Instituto Luxord [Completa]✓

15. Privado

Los cuatro chicos, en compañía de Rebeca y Carolina, se dirigen a la librería más cercana de las dos que hay en el campus.

Carolina fácilmente hace amistad con los chicos. Rebeca, que también es bastante amistosa, no habla mucho, solo se ríe de los chistes y las charlas de los demás y opina o cuenta algo de vez en cuando pero no con mucha soltura. Carolina lo nota, a pesar de que se conocieron ayer, sabe que Rebeca está un poco incómoda y cree saber por qué.

Como ya llevan un rato caminando todos juntos, Rebeca se siente un poco más relajada y la urticaria se le ha ido quitando, por suerte nadie comentó nada al respecto.

-Danilo, ¿qué te ha parecido Luxord hasta ahora? -pregunta Carolina al que va más de callado, que no ha dicho ni una palabra luego de saludarse.

-Bien, acogedor -responde.

-Qué bueno, espero que tu estadía aquí sea de lo mejor.

-Gracias.

Llegan a la librería y le piden a la encargada el libro que necesitan. Solo hay dos en exhibición, así que la encargada le indica a la otra muchacha que trabaja ahí, que vaya a la bodega de la librería donde tienen almacenados los libros.

Mientras esperan a que traigan el resto de los libros, los chicos pasean por los pasillos de la librería, algunos de ellos solo para ver y otros porque desean comprar algunos materiales. Rebeca camina sola por el pasillo de las pinturas y pinceles, cuando de repente, Danilo sale por el otro lado y entra al mismo pasillo. Fue un encuentro inesperado, Rebeca le sonríe con amabilidad y Danilo le devuelve la sonrisa.

-¿Te gusta pintar? -le pregunta Danilo a Rebeca, lo cual le sorprende demasiado, no pensó que llegara a hablarle.

-No mucho, no soy tan buena. Lo he hecho algunas veces con una amiga de mi país, pero ha sido un desastre total -ríe Rebeca-. ¿Y a ti te gusta?

-Sí, bastante en realidad, aunque me falta técnica y mucha práctica -dice Danilo sonriendo-. No se lo digas a nadie.

-¿En serio? Bueno, algún día vas a tener que enseñarme una de tus pinturas.

-Eso es privado, son solo para mí -dice Danilo muy convencido y camina saliendo del pasillo, mientras Rebeca se queda dónde estaba-. Pero puedo considerar mostrártelas alguna vez -añade dándose media vuelta hacia Rebeca, luego le sonríe y se va.