-Acércate- le ordenó Dominic con voz grave.
Aidan negó con la cabeza y retrocedió
-No voy a hacerte nada, acércate- su voz sonó esta vez más flexible.
Pero él volvió a negar. Dominic no tuvo más remedio que hacerlo él. Se levantó de su asiento y caminó hacia su empleado que estaba ligeramente pálido.
-Presidente, el proyecto- Aidan intentó enfocarlo en el trabajo, acaso no era para eso que estaba aquí.
-Creo que me debes una explicación. Saliste de mi casa y ni siquiera me diste las gracias- su semblante estaba serio mientras se acercaba.
-Otro más que quiere explicación- Aidan dijo en voz baja con los dientes apretados, pero Dominic con sus sentidos desarrollados lo oyó.
Lo vio fruncir el ceño y más cuando estuvo a una distancia prudente y se fijó en su rostro. Cubrió la distancia entre ellos rápidamente y lo tomó de la barbilla con cuidado
-¿Qué le pasó a tu mejilla?- plan fallido de ocultar el golpe.
-Me resbalé en el baño- esa fue la única excusa que se le ocurrió al estar impactado de lo rápido que se le había acercado y con la gentileza que lo tocaba a pesar de tener manos grandes. Es que el alfa era grande en todos lados o al menos eso pensaba.
El repasó a los ojos desde su mejilla a los ojos de él mirándola fijamente. Cuando habló lo hizo pausado y casi en un susurro.
-No me mientas-
-No lo hago- respondió rápido.
-Tu olor me dice que estas nervioso, estás mintiéndome ¿Quién te hizo eso?-
Aidan pudo ver como las venas de su garganta, bajo el cuello del traje se tensaban, Dominic estaba molesto y se estaba conteniendo.
-Tú tienes la culpa- de que valía ocultarlo. Ya él sabía que la marca en su rostro era de una mano, ahora que el maquillaje se había difuminado un poco más era visible.
Dominic frunció el ceño sin comprender.
-No deberías dejar marcas de beso en el cuerpo de alguien que no te lo permitió-
-Si fuera por mí no solo tu cuello tuviera marcar de besos- se acercó hasta su oído- No dejaría ni un espacio libre en tu cuerpo, sobre todo entre tus piernas-
Cada fibra de Aidan tembló reaccionando a su voz y traicionando por completo su conciencia.
Podía decir que había perdido el control de él mismo. No podía ser posible, pero así era. Sintió el aroma de aquel alfa llenar toda a la habitación y envolverlo. Se sintió en una nebulosa y en vez de querer alejarse de él debido a los sucesos pasados, quería enrollarse junto a aquel cuerpo masculino y más grande que el suyo y dejar que lo llenara hasta que apenas pudiera contenerlo.
Pero se contuvo y retrocedió un paso hasta topar con la pared, algo que al parecer al alfa le gusto y por lo visto parecía que se hacía costumbre entre ellos.
-¿Fue él?- Dominic preguntó calmado aunque había puesto una mano en la pared al lado de la mejilla de Aidan y la cerraba enterrándose las uñas en la palma- Fue tu novio- esta vez fue una afirmación.
Él no respondió, solo bajó la cabeza y el alfa lo tomó como un sí. Chasqueó los dientes pero se contuvo. Desgarraría el cuello de ese maldito, lo metería en una fosa bien profunda y no se molestaría en enterrarlo. Había tocado a su chico, había pegado a su omega. Eso no se lo permitiría a nadie, ni al él mismo.
Sus feromonas se hicieron más intensas. La mano de Aidan se posó temblorosa sobre su pecho en un intento vano de separarlo.
-No hagas eso, me hace sentir extraño- no podía coordinar bien sus palabras pues su cabeza daba vueltas. El olor de aquel alfa influía en él como ningún otro que hubiera conocido y desde que había dejado de tomar las pastillas se había vuelto incluso más sensible.
Su interior comenzaba a palpitar caliente. Un ligero rubor se desplazó desde sus mejillas hasta el cuello y apretó sus piernas cuando un hormigueo se formaba en su estómago.
Dominic levantó levemente la comisura de sus labios ante la reacción de él y eso solo lo motivó más. Agarró la mano de él y la separó de su pecho llevándola a sus labios y besando cada uno de sus dedos.
-Dominic no- soltó un jadeo que podía pasar por un gemido, estaba casi fuera de sí.
-¿Qué no quieres Aidan?¿Qué haga esto?- besó su palma y siguió a lo largo de su brazo mientras rodeaba su cintura y pegaba ambos cuerpos que se acoplaron como si fueran uno.
Aidan volvió a gemir habiendo separando los labios y Dominic aprovechó para atraparlos entre los suyos y se sintió en la gloria. Suaves y dulces como los había imaginado. Los besó los mordió, introdujo su lengua y la enredó con la de él y solo la dejó descansar cuando esta perdió todo el aire que tenía.
Aun cuando no podía con él, Aidan hacía un esfuerzo por separarse del alfa que no le dejaba salida. Se sobresaltó cuando la mano que estaba en su cintura bajó hasta su muslo y comenzó a subir para apretar la tierna piel cubierta allí. La presión de las manos de Dominic mandó diversos estremecimientos que le hicieron soltar un agudo chillido que calló contra el hombro de él.
-Duele- lo oyó quejarse- Duele-
-No duele precioso- besó la curva expuesta de su hombro, excitado- es solo tu cuerpo respondiendo a lo que eres, respondiendo al lazo que nos une- se rozó contra él y tembló ligeramente.
-No juego Dominic- soltó Aidan sin aire y sosteniéndose de su cuerpo- En serio duele-
Él se detuvo esta vez, no parecía que él quisiera alejarlo en vano.
-Duele cuando me miras, duele cuando me tocas, duele cuando la tocas a ella-
Dominic sonrió y besó su oreja atrapando el lóbulo entre sus dientes para jugar con él.
-Ya no tienes que preocuparte por eso, ya está arreglado, no tocaré a otra persona además de ti-
Pasaron unos segundos antes que Aidan respondiera.
-Mentira-
-Soy un alfa fiel, precioso- jugó esta vez con su mejilla- Si voy a estar en una relación lo hago en serio, ahora solo quedas tú-
Él se incorporó y lo miró con sus ojos nublados.
-Yo, ya no, ya no estaré con Hans, él, él me pegó- si no fuera porque sabía que era por sus feromonas que lo tenían afectadas, pensaría que estaría borracho.
-Entonces ven conmigo- besó ligeramente sus labios- Tu eres mi pareja destinada, nadie se opondrá a que mi omega viva junto a mí-
Dominic pensó que ya tenía la guerra ganada. Nada más alejado de la realidad cuando lo oyó negar
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No soy tuyo, Alfa
RomanceDominic, un alfa prestigioso que compra una empresa en declive, nunca se imaginó que uno de los jefes de área seria su pareja destinada, un joven llamando Aidan Aunque hay dos problemas. Ambos están comprometidos. Pero lo peor, es que Aidan dice ser...