Capítulo 51 - ¿Dónde están?

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Estoy a punto de rendir mi exámen de conducción y los nervios me están matando.

Me ha costado retener la información teórica y Ethan no me ha dejado practicar mucho por nuestra seguridad y no lo culpo porque con lo hormonal que estoy cualquier cosa me distrae y puedo accidentarme.

Me dirijo al estacionamiento de la escuela de manejo y me subo al auto asignado seguida de mi instructora.

—¿Cuántos meses tienes? —pregunta inesperadamente.

—Cuatro —respondo volteando mi mirada que tenía al frente y me percato de que también está embarazada —¿y usted?

—Siete —contesta sería —así que recuerda que aquí no hay 2 sino 4 vidas en peligro por si se te ocurre chocar.

Que aliento.

Arranco despacio y respondo sus preguntas tratando de nos despegar mi vista del parabrisa.

Hago el recorrido respectivo y de la misma manera, bajo las indicaciones de mi copiloto, me devuelvo.

—Felicidades —me hace entrega de mi exámen aprobado —por esto y por el bebé.

—Gracias e igualmente —me despido con un sonrisa de oreja a oreja contenta por mi éxito.

—Mami ya no dependerá de Uber ni de papi para trasladarse —me sobo mi barriga que ya se esta notando.

Voy, me toman la foto e imprimen mi licencia que con mucho orgullo guardo en mi billetera.

—AMOOOOOOOR —grito eufórica cuando llego a casa pero enseguida mi buen humor se esfuma cuando veo a Brenda Reed en el sofá.

—Hola, Luz.

¿Desde cuando tanta cortesía?

—Hola —la saludo con extrañeza —¿vienes por Matt?.

—Si, pero...

Hace una pausa que me pone nerviosa.

—¿Qué sabes de mi hermana?

—Nada —respondo tajante.

—¡Claro que sí! —se altera pero enseguida vuelve a su estado ¿apacible? —Lo que me dijiste la última vez...

—Si, yo también quiero saber de Avy —Escucho a Ethan saliendo del cuarto.

—¿Y a ti que te importa? —le pregunto con un enfado que lo hace irreconocerme.

—Por favor, tenemos días sin saber de ella, hemos llamado a sus contactos en Europa pero nadie nos da pista —insiste la rubia.

—Que pena —respondo con sarcasmo.

—Por favor.... —Súplica —Mis padres están preocupados.

—¿y?

—¡Luz! —me riñe mi esposo.

—¿Qué? —exclamo —¿Por qué la ayudaría si fue ella la que ayudó a Troian a secuestrarme? —le recrimino a su hermana —¿Por qué la ayudaría si cuando yo le rogaba mientras me torturaban con corrientes eléctricas en mi cabeza ella no hizo nada? ¿Por qué, si en plenos ataques de ansiedad le suplicaba por que me dejara hablar con mi familia y ella se negó?.

Ambos se quedan perplejos antes mis palabras y Brenda cae en el sillón incapaz de asimilar todo lo que estoy diciendo.

—¿Quieres que te diga donde esta tu hermanita? Pues haciéndose cargo de la mafia de las vegas, vende droga, hace striptease y estafa a extranjeros multimillonarios en los juegos de mesas de los casinos.

Luz de amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora