La vida de Regina Mills, Emma Swan y Henry cambia por completo y se mudan a Nacional City, allí conocerán a Supergirl y con el tiempo se harán amigas.
Kara y Lena son novias desde después de la batalla contra Reing, Kara se atrevió a decirle la ve...
Después fueron a palacio para celebrarlo, en la ciudad estaban de fiesta, porque su princesa se había casado.
Nunca hubo tal jolgorio en la isla Themyscira hasta este mismo día, todas estaban felices, contentas y alegres.
Meses más tarde, Zor-El, Alura, Eliza, Alex, Sam, Kara y Lena estaban delante de la máquina génesis esperando el nacimiento de sus hijos. Kara había conseguido programar la máquina para que pudieran dar dos bebés. Era una opción además la de tener solo uno.
Era la primera vez en la historia de los kriptonianos y de la máquina misma en engendrar dos bebés al mismo tiempo con el mismo ADN.
—Ya están a punto, aparecerá uno y después el otro. —dijo Zor-El.
— ¿Estáis listas? —preguntó Alura.
—Lo estamos. —dijeron Kara y Lena.
Apareció el primer huevo, se abrió y Kara lo sacó tapándolo con la manta.
—Es el niño. —dijo Kara.
—Tráemelo. —dijo Alex.
Kara se acercó a su hermana y fueron a la mesa médica para examinarlo, Sam se reunió con ellas para ayudar a su esposa mientras que Kara volvió a la sala para recibir a su hija.
Ahora era Lena en coger al bebé.
—Es niña.
Se lo llevó a Eliza e hicieron lo mismo que Kara y Alex. Estaban todos cerca, esperando los resultados de Alex y Eliza.
—Felicidades, los dos están sanos y bien, tienen todas sus extremidades y dedos. —dijo Alex.
—Eliza le pasó a la niña a Lena y Alex el niño a Kara.
Zor-El y Alura se acercaron para poder verlos.
—Son preciosos. —dijo Alura apoyada en su marido.
—Somos abuelos Alura.
—Sí, cuando perdimos nuestro mundo me resigné de que jamás seríamos abuelos, ya que no veríamos a nuestra hija. —dijo Alura.
—Y ahora estamos aquí juntos, con nuestra hija y presenciando el nacimiento de nuestros nietos. —dijo Zor-El.
—Si.
Una semana después, todos los amigos de las dos nuevas madres, estaban celebrando la llegada de los nuevos integrantes.
Los de Tierra-1 se acercaban a la cuna para poder verlos.
—Oooh, son una monada. —dijo Caitlin.
—No puedo creer que sean supers. —dijo Barry.
— ¿La ropa no te dice nada? —preguntó Iris a su marido.
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