Julian estaba sentado en el borde de la piscina. A pesar de que se había puesto el demasiado sexy bañador que Aidan le había hecho comprar para usar en el interior, se había puesto un pullover de Madox sobre él que escondía la piel descubierta, aunque sus pezones aun inflamados se mostraban. Movía sus piernas dentro del agua suavemente haciendo ondas que lo mantenían entretenido mientras estaba perdido en sus pensamientos.
El celular a su lado sonó y él lo agarró rápido frunciendo ligeramente el ceño. Otra vez ese número. Se le había olvidado apagarlo otra vez después de que su jefa le llamara para mandarle el plan de trabajo para cuando él regresara. Colgó y lo apagó dejándolo nuevamente hacia un lado.
-¿Por qué no respondes?- Madox se detuvo y se acercó nadando hacia él. Se recostó entre sus muslos. Solo llevaba un corto y ajustado bañador negro que lo llevaba por la poca decencia de que era de día porque no le apetecía la idea. Pero aún le quedaba respeto por Julian que estaba vestido y no quería arruinar la atmósfera.
-No es nada importante. Lo atenderé después- respondió él evitando su mirada y cambió de tema- ¿Crees que ellos estén bien?- preguntó en voz baja señalando hacia la cabaña que debía estar del otro lado del muro que les daba intimidad.
Madox le abrió sus piernas y se metió entre ellas impulsándose hacia arriba utilizándolas para recostarse cómodamente. Mordió el interior de su muslo haciéndole soltar un gemido al pinchar la tierna piel con sus colmillos. La piel masculina estaba fresca por la temperatura de la piscina, esta estaba completamente húmeda y mojó al omega que no protestó.
-Solo es un omega en celo y un alfa demasiado escrupuloso. Si, estarán bien- Madox alzó sus hombros mientras dejaba un trillo de marcas en Julian- Solo los dejaremos tranquilos por los tres días que pasa el celo y ambos estarán como nuevos cuando lo veamos de nuevo-
Julian bajó la mano y la enterró entre las brillantes y húmedas hebras rubias del alfa que danzaban sobre su cabeza y frente. Estar allí con aquella tranquilidad era realmente relajante. Madox dejó de morderlo después de dejar su muslo marcado, abrazó su cintura y posó su cabeza sobre el plano abdomen.
-¿Qué te tiene tan preocupado?- presionó -Acaso es la misma persona que te está llamado desde la primera noche- gruñó inconscientemente.Aprovechó y estiró su mano agarrando el celular del omega y encendiéndolo. Julian no se dio cuenta pues acariciaba su cabeza como si estuviera en las nubes además el celular no tenía sonido al iniciar así que a menos que él se girara no notaría que estaba haciendo. Sabía que no era bueno que estuviera violando su privacidad, pero si el estado de ánimo de Julian se veía afectado podría interceder con el tratamiento y él como todo doctor responsable tenía que velar por su bien.
Mirando por el costado de su cintura buscó el registro de llamadas y verificó el número y había más de 60 llamadas perdidas. Se mordió el interior de su boca para controlarse. Ni él en algún ataque de celo había dejado tantas llamadas en el celular de alguien. Con razón estaba apagado la mayor parte del tiempo.
Apagó nuevamente el celular después de memorizar el número y se enderezó después de besar el vientre cubierto por su propio pullover. Sonrió hacia el omega.
-¿Por qué no te quitas eso de más y me dejas ver la maravilla que tienes puesta?- le sonrió lobunamente haciéndolo parecer más atractivo o un cachorro pidiendo una golosina. Julian no se pudo contener ante esto y sonrió.
-¿Vas a ser gentil conmigo?- lo provocó.
-¿Alguna vez no lo he hecho?- él se alzó sobre los brazos poniendo las manos en el borde de la piscina y lo besó levemente en los labios- Ahora muéstrame, estoy realmente curiosos-
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No soy tuyo, Alfa
RomanceDominic, un alfa prestigioso que compra una empresa en declive, nunca se imaginó que uno de los jefes de área seria su pareja destinada, un joven llamando Aidan Aunque hay dos problemas. Ambos están comprometidos. Pero lo peor, es que Aidan dice ser...