6. Cuatro camas

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Danilo está en su habitación, solo, ya que ninguno de sus compañeros ha llegado aún. Se le hace extraño que hay cuatro camas, creía que solo debía haber tres, pero le da igual.

Está acostado, revisando Instagram en su teléfono, no tiene ganas ni de alistar su uniforme para las clases que comienzan el siguiente día, mucho menos de desempacar sus cosas y ubicarlas en sus áreas respectivas.

Dos chicos entran a la habitación, venían platicando, ya que se han conocido en la entrada de la residencia y se dieron cuenta de que tenían el mismo número en sus llaves de cuarto. Uno de ellos ha estado en Luxord desde octavo grado y el otro desde noveno, pero nunca se habían visto.

A ambos se les hace raro de que haya cuatro de cada mueble en la habitación: cama, armario, escritorio, sillón...

Uno de ellos carraspea su garganta para tener la atención de Danilo, ya que parece que no ha notado su presencia porque sigue muy distraído con su celular.

Danilo los voltea a ver, les da una media sonrisa y vuelve a ver su teléfono.

-Mae, ¿todo bien? -le pregunta el costarricense.

-Sí, gracias -responde Danilo.

Los tres chicos en la habitación guardan silencio, el ambiente se vuelve un poco tenso. Los dos que entraron se ubican en sus camas correspondientes y comienzan a desempacar un poco.

Entra un cuarto chico a la habitación, viene haciendo algo de ruido con sus grandes maletas y trae la música en sus audífonos a todo volumen.

-¿Qué hacen cuatro camas acá? -dice el chico de República Dominicana.

El tono con el que habla hace que el resto de sus compañeros de habitación se sobresalten, pero les causa gracia al mismo tiempo.

-Créeme que lo mismo nos preguntamos -responde el boliviano.

-Pues bueno, ¿será que hubo una equivocación? -pregunta el costarricense-. ¿Y si vamos a preguntar al encargado de la resi?

-Vamos -dice el boliviano.

Danilo sigue acostado en su cama.

-¿No va a ir con nosotros? -le pregunta el costarricense a su intimidante compañero.

-No, no tengo ganas.

-¡Eh, papá! Tú como que estás medio amemao. ¿Qué es lo que te está pasando? -pregunta el dominicano.

Danilo suelta una pequeña risa, pero vuelve a ponerse serio para responder.

-No me pasa nada, ya, vayan ustedes, no es necesario ir todos para preguntar eso. Además, sería muy absurdo que sea una equivocación, nadie pondría un extra de cada cosa en la habitación solo porque sí.

-Sí, tenés razón, pero igual, nada nos cuesta ir a preguntar -dice el boliviano.

Los tres chicos se van a buscar al encargado de la residencia de chicos del lado Sur, mientras Danilo se queda acostado en su cama.

El encargado de la residencia les explica a los chicos que en su habitación hay cuatro estudiantes porque les escogen los compañeros de habitación de acuerdo con la especialidad escogida, para que también sean compañeros de clase; sin embargo, para la especialidad de Ciencias de la Tecnología, solo se inscribieron trece varones, así que quedaron tres habitaciones de tres y una de cuatro.

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