-¿Estás preocupado amor?- la pregunta de Dominic sacó a Aidan de sus pensamientos.
-Ir a visitar a los suegros siempre es un tema de preocupación y más cuando se va una semana después de lo que ellos pretendían ¿no crees?- le sonrió calmadamente.
Habían salido esa tarde en dirección a la mansión donde residía la familia de Dominic. Un viaje que duraría alrededor de tres horas por lo que llegarían entrada la noche. Cenarían, de seguro tendrían que quedarse a dormir por las exigencias de cierta omega y a primera hora volverían. Ese era el plan que habían conformado.
Por un momento Aidan pensó que Dominic no se llevaba bien con sus padres pero no quiso preguntar. Quizás lo hacía para que él no se sintiera incómodo. Después de todo, el primer encuentro de él con Ofelia había sido con las lanzas en alto y sin armaduras, el primero que cediera, terminaría derrotado. Lástima que Aidan no era de los que echara la toalla tan fácilmente.
Más bien, se divertía con aquella situación. Los retos siempre eran bienvenidos en su vida.
-Aunque mi madre parezca que puede morder no te preocupes que cuando te la ganes te querrá como un hijo-
-Me parece increíble que te encuentres en la situación donde tengas que darme ánimos para enfrentar a tu madre. Qué bueno que no tendré que hacer lo mismo-
El comentario de él lo hizo sentarse y apretar el timón del auto.
-Mi intención no era...-
-No te preocupes- el omega resopló y acomodó su cabeza hacia atrás cerrando los ojos- No me importa la vida que pueda estar teniendo mi madre ahora. Pueden que me tachen de mal hijo pero solo yo sabe lo que tuve que soportar todos estos años a su lado y el futuro que ella había planificado en su beneficio-
Recordarlo hizo que una expresión de cansancio y dolor se posara en su rostro. La mano de Dominic acarició su mejilla aunque no separó la vista de la carretera.
-Sabes- él le sonrió- Eres bueno reconfortando a los demás-
-Ese es mi trabajo amor- agarró su mano pequeña y la beso.
-Cambiando de tema, ¿Cómo se encuentra Madox?-
Dominic apretó los labios.
-Bueno, desde que recibió la noticia hace quince días de la muerte de Julian lo ha...llevado de alguna forma. Comenzó a trabajar hace unos días y si no se mata del alcohol, lo hace del exceso de trabajo. Realmente ya no sé qué hacer con él. Nunca pensé que realmente estuviera enamorado de Julian. Sé que lo mimaba y trataba mejor que muchas de sus parejas habituales, pero que llegara a este punto...- suspiró- Por suerte mis padres comprendieron la situación y dejaron que fuéramos después de que lo estabilizara un poco. No quisiera dejarlo solo mucho tiempo-
-Julian- Aidan susurró.
-No te aflijas así- le pidió Dominic sobando su muslo- Sabes que no debes tener emociones fuertes-
El omega le sonrió pero por dentro estaba afligido, aunque aún más adentro, algo le decía que había algo extraño en esa historia que no coordinaba bien.
Para cuando llegaron a la mansión y Dominic detuvo el auto, Reish los esperaba con el mayordomo detrás.
-No veo a tu madre- Aidan se soltó el cinturón.
-No creo que haya problemas pero debo decirte algunas cosas antes de entrar. Aquí el que manda es mi padre- la voz de Dominic era baja- Aunque mi madre se haya portado de aquella forma autoritaria en mi casa, aquí debe pretender ser sumisa. Pertenecer a la alta alcurnia significa que el papel de alfa y omega debe ser llevado al pie de la letra. Por muchos años pensé que mis padres se odiaban y que solo era un matrimonio de imposición. Aunque a con esta edad me he dado cuenta que lo que ocurre es que mi padre debe ser un poco estricto con mi madre. A los dos...se le va la catalina de vez en cuando-
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No soy tuyo, Alfa
RomansaDominic, un alfa prestigioso que compra una empresa en declive, nunca se imaginó que uno de los jefes de área seria su pareja destinada, un joven llamando Aidan Aunque hay dos problemas. Ambos están comprometidos. Pero lo peor, es que Aidan dice ser...