A la mañana siguiente me levanté tarde, pasado del medio día, cuando bajé porque no aguantaba el hambre me quedé paralizada en media escalera cuando vi la escena de Olí y Liz despidiéndose de Ethan y Avery quienes sostenían unas maletas negras.
—¿Ya se van? —pregunté en un hilo de voz.
Todos se me quedaron viendo con tensión a excepción de la pelinegra quien parecía disfrutar viendo mi desconcertada reacción.
—Si —responde Ethan —podemos hablar en el despacho, por favor —me pide.
Vi que Avery ponía los ojos en blanco mientras se encaminaba a la entrada en compañía de mi hermana y su marido.
Yo asiento y me dirijo al estudio, Ethan viene detrás de mi y termina cerrando la puerta.
—¿Te ibas a ir sin despedirte? —le reprocho.
—Si, Luz —me confirma —¿Qué sentido tendría? —continuó en un tono frío.
—¿Yo no signifiqué nada para ti, verdad? —recrimino.
—Lamento que no haya sido lo que querías pero yo no te prometí nada —me respondió con un semblante cruel —ahora tengo que volver a mi vida real con una mujer que me puede dar lo que necesito, que esta en mi misma etapa de vida y con quien si veo un futuro.
Cada palabra se me clavaba en el pecho presionándolo de dolor, mis ojos se humedecen pero no iba a llorar, no lo voy hacer delante de él.
—La última vez que estuvimos juntos yo pensé que...
—Esa noche ni siquiera tenía planeado estar contigo, esperaba a Avy —confiesa.
Yo lo quedo mirando perpleja por lo que me acaba de decir.
—Ella tenía razón —balbuceé —solo fui tú juguete mientras estabas aquí —le respondí revuelta entre el enfado y la decepción.
—¿Que? Se que ahora no lo entiendes, pero esto es lo mejor —dice en un tono consolador.
Niego con la cabeza soltando una risita ahogada en mis ganas de llorar.
—Tienes toda la razón —le digo mirándolo fijamente a los ojos —¡que seas muy feliz Ethan Moore! ¡Adiós! —finalicé.
Que te jodan Ethan Moore.
Salí lo mas rápido que pude intentando no mirar atrás al escuchar un golpe que le dieron al escritorio y me fui directo a mi habitación.
—¡Luz, espera! —intenta seguirme mi hermana, pero es su esposo quien la detiene.
Me sentía tan mal y lo peor es que me lo habían advertido pero no hice caso, me dejé llevar por los sentimientos y me estrellé esperando algo que nunca iba pasar enamorándome sola.
Cuando llegué a mi cuarto me asomé por la ventana y lo vi al lado de su convertible rojo apunto de abordarlo, nuestras miradas se cruzan una última vez cargadas de aflicción, él se mete al auto y arranca perdiéndose a lo largo de la calle.
Me volteé y me empecé a quebrar repitiendo en mi mente cada palabra que me había dicho, me tumbé en la cama apretando una almohada fuerte contra mi echándome a llorar. No sé en qué momento pero al final me quedé dormida y cuando desperté ya había oscurecido, mi estómago protestaba de hambre ya que no había probado bocado alguno desde anoche.
Fui al baño y me lavé la cara para deshincharla un poco, salí y tuve la necesidad de entrar al cuarto que Ethan había usado, todavía olía a él, a su loción. Me senté en el respaldo de la cama para contemplar la habitación, se sentía extrañamente vacía. Salí de ahí más cabizbaja reprimiendo todos los recuerdos de ese lugar y luego me encaminé a la cocina por un bocadillo.
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Luz de amor
RomanceLuz, una jovencita de 18 años, tendrá que irse a vivir con su hermana mayor y su recién esposo para estudiar pero en el proceso se termina enamorando del hermano de su cuñado que es mayor que ella por lo que no todo será color de rosa y tras una dec...