Hermoso omega

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Dominic dirigió a Aidan con un brazo rodeando su cintura por la entrada principal del recinto donde se celebraría la reunión de los presidentes de las empresas. El olor de los alfas era bastante denso y golpeó a Aidan haciéndolo tambalearse levemente.

-¿Estás seguro que es buena idea de que estés aquí?-

-¿Acaso te sabes todos los detalles del proyecto?- él agitó la cabeza para enfocarse.

-Aun así no tienes que esforzarte tanto, yo podría habérmelas arreglado, me preocupas Aidan, no quiero ver que estés incómodo por algo-

-Suena muy lindo de los labios de aquella persona que se aprovechó de mi cuerpo mientras estaba totalmente dormido- lo miró por encima del hombro alzando una ceja – ¿al menos te preocupaste por preguntarme lo que yo quería-

Aidan tenía que reconocer que esa tarde estaba realmente irritante. Pasaba tantas horas durmiendo que parte de su cuerpo estaba entumecido y no saber lo que ocurría a su alrededor lo ponía de los nervios. Por otra parte todo el olor de Dominic era cada vez más potente y cada nervio de su cuerpo le decía que tenía que ser sumiso a él y eso lo irritaba.

Entraron a la gran sala y vaya que estaba lleno de alfas por todas partes. Al menos pudieron contar cerca de treinta a cuarenta personas, todas trajeadas y las pocas mujeres de la sala que solían ser betas y alguna que otra omega marcada llevaban lustrosos vestidos. Para ese día Aidan había escogido un traje de color negro totalmente común pero elegante, Su cabello como siempre crecía muy rápido y lo había peinado hacia atrás intentando ocultar su nuca sin marcar. Ya estaba avisado de lo peligroso que era un omega sin marcar en un lugar lleno de alfas. No se molestó en usar perfume. Dominic había impregnado las ropas de él con sus feromonas a saber cómo, para darle a indicar a los alfas que aunque no estuviera marcado todavía, ya tenía dueño.

Vio como un alfa alto y canoso se acercó a ellos y saludó cordialmente a Dominic aunque en su voz el deje de envidia era más que evidente.

-Veo que viene muy bien acompañado- mencionó prestándole atención a él.

Aidan pudo sentir como el agarre en su cintura se hizo más fuerte y la atmósfera alrededor de su pareja se hizo densa. Dominic no estaba contento con que aquél persona le estuviera estudiando a su acompañante.

-Sí, bien acompañado- sus palabras eran rígidas pero el otro alfa no captó la indirecta.

-Me pudiera decir su nombre- levantó una mano hacia él con el objetivo de tomarle la mano.

Si lo que dijo Madox anteriormente era verdad, ya esa persona debía saber por su olor que él era una omega, y por lo visto no le importaba coquetearle aun cuando su alfa estaba al lado. Ese hombre debía ser más fuerte que Dominic para que hiciera eso y no hubiera represarías.

-Si mi alfa quiere decírselo no hay problema- no quería causar malentendidos así que dejaría todo en manos de Dominic. No decía él que era su alfa, que asumiera entonces.

Este por su parte lo corrió un poco hacia atrás y se giró.

-Disculpe mi descortesía pero mi omega esta algo cansado del viaje y desea sentarse, creo que ahora no podrá entablar una conversación con él- y con la misma se alejaron hacia la mesa que se les había asignado.

-¿Estás seguro que no se molestará por no responderle?-

-Estoy seguro que sí. Es Michel Norman, es un alfa especializado en el área de la estética facial, muy poderoso por cierto, pero su carácter irrespetuoso ha hecho que pierda bastante contactos y clientes. Hay incluso un rumor que quiso aprovecharse de la omega de un amigo de él. No sé si es verdad, pero este mundo es un pañuelo y las noticias corren como el agua y una vez que te empapas es muy difícil secarte-

Aidan asintió con la cabeza y tomó la bebida sin alcohol que Dominic le ofreció después de que un empleado la pusiera sobre la mesa.

-Deben empezar dentro de unos minutos ¿deseas algo?- el alfa le pasó una mano por el muslo que Aidan le palmeó.

-Te soy sincero, ni se te ocurra separarte de mi lado, por alguna razón siento miles de miradas sobre mí, y es la primera vez que estoy tan incómodo en una reunión- lo oyó resoplar.

-Como quieras hermoso-

Diez minutos después comenzaron las presentaciones. Al turno de ellos ambos caminaron hacia la tarima y Dominic empezó con su discurso. Aidan tuvo que reconocer que sabía desenvolverse, pero él no se quedaría detrás. Al momento de él demostró las dotes aprendidas a lo largo de los años y como había sido capaz de cautivar a la mayoría de los clientes de la antigua empresa, si solo no fuera por el director que tenían hubieran prosperado rápidamente. No faltó quien lo cuestionara y presionara alegando que había algunos fallos o algunas lagunas en su proyecto. Pero hasta el mismo Dominic se quedó impresionado al él responder todo y dejar las cosas tan claras que ni el mismo tuvo dudas. Por esa razón había insistido, él era un alfa pero no hubiera podido responder de la forma que Aidan lo había hecho.

Al terminar su presentación los aplausos en la sala estuvieron presentes, incluso de aquellos que Dominic sabía estaban allí para criticarlo. Se sintió orgulloso de su pareja y de lo eficiente que era. Tener a un chico así a su lado solo haría que su vida fuera mucho más fácil y placentera. Otro factor que lo hizo enamorarse más de él.

Dominic lavó su rostro un momento en el baño. Se había tenido que retirar en cuanto había terminado todas las exposiciones y correr al lavado a refrescarse. Sentía que su aliento se estaba volviendo pesado en su garganta y que empezaba a sudar debajo del traje. Metió la mano en el bolsillo y no encontró nada más que su celular y maldijo.

Siempre ponía supresores en sus trajes para cualquier emergencia. Su celo debía llegar al menos dentro de 48 horas, pero sus cálculos al parecer habían salido mal. Él siempre era fijo con el celo y los síntomas se presentaban al menos quince horas de que apareciera, pero esta vez sentía que estaba a punto de caer en el abismo.

Podría ser que se hubiera adelantado por los roces con su omega o por tenerlo al lado. Solo supo que sus colmillos comenzaban a picar y quería marcarlo. Tenía que volver al hotel y buscar los supresores en la maleta. No le gustaba consumirlos, eran muy fuertes y le producían vómitos durante todo el celo pero no quería dañar a Aidan y sabía que estaría en peligro si lo encontraba en ese estado.

Respiró profundo conteniendo todo su cuerpo y lo buscó. Lo encontró rodeado de al menos tres alfas aunque él no parecía incómodo con la situación, más bien hablaba cómodamente y estos estaban atentos a él. Se acercó y lo tomó de la mano posesivamente alrjándolo, la sola idea de que hubieran otros alfas a su alrededor lo ponía de más mal genio.

-¿Dominic qué haces?- Aidan se sacudió pero no pudo soltarse.

-No te quiero cerca de ellos-

-Pero que dices- sacudió nuevamente la mano y logró deshacerse del grillete de carne- Esos alfas están interesado en tu proyecto y desean hacer negocios con nosotros, no me vengas ahora con eso de macho alfa que no es el momento, y déjame hacer tu trabajo, yo estoy haciendo el mío-

-Aidan- la llamó con voz sofocada y después chasqueó los dientes- Volvamos, necesito ir al hotel con urgencia y no puedo dejarte aquí- tenía la intención de alquilar otro cuarto que estuviera disponible al menos hasta que su celo culminara-

-Vuelve tú- le dijo él con calma sin saber la situación, después de todo nunca se imaginaría que el celo de Dominic estaba rayando- Déjame resolver esto que es importante y te sigo en un taxi, sus propuestas son demasiado tentadoras y después me lo agradecerás-

Dominic volvió a insistir casi desesperado por salir de allí y él siguió negándose. Discutir con un joven de negocio era lo peor que le podía pasar. Al final se rindió y se fue, si se quedaba más tiempo podría marcarlo allí mismo. La idea de dejarlo allí no le parecía nada agradable pero su instinto comenzaba a tomar control sobre él de manera peligrosa.

Aidan lo vio irse, algo preocupado pero volvió junto a los alfas y cerró ciertos acuerdos que a corto plazo le traería a Dominic unas buenas ganancias. Todavía se preguntaba que lo tenía tan atareado. Recogiendo sus cosas caminó hacia la entrada a hacer lo que le había dicho a Dominic cuando cierto alfa se cruzó en el camino.

-¿No crees que me debes una conversación, hermoso omega?-

No soy tuyo, AlfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora