—Cami, ¿por qué tienes esa cara? —le pregunta Rayssa a Camila mientras se alistan para ir a cumplir con su castigo.
—No me pasa nada.
—Claro que sí, tu rostro de tristeza te delata —exclama Rayssa acercándose a Camila para poner sus manos sobre la cara de su amiga—. ¿Es por el castigo o porque tuvimos que madrugar?
Camila se aparta y se queda varios minutos en silencio, no le gusta que Rayssa le esté preguntando esas cosas. En realidad, no es tristeza lo que tiene, sino preocupación; pero no es por el castigo, y mucho menos porque tuvieron que levantarse temprano.
Rayssa es una buena chica y es una maravillosa amiga, la mejor amiga que Camila ha tenido; pero no se siente tan segura de contarle a la brasileña lo que le sucede. Le da miedo lo que Rayssa vaya a pensar de ella y le aterra en gran manera que tal vez ya no la quiera como amiga.
—Ya lo dije, Ray. No me pasa nada —sonríe Camila disimulando—. ¿Ya estás lista? Deberíamos irnos.
—Si, ya lo estoy —Rayssa le da una gran sonrisa—. Oye, qué envidia tengo de Laura. Mírala, está profundamente dormida..., nosotras deberíamos estarlo.
—Si, pero Laura no se peleó con nadie y nosotras sí, así que a cumplir con nuestro castigo.
Camila saca un suéter de su armario y se lo pone mientras Rayssa entra al baño y moja unas camisas.
—Voy saliendo, te espero afuera —anuncia Camila y sale al pasillo.
Rayssa sale del baño y vuelve a sonreír llevando las camisas mojadas en sus manos. Gotas de agua mojan el piso.
Se para frente a la puerta para salir, pero antes de irse, lanza las camisas mojadas con una excelente puntería.
Tal como lo imaginó, las camisas mojadas van a dar a la cara de Laura, quien se despierta de un susto y rápidamente se quita las camisas mojadas de su cara. Rayssa la ve y estalla de risa.
—¡!Raysaaaaaaa...! —Grita Laura furiosa—. ¡Te voy a matar!
—¡Corre, Cami! —vocifera Rayssa y salen corriendo a toda prisa por el pasillo.
—¿Qué hiciste? —le pregunta Camila a Rayssa.
—Solo corre.
Isabela, Renata y Celeste se apartan al ver que Rayssa y Camila van corriendo hacia ellas.
—¡Salvajes! ¡Salvajes! —Reniega Celeste y patalea fuertemente.
—¡Yes honey! —Exclama Renata—. Parece que esas dos no poseen educación.
—¡Casi nos llevan por delante! —exclama Isabela.
Las tres se quedan furiosas viendo a las dos amigas alejarse. A ninguna de las tres les parece justo el castigo que el director les dio.
Empiezan a caminar lentamente porque no quieren llegar al comedor de la residencia del lado oeste, donde deben cumplir su castigo.
Isabela no deja de renegar, ya que ella considera que debe ir porque ella no hizo nada.
—¡Isa callate! ¡Me mareás con todo lo que hablás! —se queja Renata.
—Pues aguántate, reina de Argentina.
—¡Pará! ¿Okey?
—Las dos guarden silencio —interviene Celeste—. Esa es la razón por la cual nuestros enemigos nos han ganado ventaja. Estamos peleándonos todo el tiempo, deberíamos volver a ser unidas como siempre lo hemos sido.
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Instituto Luxord [Completa]✓
Teen FictionSer becado en el prestigioso Instituto internado al que asisten niños ricos de toda Latinoamérica, puede que no sea fácil... Lo bueno es que nadie sabe quiénes son los becados, así que eso facilita las cosas, o al menos eso es lo que se espera. El...