47. Confesión

34 11 18
                                    

Danilo no se presentó a ninguna de las clases el resto del día, se fue a su habitación y Rebeca tuvo que regresar a clases. Se llegó el fin de semana y Danilo no salió de su habitación, ni siquiera a comer. Sus amigos le llevaban la comida a la habitación, pero aun así él no tenía mucho apetito. Rebeca, para no molestarlo con mensajes o llamadas, se comunicaba con los amigos de él para preguntarles cómo seguía, ya que ella no puede entrar a la residencia de chicos. Por más que deseaba estar con él, tiene que obedecer las reglas de Luxord.

Al llegar el lunes, Danilo tampoco se presentó a clases. La profesora Kafati preguntó si alguien sabía por qué el estudiante Danilo Cedeño no se ha presentado a clases, y uno de sus amigos le respondió que Danilo se encuentra de luto por la muerte de su abuelo, quien falleció por causa de un infarto. La profesora lo comprendió totalmente y justifica su ausencia, para no bajarle puntos.

Cuando están en un receso, Laura se encuentra sentada en uno de los pasillos, sola, escuchando música; cuando recibe una foto a través de WhatsApp de parte de un compañero de su clase de idioma.

En la foto se aprecia un enorme grafiti hecho en la pared trasera del edificio donde se encuentran los laboratorios de Ciencias y Tecnología.

Laura se pone sumamente furiosa cuando lee el mensaje en grandes letras rojas del grafiti:

"La ORAB sigue a flote, y pronto revelaremos las listas con los nombres de los becados del Instituto Luxord. Basta de confidencialidad."

Inmediatamente, Laura envía la foto al grupo de WhatsApp de su salón y les escribe un mensaje:

Laura: Miren lo que hicieron en la pared de los laboratorios. Tenemos que hacer algo.

Eduardo: Sí, Lau, tienes razón.

Nicolás: No puedo creerlo... Al parecer ese chico al que expulsaron no era el único en esa organización.

Laura: Se los dije.

Antonio: Es detestable. {inserta emoji de enojo}

Varios de los chicos del salón 103 escriben mensajes en el grupo, opinando acerca de lo ocurrido.

Las autoridades del instituto, el personal que labora en el campus, y muchos estudiantes; están desconcertados.

En la tarde, cuando ya han finalizado las clases del día, Camila está en la biblioteca esperando a su novio.

Eduardo llega y se sienta con ella en uno de los pequeños sillones que hay en la biblioteca, para que los estudiantes puedan leer cómodamente.

—Vine lo más rápido que pude, dijiste que era urgente. ¿Pasa algo? —pregunta Eduardo preocupado.

—Es que quiero hablar contigo. Lamento interrumpirte, sé que estabas en el gimnasio.

—No te preocupes, el gimnasio puede esperar, tú me necesitas.

—Te cité aquí porque es más privado para hablar. Lo que debo confesarte es muy importante —dice Camila muy seria y Eduardo se inquieta.

—Por favor, Cami, dime qué sucede —dice tomándola de las manos.

—No sé cómo lo vas a tomar, pero no puedo seguir ocultándolo... Tengo miedo por dos cosas: La primera es que yo fui parte de la broma hacia Celeste y sus amigas, y me he sentido terrible desde entonces. La segunda es por lo que pasó hoy con la organización y sus amenazas de publicar las listas de los becados. Porque yo... —dice muy angustiada y hace una corta pausa—, soy becada.

Eduardo se queda estupefacto al escuchar todo lo que Camila le cuenta.

—Me sorprende que tú hayas participado en esa horrible broma. No me gustó escuchar eso. Me lo esperaba de cualquiera, menos de ti —dice Eduardo desilusionado.

Instituto Luxord [Completa]✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora