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Julian abrió los ojos lentamente. Sus párpados se sentían pesados al igual que todo su cuerpo. Intuitivamente se llevó la mano a su barriga preocupado de que las cachorritas que se formaban allí les hubiera ocurrido algo. Para su alivio su barriga estaba intacta y no dolía. Eso era bueno, pero ¿Qué había pasado?

...

Ahora recordaba.

El empujón, la caída el miedo y...y...unos brazos a su alrededor que lo envolvían protectoramente. Y allí estaba él vacilando nuevamente cuando se suponía que debía retroceder. ¿Por qué la sombra de Madox lo perseguía? Al parecer no había sido una buena idea haberlo llamado. Nunca esperó nada de él, pero el alfa parecía muy empeñado en estar a su lado

Entonces...

¿Por qué había estado con aquella omega?

Apretando sus labios e intentando calmarse comenzó a enderezarse en la cama encontrando que su mano estaba siendo agarrada con los dedos entrelazados. Una cabellera rubia descansaba sobre el costado de la cama. El rostro de Madox se notaba cansado y con ojeras mientras parecía dormir profundamente.

Julian se quedó quieto y se sentó lentamente recargando su espalda hacia atrás para no despertarlo. Imbécil él, aun pensaba en él cuando le seguía haciendo daño. Definitivamente tendría que tomar alguna terapia para mejorar con su autoestima y amor propio porque se estaba volviendo masoquista en eso del amor.

-¿Está despierto?- la voz suave de una enfermera irrumpió en la habitación.

Él giró la cabeza y la repasó de arriba abajo antes de asentir ligeramente. Ella le sonrió y se acercó.

-¿Le duele en algún lado?-

Julian negó con la cabeza.

-Eso es bueno. En sus exámenes de esta mañana todo salió bien por lo que se esperaba que despertara hoy en algún momento. Gracias a eso su alfa por fin pudo descansar- el rostro de Julian se torció en una extraña expresión y la enfermera se apresuró a explicarle- Verá, tuvo un ligero intento de aborto debido al estrés acumulado en su cuerpo debido a su condición delicada. Usted trae gemelos y no es algo muy común en los embarazos de alfas y omegas. Además, al no estar marcado todavía no está influenciado directamente por las feromonas de su pareja ocasionando una recarga en su organismo. Pero puedo decirle que ya todo está bien. Su cuerpo fue influenciado estos tres últimos días con las feromonas de su alfa y eso reguló muchos patrones de su embarazo-

Julian estaba lo suficientemente aturdido como para entender todo el lenguaje que usaba la mujer, pero si captó perfectamente que había tenido casi un aborto y fueron las feromonas de Madox las que habían regulado su cuerpo. Como ocurría antes.

-¿Estuve aquí tres días?- murmuró en voz baja para no despertar al alfa.

-Sí, y su pareja no se separó de su lado ni durmió en todo ese tiempo. Solo cuando le dijimos que estaba en una condición estable se dejó convencer por el doctor de dormir o tendríamos a dos pacientes ahora- la sonrisa de la enfermera era amable, no como las típicas sonrisas de superioridad que acostumbraban a tener todas las mujeres con quien se revolcaba Madox.

Él bajó la mirada y aunque en su interior se sintió feliz por la atención que le daba aun no podía quitarse de la cabeza lo de la noche anterior.

-Él...no es mi pareja-

-¿Disculpa?- la enfermera no pareció comprender bien.

-Él no es mi pareja- Julian alzó la vista hacia la mujer con rostro serio- Él solo es...-

-Soy el padre de sus hijas y su futuro esposo- la voz de Madox salió grave mientras se enderezaba lentamente ahora despierto y bostezaba. Alarmó a los dos que se tensaron por la sorpresa- ¿O acaso me equivoco pajarito mío?

No soy tuyo, AlfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora