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Emma fue a la casa de sus padres, se abrazaron como siempre etc. Intentaba disimular, como ellos también lo estaban haciendo.

Cenaron en silencio, Emma solo esperaba que esto se terminara pronto, para volver a casa. La comida de su madre no era precisamente exquisita y no era de extrañar, era la reina del reino blanco, tendría cocineros propios.

—De acuerdo, ahora me podéis decir ¿Por qué esta cena? y sin dejar que trajera a mi esposa. Lo digo porque creía que habíamos avanzado pero veo que me equivocaba.

—Verás hija, es que... —dijo Snow.

— ¿Qué?

—Nos hemos reunido con el pueblo y ahora que ya no hay enemigos en el Bosque Encantado y tampoco aquí, pues que quieren volver a su antiguo hogar. —dijo Charming.

—Vale. ¿Qué tiene que ver conmigo?

—Nosotros también nos iremos y queremos que Henry y tú vengáis con nosotros. —dijo Snow.

— ¿Y Regina, porque no mencionáis a mi esposa? —preguntó.

Los dos se miraron y después Snow habló.

—Ella, es cierto ha cambiado, pero en el Bosque Encantado seguirá siendo la reina malvada y vuestro matrimonio sería ilegal. Ella tendría que quedarse en el reino oscuro y tú con nosotros.

—¿Me estáis queriendo decir que abandone a mi esposa? ¿Que mi hijo y yo la abandonemos?

—Pensamos que ella sería más libre aquí que allí. —dijo Charming.

— ¡Que os quede claro, jamás abandonaré a Regina! Si queréis iros hacedlo, pero Henry y yo nos quedaremos aquí.

—Emma, se razonable, somos tus padres.

—Y Regina mi esposa. Llevo cinco años en esta ciudad y nunca os habéis comportado como padres, me habéis tratado como un súbdito más, que hay que obedeceros constantemente. Pues no, os lo dije hace mucho, no soy una princesa, no soy vuestra princesa y por mucho que lo intentéis no cambiaré; nada por lo que he vivido cambiará y estando en vuestro hogar tampoco lo hará.

—También es el tuyo. —dijo Snow.

—Puede que naciera allí, pero me críe en este mundo. Pertenezco a este mundo, igual que Henry. Además él no quiere volver allí, o ¿acaso os olvidáis por todo lo que vivió? Si queréis iros, marchaos, pero nosotros nos quedamos en este mundo. No sabríamos sobrevivir en un mundo donde no hay electricidad, privacidad, agua corriente. Que tengáis un buen viaje. — se levantó y se marchó de allí.

Snow lloró y su marido la abrazó para calmarla.

Emma estaba enfadada, se montó en el coche y se fue a casa.

—Toda la vida queriendo unos padres y ahora que los tengo, desearía no tenerlos. Son unos egoístas, solo piensan en ellos mismos. Gracias a Regina por obligarlos de cierta forma, a abandonarme, sino ahora sería una idiota egoísta como ellos. —llegó a casa, respiró hondo varías veces para calmarse. — se creen que todo gira a entorno a ellos, ahora entiendo la despedida de Bella, ella sabe que no iba a unirme a ellos. Es cierto que extrañaré algunas personas, como Bella, Ruby y la abuelita. —se bajó del vehículo y entró en casa. Iba a subir las escaleras cuando vio a Regina en el salón tomando una coma de sidra.

Emma se acercó a ella y se sentó a su lado, apoyó la cabeza en su hombro y cerró los ojos.

—Tan mal ¿eh?

—Todo el mundo se marcha al Bosque Encantado, decidieron seguir a sus reyes. Pretendían que Henry y yo nos fuéramos con ellos y te dejáramos atrás. —Regina se tensó. —les he enviado a la mierda, pero educadamente. Henry y yo nos quedamos contigo.

Regina sonrió ante eso.

— ¿No extrañarás a tus padres?

—No son mis padres, se han comportado como compañeros, amigos, pero no mis padres. Sé creen que se cría un niño dándole órdenes y eso no es así. Ellos me han estado utilizando desde el minuto uno, tenías razón, siempre la tienes. Pero yo no quería verlo porque por fin tenía una familia.

—Lo sé. —dijo Regina mientras tomaba otro sorbo.

—Mi hermano no sé como crecerá con ellos, pero no es mi problema. Dime tu qué clase de padres hacen el amor teniendo a su hija en la habitación de al lado. Es horroroso.

—Así que ellos se van y nosotros tres nos quedamos aquí.

—Sí, siento que no puedas seguir siendo alcaldesa, si no hay nadie no merece la pena dirigir.

—Eso no me preocupa. El problema es que no sé qué pasará con Storybooke una vez que ellos se hayan ido.

— ¿Qué quieres decir?

—Cuando ellos se marchen, la ciudad desaparecerá. Nosotros deberíamos irnos también antes de que nos pille.

—Pero dijiste que si cruzábamos la frontera de la ciudad, perderíamos los recuerdos.

—Henry y tú no, porque os criasteis en este mundo, además que no estabais bajo la maldición como los demás. Pero yo....

—Tú sí que los perderías.

—Sí. Dejaría de ser la reina malvada, no te vería como la salvadora porque no lo recordaría, tampoco sé si recordaría nuestro matrimonio, ya que eso fue aquí.

—Y perderías la magia.

—Eso también.

— ¿No puedes hacer algo para impedirlo?

—Puedo hacer una poción que refuerce mis recuerdos una vez que salgamos del límite.

—Hazlo, porque ellos se irán pronto.

—De acuerdo, mañana me pondré a ello, tú tendrás que hablar con Henry.

—Lo sé.

Al día siguiente, Emma habló con Henry sobre lo que estaba pasando, mientras que Regina estaba en su cripta haciendo la poción.

—Entonces ¿todos vuelven a casa? —preguntó Henry.

—Sí.

— ¿Nos dejan?

—Bueno, tus abuelos querían que fuéramos nosotros dos con ellos.

— ¿Y dejar a mamá? —preguntó con el ceño fruncido.

—Sí.

—Te has negado ¿verdad?

—Sí.

— ¿Qué vamos hacer?

—Tu madre dice que la ciudad desaparecerá una vez que todos sus habitantes se hayan ido, nosotros también debemos irnos si no queremos desaparecer.

—Entiendo. ¿Qué pasará con los recuerdos de mamá?

—Se está ocupando de eso ahora mismo.

— ¿Dónde iremos?

—No lo sé, pero allá donde vayamos, siempre estaremos los tres juntos. ¿De acuerdo?

—Sí. —se abrazaron.

Amor verdadero (supercorp, Swanqueen)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora