Extra: Iluminado

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Narrador Omnisciente.  

Otro mes ha pasado desde que Luz regresó a sus vidas y Ethan se dispone a ir al apartamento donde se aloja su esposa.

Todavía no han tomado una decisión pero al menos su abogado no lo ha vuelto a contactar para concretar el tema del divorcio, lo que le da una leve esperanza de poder recuperar lo que como dice ella, les arrebataron con una sorpresa en mano.

En dicho lugar Luz recién termina de hacer sus ejercicios de terapia que la dejan cansada, pero sabe que es necesario. 

—Rayos —escucha el quejido en la cocina de Gerard Colins, el psiquiatra que la ha tratado todo este tiempo. 

Se lo ha permitido porque tiene una idea en la cabeza que espera después de la inauguración del centro la poder ejecutarla. 

—¿Que pasó? —llega a la cocina y ve el desastre que hay en la elegante isla mármoleada negra donde un taza yace quebrada y el se está limpiando con un toalla de papel los restos del líquido negro de su camisa. 

—Que torpe, me quemé y se me resbaló la taza. 

Ella se le ríe y empieza a buscar un trapo. 

—No, por favor —se lo arrebata —mi desastre, yo lo limpio. 

Ella no le protesta mientras él limpia el café derramado y recoge los restos de porcelana.

—Bueno, al menos quítate la camisa para ponerla en la lavadora —le pide ella. 

—Como crees, así estoy bien —le responde él todavía en su tarea. 

—Oye, no puedo dejar que tus pacientes te vean con esa mancha —le alega —además, si te quemaste tienes que dejar oxigenar a la piel. 

—Si quieres verme sin camisa, solo tienes que decírmelo —bufa él algo coqueto.

Ella le rueda los ojos y le estira su brazo. 

—Tu ganas, solo porque tengo muchos pacientes hoy día. 

Se quita su camisa pero se da cuenta que que su cinturón esta muy ajustado porque lo que también termina desabrochandolo, la camisa cede y se la entrega. 

—Gracias —ironiza ella —la pondré a lavar y a secar mientras me doy una ducha. 

—No se demore, paciente. 

—No doctor, ya se que el tiempo es oro. 

Se mete al cuarto de lavado y luego a su habitación. 

Gerard se dispone a servirse otra taza de café pero el timbre del apartamento suena. 

Él abre la puerta y Ethan se queda estupefacto, recorriendolo con su mirada desconcertada al verlo semi desnudo y con sus pantalón entre abierto 

El latigazo en el pecho es fuerte al punto que le corta el aire mientras el doctor Collins no puede evitar esbozar una sonrisa de suficiencia. 

—¿Si? —Se apoya en el marco de la puerta. 

Sabe quien es, es uno de los principales temas de las sesiones de Luz. 

Ethan pasa un trago amargo de saliva antes de responder. 

—¿Y Luz? —pregunta con dificultad. 

—En el baño, tomando una ducha… —le responde Gerard con el mismo semblante irónico. 

—Esto fue un error…—Ethan se intenta ir pero… 

—Espera, principito —lo detiene el doctor —¿Seguro que fue un error o solo te vas a dejar llevar por lo que tu cerebro máquina? 

Luz de amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora