30. Tórtola

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Rayssa se encuentra en su habitación, sentada en su cama con un espejo pequeño observándose su ojo morado. Le da mucha vergüenza que la gente la vea así. 

No puede creer que en su primer año de bachillerato haya perdido el glamour que siempre ha tenido, y que por culpa de su rival estará castigada; pero lo único bueno para ella, es que el director no llamó a sus padres para comunicarles lo sucedido, eso es un gran alivio para ella; porque de no ser así, habría tenido que sufrir las consecuencias. 

Sus padres a la hora de enfadarse lo primero que hacen para castigar a su hija es que cuando regresa a casa en vacaciones, la llevan donde su abuela materna en el municipio de Maringá; y lo peor es que su abuela no la deja salir de casa. En cambio, cuando está en Sao Paulo su ciudad natal, pasa todo el día fuera de casa y viaja con sus primos a Rio de Janeiro, Brasilia, Salvador de Bahía y otras ciudades de Brasil. 

—Amiga, lo siento —dice Camila sentándose al lado de su amiga. Camila está muy preocupada, no soporta verla lastimada. 

—¿Por qué la disculpa? 

—Es mi culpa que estés así. 

Minha menina, es culpa de Celeste, no tuya. 

—De una u otra forma me siento culpable. 

—Cami, de verdad, no tienes por qué sentirte mal.

—Está bien. Si necesitas ayuda para ponerte hielo en el ojo, solo me dices —dice Camila, ya que el doctor le indicó a Rayssa que debía estar poniéndose compresas frías en el ojo para reducir la hinchazón. 

—¡Ya cami! Deja de preocuparte tanto, estoy bien, no tienes que estar el resto de la tarde conmigo, mejor sal a hacer algo…, con Eduardo, por ejemplo —dice Rayssa riéndose y luego le guiña el ojo. 

—Pues, ¿sabes qué?, no tenía pensado estar toda la tarde contigo —dice Camila poniéndose de pie y colocándose las manos en la cintura—. Porque justamente dentro de diez minutos voy a verme con Eduardo.

—¡Uyuyuy! Van a haber muchos besitos —dice Rayssa riendo alocadamente tirando besos al aire. 

—¡Cállate, Ray! Qué imaginación la tuya. Solamente le voy a contar todo lo que pasó hoy y decirle que no vamos a poder tener nuestra cita el sábado. No pude hablar con él ni en clases ni en recreo, no me sentía con ánimos —expresa Camila, ya que hace aproximadamente media hora, Eduardo le escribió a Camila diciéndole que casi no había prestado atención en todas las clases porque estaba muy preocupado por ella, ya que no sabía lo que le había pasado, porque de lo único que se dio cuenta es que hubo una pelea. Ni entendía por qué Camila había estado tan distante durante todo el día. Nicolás se negó a contarle lo sucedido, pero le aconsejó que le escribiera a Camila para que fuera ella quien se lo cuente cuando esté lista. 

—Por favor, Camila, no seas tonta, la cita no se puede cancelar. 

—¿Qué parte del castigo de fin de semana no entiendes? 

—¿Qué no entiendes quién soy y lo que puedo hacer? No me subestimes —dice Rayssa y Camila solo niega con la cabeza y se ríe. 

—¿Y la semana no tiene más días aparte del sábado? Además, nuestro castigo de no salir solo es este fin de semana, podemos tener la cita después. 

—Sería muy feo tener una cita un día de clases, porque las lecciones finalizan muy tarde, no tendrían suficiente tiempo. Y el lunes nunca es un buen día para salir con el chico que te gusta —dice Rayssa, ya que de martes a viernes tienen clases hasta horas de la tarde, y solo los lunes salen antes de almuerzo—. En cambio, el sábado, tendrían toda la tarde para pasar juntos las horas que quieran, sin preocupaciones ni cansancio. 

—Tienes razón, pero sea como sea, estamos castigadas, así que ni modo, tendremos que posponerla. Ya me voy —exclama Camila dirigiéndose a la puerta.

—Hasta luego, tórtola —Rayssa suelta la carcajada y Camila también. 

En cuanto Camila se va, Rayssa le envía un mensaje por WhatsApp a Eduardo. 

Rayssa: Eduardo, si Camila te dice que se va a cancelar su cita, sólo síguele la corriente, yo tengo un plan para que la cita se haga sí o sí; pero no le digas nada. 

Eduardo: ¿Cancelar nuestra cita?

Rayssa: Ya verás por qué te lo digo, no hagas más preguntas, ella te lo contará todo. Pero no te preocupes, como te dije, tengo un plan. 

Eduardo: Está bien, gracias. Cuento contigo.  

Rayssa piensa que su plan no puede fallar, es perfecto. Eduardo y Camila deben tener su cita este sábado, no merecen esperar hasta la próxima semana.

Ahora se comunica con Nicolás para contarle el plan detalladamente, se siente feliz porque sabe que cuenta con el apoyo total de su amigo.

Cuando termina de explicarle lo que van a hacer, le pide que le cuente el plan a Matías, ya que también van a necesitar de su ayuda; luego ella le dirá a Eduardo lo que le toca hacer a él para que su cita con Camila sea un éxito

Instituto Luxord [Completa]✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora