Sorpresas

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Aidan se levantó tras un leve sonido que veía de afuera de la habitación. Se sentó en la cama y se acomodó el cabello hacia atrás quitándolo del rostro. A su lado Julian dormía plácidamente. Al parecer sin preocupaciones, aunque Aidan se imaginaba que estaba cansado de los últimos acontecimientos. Después de todo, tratar con un alfa no era cosa de juego. Y menos uno como Madox.

Con cuidado se levantó de la cama y pasó por el baño antes de salir. No fue sorpresa encontrar la espalda esta vez cubierta de su alfa dentro de la cocina. Él había sido considerado dado que tenían visitas y no era bien visto que un alfa se estuviera exponiendo teniendo una pareja. Y más uno como Aidan. Aunque extrañó el cuerpo casi desnudo de su pareja solo cubierto por un bóxer negro cocinando en las mañanas. Así cualquiera se despertaba de buen humor.

-Buenos días cariño- dijo él mirándolo por encima del hombro dejando el sartén sobre la estufa- ¿Dormiste bien?- le besó la mejilla cuanto él pasó por su lado y se sentó en el borde de la meseta con los pies colgando.

-Realmente sí. No tuve actividad física excesiva, solo moví mucho mi boca anoche. Había que ponerse al día y fueron tres largos meses-

Dominic soltó una carcajada ante el sarcasmo de su pareja y apagó el fogón después de asegurarse que el huevo frito estuviera listo.

-¿Así que moviste mucho la boca?- soltó en un tono pícaro acercándose a él y metiéndose entre sus muslos- Y por qué no me invitaste, si esa boca tuya maravillosa estuvo tan activa- los ojos verdes de él se pudieron de un color intenso- Yo me sentí muy solo anoche-

Aidan alzó una ceja.

-No te morirás por una noche que no la pases conmigo. Hasta el otro día estabas muy bien sin mí-

-Qué cruel puede ser mi omega- él se carcajeó levemente.

-Acaso miento. Además, recuerdo que eras bien prepotente al inicio y me querías arrastrar como si ya fuera tuyo. Mal por ti alfa-

-Bueno, cuando se tiene a una pareja terca como la que el destino me entregó como que medidas drásticas no vendrían mal- el infló su pecho orgulloso de su trabajo.

Él le besó la mejilla.

-Bueno, al final terminamos juntos aquí. Quien lo iba imaginar. Y juntos con Julian y un supuesto cambiado Madox. Cuando lo vea en acción le creeré que cambió realmente-

-No eres el única que lo espera. Madox realmente es alguien impredecible, aunque una vez que los alfas se enlazan, la mayoría, suelen ser monógamos-

-Ya lo dijiste, la mayoría. No el 100% de ellos- Aidan se notaba ligeramente preocupado.

-Bueno, veremos qué pasa desde cerca y cualquier cosa te dejo darle el primer puñetazo en caso que meta la pata- restregó su nariz en el cuello del omega aspirando su aroma. Solo con la promesa que esta noche la pasaras conmigo. No juego cuando digo que no dormí muy bien-

-En serio pareces un cachorro Dominic. Pero no puedo dejar a Julian solo ahora mismo. Acaba de volver. Además, no creo que las conversaciones entre omegas sean de mucho agrado para un alfa-

-Bueno si entre esas conversaciones entra nuestro futuro como que si me interesan- él envolvió sus brazos en la cintura de su omega y pegó su cuerpo al más pequeño. Las piernas de Aidan pronto envolvieron su cadera manteniéndolos unidos íntimamente.

Aidan sonrió.

-Es linda la barriguita de Julian- su voz sonó dulce y suave.

Dominic sintió que su pecho se apretaba. Sabía que esto podía llegar a ocurrir desde que notó que el olor de Julian era diferente. No olía como él. Sino su aroma era mezclado con algo más.

No soy tuyo, AlfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora