Acepto

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Aidan realmente temblaba ese día. Sus manos estaban tan frías que estaban tiesas. Porque el reflejo delante del espejo era algo realmente asombroso.

Él con un traje blanco mientras terminaban de acomodar su cabello. Porque si, ese era el día de su boda. Y él aún no se lo podía creer.

El sonido de la puerta la hizo reaccionar y mirar sobre el hombro. Un chico menudo, con una barriga de ya seis meses, enorme para su tamaño enfundada en un traje sencillo de pantalón y camisa amplia azul pastel de cuello alto, entró en la habitación.

-Julian- le sonrió a su amigo con una enorme sonrisa.

-Crees que me perdería la boda de mi mejor amigo- él se acercó y se detuvo a su lado- Soy tu padrino, claro que vendría. Aunque te confieso que estuve toda la semana convenciendo a Madox que de que dejara salir del hospital. Está más siquiátrico de lo normal. Es vigilándole todo el tiempo. Imagínate que el otro día vomité porque se me atoró algo en la garganta y estuvo a mi lado como un perro fiel toda la noche. No pude dormir-

Ante el parloteo del omega Aidan se rio dejando salir su nerviosismo.

-Gracias por venir a pesar de todo- le agarró las manos a Julian y se las besó- Estoy realmente nervioso y tenerte aquí me ayuda mucho-

-Y yo feliz de poder hacerte compañía. Y ahora déjame verte-

Aidan se levantó mostrando su traje blanco ajustado en la cintura. Los botones de la camisa bordada en hilos de plata estaban finamente decorados. El pequeño lazo alrededor de su cuello también era de plata a juego con la cadena que salía de su bolsillo del saco hasta la camisa. Una pieza digna de un omega que se casaría con un alfa de altura como Dominic. Aunque él era el que se había comprado su propia ropa. Trabajaba y ganaba lo suficiente debido a la cantidad de trabajo reciente y al excito de la empresa que no necesitaba del dinero de su futuro esposo. Aun si este insistía constantemente en darle su tarjeta de crédito.

Para completar dos pares de aros plateados danzaban en sus orejas. No solía usar demasiados artilugios, pero en esa ocasión le iban perfecto, aun si era hombre.

-Te ves guapísimo- Julian lo felicitó.

-Gracias- le acarició la mejilla- Estoy seguro que tú también te verás sensacional en uno así-

Las mejillas de Julian se pusieron muy rojas.

-No creo que con esta enrome barriga algo me quede bien. Incluso esta ropa me queda horrible- lo levantó mostrando sus pies- Incluso tuve que usar sandalias porque mis pies son dos enormes tamales. Aun así, Madox parecía encantado. No sé qué realmente ve lindo cuando parezco una enorme papa rellena-

Ambos omegas se rieron.

-Era de imaginarse de Madox como últimamente se está comportando contigo- habló en voz baja- Le escuché decir que cuando le levantes el castigo lo primero que hará será pedirte matrimonio. Lo siento por joder su sorpresa, pero con esos alfas nunca se sabe-

Julian no puso dejar de reír, aunque el sonrojo de sus mejillas era aún más notable.

-Si me pide matrimonio en este estado te juro que lo rechazo. No pienso verme gordo el día de mi boda-

-Pero si estás lindo- Aidan posó sus manos sobre el enorme vientre- Yo quisiera verme así- había una sonrisa extraña en su rostro. Julian comprendió la angustia de él.

-Estoy seguro que dentro de poco podrás. La medicina de Madox es muy efectiva y él ya dijo que tu sistema hormonal se está estabilizando adecuadamente. Además eres joven-

Aidan cerró sus ojos y recordó su última consulta. El ultrasonido de su útero había indicado que este todavía estaba débil pero ya cerca de ser fértil por lo que, si seguía en tratamiento y recibiendo las feromonas de su alfa, las posibilidades de poder tener un hijo propio serían grandes.

No soy tuyo, AlfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora