51. Inteligente estrategia

29 12 25
                                    

—¿Qué me puede decir usted de este bolso, alumna Oliveira? —pregunta el director con el bolso negro en la mano.

—Ah, no sabía que me llamaba para darle consejos de moda. Pero déjeme decirle que ese bolso está muy cool. ¿Es para su novia? Le aseguro que le va a gustar mucho, a mí me encanta, tiene estilo —dice Rayssa aliviada porque su llamado a dirección no fue por la broma. Le sorprende que el director sepa de su buen ojo para los accesorios y la ropa.

—¡Jovencita! Deje de estar haciéndose la graciosa —exclama molesto el director, lo cual provoca que Rayssa se sobresalte.

—Señor Ricalde, bájele a su tonito de voz. No estoy haciendo ninguna broma.

—Usted debería saber por qué está en mi oficina. Y tiene que saber qué es lo que contiene este bolso, porque es propiedad suya.

—¿Mio? Yo nunca había visto ese bolso —pronuncia Rayssa confundida.

—No le de vueltas al asunto. Usted es la persona que hizo el grafiti en la pared, o por lo menos una de las involucradas —dice el director y Rayssa se queda atónita.

—Yo no hice eso, se lo aseguro. No entiendo por qué me está culpando a mí.

—Déjeme refrescarle la memoria, jovencita. Este bolso contiene varias latas de pintura en spray, sobre todo de colores rojos y negros, colores con los que pintaron el grafiti en la pared. El bolso es suyo, tiene su nombre escrito adentro. Usted, queriendo ocultar la evidencia, escondió el bolso en el cuarto de limpieza de su residencia y una de las señoras lo encontró. Inteligente estrategia diría yo, pero olvidó ese pequeño detalle de dejar su nombre. ¿Ahora sí recuerda lo que hizo? —explica el director y le muestra el interior del bolso.

—¡A mí eso me suena a sabotaje! —exclama Rayssa molesta—. ¿Acaso no lo ve?

—Yo lo que veo es que no piensa usted aceptar que lo hizo. Llamaré a sus padres. Puede ir desde ya recogiendo sus cosas, porque queda usted expulsada del Instituto Luxord, ya que aquí no aceptamos esos comportamientos racistas y actos vandálicos.

—¡No puede hacer eso! —dice Rayssa alterada—. Yo jamás haría algo así. Alguien me está inculpando.

—Si me dice quiénes más forman parte de esa Organización Anti-Becados, quizá podamos llegar a un acuerdo para solo ponerle una suspensión temporal —propone el director.

—¿Cómo voy a saber quiénes son los integrantes de la organización, si yo no pertenezco a ella?

—¿Qué me dice de las amenazas de publicar las listas con los nombres de los becados? ¿Cómo piensan conseguir esa información? —interroga el director.

—¡Por favor, señor Ricalde! Entienda que yo no sé nada de eso —pronuncia Rayssa desesperada.

—Si no piensa confesar, puede retirarse de mi oficina y vaya a empacar sus pertenencias.

—¡No voy a empacar nada! —vocifera Rayssa—. Soy inocente.

—Es una orden, váyase. En este instante llamaré a sus padres —ordena firme y Rayssa sale furiosa.

Hierve de furia, le parece ridículo que el director haya tomado esa decisión de expulsarla sin ni siquiera estar seguro de que fue ella, solo dejándose llevar por un bolso, que cualquiera pudo haber puesto ahí.

Rayssa llega a su salón totalmente consternada, sin poder asimilar bien todo lo que está pasando. Sus compañeros notan que algo malo pasa y la observan disimuladamente. Nicolás y Camila se empiezan a preocupar mucho, y ni siquiera se atreven a preguntarle qué pasó en dirección. Cuando va directo a su pupitre a tomar su mochila, da un pequeño grito de desesperación y empuja con fuerza hacia otro lado una silla vacía que se encontró a su paso, ocasionando mucho ruido y llamando la atención de todos. El enojo no la deja pensar con claridad, y eso la hace sentir peor.

Instituto Luxord [Completa]✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora