Aidan sabía que la en la cuenta bancaria, tanto de Dominic como de Madox, debían de haber al menos unos buenos millones, pero no se imaginaba que acostumbraban a gastarlos de aquella manera.
El supuesto hotel que habían reservado era grande, muy grande, lujoso, muy lujoso y si había una palabra para definir todo el siempre con el MUY incluido. Él había estado en hoteles debido a reuniones por el trabajo pero nunca se imaginó estar en uno que podía superar las cinco ellas con facilidad. Apenas si podía cerrar la boca.
Las personas que estaba a su alrededor tenían un aire de grandeza y la mayoría por supuesto que eran alfas con sus parejas, ya fueran omegas o betas y sus hijos. Siempre había algunos que estaban solos disfrutando en una mesa de una buena bebida.
Él y Julian se habían quedado a unos metros por detrás de sus parejas mientras ellos estaban en la recepción ajustando los últimos detalles de su estancia. El vuelo había sido realmente largo por lo que deseaba darse un baño y dormir de una buena vez por todas. A pesar de intentarlo durante el vuelo había sido inútil, estaba nervioso de lo que podía ocurrir. Pero con el agotamiento de ahora como que su cerebro no procesaba mucho.
Miró las espaldas de Dominic y Madox y un poco más allá a la mujer que les sonreía con demasiada confianza, sobre todo a Madox que le respondía con otra sonrisa. Acaso no tenía escrúpulos. Julian estaba casi dormido al lado de él, por no decir que era ya un zombi, y él se deba el lujo de estar coqueteando abiertamente.
La supuesta mujer parecía percatarse de ser observada fijamente y su atención se encontró con la mirada entrecerrada de Aidan que solo movió los labios. Con Madox era una cosa pero que al menos se contuviera con su alfa. Se sentía posesivo con él de una manera extraña. La mujer pareció captar el mensaje pues se cohibió y terminó de hacer los trámites casi sin decir palabra.
Para cuando los dos alfas volvieron hacia él, Aidan fruncía el ceño y no parecía muy contento.
-¿Qué pasa?- Dominic pestañeó confundido, esperaba que él estuviera de buen humor por haberlo llevado allí.
-A mí, nada- cruzó los brazos sobre su pecho y señaló con la barbilla a la recepcionista- Pero me parece que alguien se estaba deleitando de pasar el tiempo con ustedes- su ataque de celos estaba más allá de lo que él podía soportar y no entendía por qué.
Dominic sonrió, lo agarró del brazo y lo atrajo hacia él abrazándolo con fuerza. Enterró los dedos en su cabello buscando después de marca y acariciándola con la punta de sus dedos. Lo sintió estremecerse al inicio y después relajarse.
-Tranquio, cálmate- él sabía que el cambio de ambiente tan brusco podía afectar psicológicamente a los omegas, y Aidan cada vez mostraba más signos de estar estable por lo que era normal que reaccionara diferente a lo usual- Ella puede coquetear, pero solo tengo ojos para ti- se carcajeó.
No recibió respuesta de Aidan que se mantuvo quieto.
-Mis señores- dos betas hicieron una reverencia detrás de ellos- Venimos a llevar su equipaje-
-Estás son las llaves- Madox se las lanzó mientras cargaba entre sus brazos a Julian que pronto enrolló los brazos en su cuello y sus piernas alrededor de su cintura y cerró definitivamente sus ojos con un ronroneó. Estaba en su límite.
Los hombres cogieron sus maletas y se dirigieron nuevamente hacia la salida donde dos vehículos los llevarían hacia otra zona del hotel. Aidan se dejó arrastrar por Dominic hacia uno de ellos sin comprender, pensando que se quedarían en el bloque principal pero al parecer se había equivocado. Ellos dos montaron en uno mientras Madox lo hizo en el de atrás con Julian todavía en sus brazos, el viaje había sido realmente fuerte para él.

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No soy tuyo, Alfa
RomansaDominic, un alfa prestigioso que compra una empresa en declive, nunca se imaginó que uno de los jefes de área seria su pareja destinada, un joven llamando Aidan Aunque hay dos problemas. Ambos están comprometidos. Pero lo peor, es que Aidan dice ser...