57. Ofensas

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Magaly se levanta de su asiento y se va a sentar al lado de Laura, que está al otro extremo, muy distraída.

—¿Crees que pudimos haber evitado esto? —pregunta Laura susurrando cuando Magaly llega.

—No te sientas mal, Lau. No es nuestra culpa. De una u otra forma lo habrían publicado. Ya lo hablamos, nosotras no podíamos hacer nada para detenerlos anoche —pronuncia Magaly en voz bajita

—Es cierto, esto ya lo tenían organizado —dice Laura entrando en razón—. Vamos a tener que convocar a una reunión de emergencia del comité, para hoy en la tarde. Les enseñaremos a los demás el video y estableceremos un plan para descubrir cuándo se van a volver a reunir los de la organización. Y luego le mostraremos el video al director.

—Sí, es mejor no ir ahora a mostrárselo. Debe estar muy alterado y hasta puede echar a perder nuestros planes.

—Así es, mejor esperemos a que ya tengamos la información que necesitamos para coordinar la atrapada de los malos.

—Bien, si quieres yo les aviso a los demás de la reunión de emergencia.

—Gracias —dice Laura muy agradecida por todo el apoyo de Magaly.

Al otro lado del salón están Nicolás y Rayssa un poco preocupados por Camila, que se vio muy afectada cuando revelaron que es becada. Decidieron no seguirla porque Eduardo fue tras ella. Así que después irán a buscarla, cuando Eduardo les dé noticias de dónde y cómo está.

—Con tanto alboroto, no me había dado cuenta de ya pasó media hora y Kafati no ha llegado —comenta Nicolás, sin saber que ningún maestro se presentó a dar clases porque el director los convocó a sesión urgente por lo que acaba de ocurrir.

—Es cierto... —pronuncia Rayssa—. ¿Y eso significa...? —pregunta con complicidad, sabiendo que Nicolás tiene la respuesta.

—¡Hora libre! —grita Nicolás y todos celebran que no tendrán clases con la maestra Sobeyda Kafati. Ya que, según las reglas que les explicaron los profesores en la segunda semana de haber comenzado las clases, cuando un maestro no se presenta al salón para impartir su clase, durante los primeros veinte minutos de espera, los estudiantes tienen la lección libre y pueden salir del salón si quieren.

Todos deciden salir del aula, excepto Celeste, que se queda sentada, sin poder comprender todavía cómo es que su amiga Renata es becada y no se habían dado cuenta, después de ser amigas desde hace más de tres años. Isabela no está porque se fue a buscar a Renata, y como no tiene ningún otro amigo, no le queda otra opción más que quedarse ahí sin hacer nada.

—¡Güey, detente!, deja de correr que no puedo alcanzarte —grita Isabela muy cansada corriendo detrás de Renata que huye de ella por los pasillos de la residencia.

—¿Para qué voy a parar?, ¿para que te burlés de mí? —grita Renata.

—Rena, ¿cómo crees que me voy a reír de ti? Eres mi amiga, reina de Argentina.

—¡Pará!, ¿querés? —exclama Renata para que su amiga guarde silencio y no la persiga más. Lo único que quiere es estar sola para asimilar lo que ha sucedido.

—Sé que es difícil para ti que ese secreto saliera a la luz, pero créeme que a nadie le interesa si eres becada o no, eres una reina, amiga —dice Isabela con voz suave y dando pequeños pasos hacia donde está Renata que por fin se ha detenido. Las palabras que han salido de la boca de Isabela son totalmente honestas y desea con el alma que su amiga las tome.

—Perdoname por no contarte mi secreto —exhala Renata, se recuesta sobre la pared del pasillo en el que están y se desliza hasta dejar caer su cuerpo y quedar sentada en el suelo.

Instituto Luxord [Completa]✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora