Luz de amor

Capítulo 34 - Juntos, otra vez

Por primera vez en mucho tiempo duermo las ideales ocho horas, pero sentía un vacío, me sentía incompleta, algo me faltaba y ese algo era mi bebé, Matt.

Lo extraño mucho.

Ethan me comenta mientras desayunamos que ya los abogados mandaron la demanda de apelación y van a ir con todo enfocándose en el abandono de Avery y en demostrar que pese a nuestras ocupaciones hemos sabido cuidar del niño, ya solo estamos esperando la notificación para el juicio.

En mi mente todavía está el 'presente' de Troian, llamé a la delegación encargada de la investigación y como cosa rara no tienen nada. Omito contarles el porque de mi llamada ya que no quiero llamar más su atención o mejor dicho, provocarlo.

Me concentro en mis estudios y en mi empleo, es tan satisfactorio compartir gastos de la casa con Ethan quien aceptó a regañadientes ya que dejé bien claro no voy a ser una mantenida. No hay ni punta de comparación de nuestros sueldos pero me las apaño para estar a la par.

*****

Ya ha pasado un maldito mes sin Matt, me toca conformarme con las fotos y vídeos que su padre le hace cuando lo visita en casa de sus abuelos.

—Ya hay fecha del juicio... —me informa Ethan mientras almorzamos.

—¿Cuándo?

—En una semana.

—Quiero ir.

—De eso te quería hablar, según el abogado si das tu testimonio....

—Lo que sea —digo tajante.

—¿Segura? No quiero incomodarte con los Reed...

—Segura.

La semana se me hace eterna pero por fin llega el momento en que me siento en el juzgado a contar como desde que nació Ethan y yo cuidamos a Matteo debido a la ausencia de su madre.

Las mirada de los Reed se clavan en mi como dardos en venados, pero no les doy importancia, a mis ojos solo le interesan ver a una personita entre ellos, pero no está.

No lo trajeron. 

La cara de la Jueza es tan seria que me es imposible descifrar hacia dónde se inclina su balanza de justicia en este caso.

Salgo del estrado y me impaciento la próxima hora cuando por fin veo salir a Ethan quien me alza y me besa emocionado dándome a entender una sola cosa y es que...

—¡Ganamos!.

—¡Sí! —lo vuelvo a besar feliz.

Pero la celebración se ve interrumpida por los Reed que salen con sus caras alargadas.

—Ya estarás contenta, no te basta con quedarte con el hombre de mi hermana sino que también te quedas a su hijo —me increpa Brenda.

La fulmino con la mirada y estoy apunto de abrir la boca cuando...

—¡Suficiente! —le espeta Ethan —al menos ella hizo lo que tu hermana no quiso y tiene más derecho que tú y toda tu familia junta porque ha dejado de trabajar y de estudiar por atenderlo, por apoyarme con él mientras ustedes pierden el tiempo buscando a alguien que no quiere ser encontrada.

El silencio es sepulcral y no se de donde sale el impulso de sacarle la lengua cual cría pequeña a Brenda, pero lo hago haciendo que la cara se le ponga roja de la rabia. Ethan termina agarrándome la mano para dirigirnos a la entrada pero...

—¡Estúpida! —Brenda se viene contra mi con su palma abierta pero su muñeca es detenida por la mano de Ethan dejándola estática.

—Cuidado, la tocas y te olvidas de tener un lugar en mi empresa —le advierte bajo las caras ofendidas de los Reed —y yo de que soy un caballero tratando con una dama.