21. Malas miradas

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Rebeca entra al baño de chicas, se quita el uniforme y se pone el traje de natación, luego se mete a la ducha antes de ir a la piscina. No sabe qué van a hacer en la primera clase, pero por lógica cree que se meterán a la piscina..., aunque ahora que está mojada, comienza a arrepentirse; ojalá a la maestra no se le ocurra que sea solamente clase de presentación y no vayan a nadar, porque si no, será la única de su clase que ande mojada; pero bueno, ya no hay vuelta atrás.

Rebeca sale del baño y se sienta a la orilla de la piscina. Carlos Manuel la ve desde el otro lado de la piscina y corre hasta donde ella está.

-Robas varias malas miradas ¿sabías? -ríe Carlos Manuel el dominicano.

-Carlos Manuel ¿De qué estás hablando?

-No importa, Rebeca, ¿Cómo estás? ¿Qué hiciste a Carolina?

-Caro está en su clase de básquetbol.

-¿Básquetbol? ¿Bromeas? Ese era el deporte que yo escogería.

-Entonces, ¿por qué estás aquí?

-Creí que habría muchas chicas lindas en natación y no en básquetbol.

-Oh, perdón por decepcionarte -ríe Rebeca.

Carlos Manuel escogió natación porque él ya es muy bueno en básquetbol. También es muy bueno nadando, pero no lo hace con diferentes técnicas, solo sabe nadar en estilo libre.

-Es broma -carcajea Carlos Manuel-. Oye, Carolina me sorprende.

-Es una gran chica. A ti te gusta, ¿verdad?

-Puede ser.

-Carlos Manuel, debes estar seguro de lo que sientes por mi amiga, ya la han lastimado lo suficiente, no quiero que vos le vayás a hacer daño.

-Tu amiga en serio me gusta, me gusta muchísimo. Jamás haría algo que la lastimara.

-Gracias. ¡Que tierno! Me agradas.

-Tú también me agradas para Danilo.

-Ni siquiera estoy segura de gustarle a tu amigo.

-Sí le gustas.

-¿Te contó que yo le gustaba? ¿Qué dijo de mí?

-No, no ha dicho que le gustas.

-¡Carlos Manuel! ¡No me ilusiones! ¿Ves?, no le gusto.

-Si no le gustaras no te miraría como lo hace, no pronunciaría tu nombre con tanta dulzura. Mira que ese hombre es serio y duro, pero contigo se derrite.

-No lo sé, no me estás convenciendo -expresa Rebeca con media sonrisa. Le ha gustado lo que Carlos Manuel le dijo, podría gustarle a Danilo como a ella le gusta él. Pero aún es muy pronto para decir lo que sienten, ninguno de los dos se atrevería, apenas han cruzado palabra.

Rebeca siente una atracción muy fuerte por Danilo, hasta cree que es su primer amor. Si no se da nada entre ellos, entonces será su primer amor imposible, su amor platónico; o, mejor dicho, su crush.

Ella ya no tiene miedo de enamorarse, no le da temor conocer más a Danilo y quedarse perdidamente loca por él.

-¿Por qué me dijiste que robaba miradas? -pregunta Rebeca de repente acercándose más a Carlos Manuel.

-Ya olvídalo, no era nada, Rebeca.

-Ah... Ya sé por qué lo decías -dice al notar a sus tres compañeras de salón que la miran de pies a cabeza sin disimular-. Ellas me veían mal, ¿verdad?

Carlos Manuel solo se le queda viendo y de repente suelta una carcajada.

-Lo descubriste sola -pronuncia conteniéndose la risa.

-No sé por qué me miran así, yo no les he hecho nada, apenas las conozco porque son nuestras compañeras.

-¿No sabes por qué?

-No. ¿Vos sabés? Decíme.

-Lo descubrirás sola, ya vi que eres muy buena dándote cuenta de las cosas sin ayuda de nadie.

-¡Carlos Manuel!

La profesora de natación llega a la piscina y hace un llamado a todos sus alumnos que se encuentran dispersos por toda el área.

-No se preocupen por la pancarta que vimos hace un momento atrás, ya fue bajada. Así que no tienen de qué preocuparse, quiero que todos estén bien y relajados para que iniciemos la clase tranquilamente -indica la maestra.

-Profe, ¿nos teníamos que duchar? -pregunta Isabela con malicia viendo hacia donde está Rebeca.

-No, aún no. ¿Por qué está usted mojada, señorita? -pregunta la maestra a Rebeca.

Rebeca se pone nerviosa, no sabe en qué estaba pensando cuando entró a la ducha, ¿tan distraída estaba?

-Discúlpeme, profe, es que creí que debíamos hacerlo porque pensé que de una vez íbamos a entrar a la piscina -responde Rebeca teniendo todas las miradas de sus compañeros encima. Se siente horrible porque ya es la segunda vez que una maestra le hace un llamado de atención en la primera clase.

-Bueno, pues no es así, siempre debe esperar mis instrucciones -dice la maestra-. Ahora vayan todos a calentar dando cinco vueltas alrededor de la piscina, luego se duchan y entran al agua, vamos a empezar aprendiendo algunas técnicas de patada.

Todos los chicos de natación obedecen y hacen lo que la profesora les indicó.

Instituto Luxord [Completa]✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora