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Pasaron unos días de la boda, Kara y Lena se encontraban en Irlanda para su luna de miel.

Habían visto muchas cosas ya del país e incluso Lena sintió como se hacía más fuerte, lo mismo que le sucedió a Regina cuando fueron al bosque encantado.

Mientras ellas disfrutaban de esa luna de miel, en Nacional City había tranquilidad, no necesitaban a Supergirl y eso era bueno para el DEO e incluso para Alex, podía pasar más tiempo en casa con su familia.

Regina y Emma estaban en su dormitorio durmiendo abrazadas, habían pasado toda la noche haciendo el amor y estaban muy cansadas por eso seguían durmiendo al mediodía.

Cuando Regina se despertó vio a su esposa a su lado durmiendo, sonrió y se levantó con cuidado para no despertarla. Se fue al baño a darse una ducha, se vistió y bajó, vio a su hijo leyendo en la isla de la cocina, se acercó a él y le dio un beso en la cabeza.

—Buenos días mi príncipe. —dijo Regina.

—Ya es por la tarde. —dijo sonriendo.

—Perdón. —se sonrojó y se puso a hacer la comida.

— ¿Dónde está mamá?

—Durmiendo todavía.

—Ah.

Diez minutos después apareció la rubia, saludó a su hijo y fue a por un café, necesitaba despertarse.

—Mamás ¿sucedió algo a noche?

— ¿Por qué? —preguntó Regina después de ver a su esposa toser.

—Es que sentí un poder muy grande en vuestra habitación.

Regina frunció la frente al oír eso.

—Nosotras no sentimos nada ¿verdad? —dijo Emma algo más calmada.

—No, pero había algo en el aire. —dijo Regina recordando.

—No será nada. —dijo Emma mientras bebía otro sorbo de café.

Regina siguió cocinando pero no dejaba de pensar en lo que había dicho su hijo y en lo que iba recordando cada vez más.

Después de comer, Regina se encerró en su bóveda para investigar.

Estuvo varios días allí leyendo sus libros pero no encontró nada, decidió olvidarlo porque no había vuelto a suceder.

Kara y Lena estaban disfrutando de su noche apasionada en la habitación del hotel. Lena había construido una pulsera que irradiaba luz de sol rojo que quitaba los poderes a Kara temporalmente. Como no quería destruir la habitación, era lo único que se ponía la kriptoniana, para poder disfrutar de su esposa.

—Te amo Lena.

—Yo también te amo. —continuaron con caricias y besos, necesitaban reponerse un poco después de hacer tanto ejercicio.

A la mañana siguiente, Kara se quitó la pulsera y se asomó al balcón, cerró los ojos y sintió como sus poderes volvían a ella, se giró y vio a su esposa durmiendo, sonrió y fue a darse una ducha, lo necesitaba después de sudar tanto la noche anterior.

En Tierra-1, en la isla Lian Yu, en una celda bajo tierra, estaba Lillian intentado saber donde estaba, sabía que en una celda, pero no sabía dónde, porque no había nada de comodidades en la celda, solo un camastro y un retrete.

—Vaya, hola vecina. —dijo una voz arrogante.

— ¿Quién anda ahí?

—Tu compi de prisión.

Amor verdadero (supercorp, Swanqueen)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora