estoy temblando de los nervios.

Espero pacientemente hasta que escucho un helicóptero y me bajo del carro conteniendo todos los miedos, estos carroñeros lo pueden oler y me expondría.

La nave desciende poco a poco, terminan bajando 3 hombres acompañados por Cárter y Connor quienes arrastran a Avery.

A medida que se acercan puedo notar su demacrado aspecto, su cara hinchada y los ojos negros como mapache con el rímel corrido. También me percato de los golpes en su mejilla y en la comisura de su labio que tiene sangre seca.

Sus ojos suplican que el momento termine con lágrimas que los cristalizan.

—Su pedido —la tiran al suelo cual trapo y me apresuro en levantarla.

—Gracias —logro pronunciar sin creer la situación en la que estoy.

¿Enserio estoy salvando a Avery de los socios de Troian? ¿Enserio me estoy exponiendo otra vez a esto y con mi bebé creciendo dentro de mi?

Ella se aferra a mi brazo y su mirada se baja hasta mi pequeño vientre que enseguida trato de ocultar con mi abrigo.

—Es increíble que este siguiendo una orden tuya —Ironiza Connor.

—Que te diré, naciste para servir —le respondo mirando a los otros que los están esperando —y eso no va cambiar por más que traiciones al Capo.

—Él se fue y nos dejó por ti, zorra —refuta su hermano Cárter y sólo sonrio satisfecha porque todo salió como planeé.

Era obvio que estos imbéciles se iban a ver desamparados cuando el otro de repente desapareciera y se iban apoyar en el primero que le ofreciera dinero.

—Tendrán noticias del Capo —les informó a los hombres que quedan atrás de nosotras —mientras, disfruten de lo que les dejó.

Les guiño un ojo y me voy con la pelinegra rogando que esos tipos no hagan ni digan nada más pero...

—¡Esperen! —grita Connor y detenemos nuestra huida —denles mis saludos y gratitudes al capo.

Las sonoras carcajadas se escuchan hasta que entramos al carro.

Torpemente encajo la llaves para encenderlo y el que Avery se quiebre llevándose las manos a la cara no me ayuda.

—Fue horrible, me golpearon y me dejaron encerrada en un cuarto pequeño —me comenta sollozando —y no me quiero imaginar lo que hubiera pasado si tú no...

Se corta y salgo de allí mas rápida que furiosa por la compañía que ahora tengo y pienso en que hacer con ella quien solo tiene su mirada clavada en la ventana.

—¿Por qué lo hiciste? —pregunta de repente rompiendo el silencio en el que viajábamos.

—Agradécele a ese angelito que trajiste al mundo, pero que te negaste a amar.

Luz de amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora