Dominic escuchó el sonido de su puerta principal abrirse y supo quién era. Solo había una persona que podía pasearse por su casa como perro por su casa y que tenía también la llave, además de leo y su familia, sin que él se molestara. Pero esta vez era diferentes porque en vez de ir directo a su habitación, lo oyó caminar hacia donde estaba descansando su pareja destinada.
Se incorporó rápido en su cama y se puso unos pantalones de seda gruñendo, su gusto por solo dormir desnudo le estaba jugando una mala pasada. Sus ojos se abrieron impactado cuando lo escuchó gritar y supo que no era un sonido común, su omega pedía ayuda, su ayuda. Abrió la puerta de su cuarto rápidamente.
-Madox, no lo asustes- gritó usando su Voz sin mediar consecuencias
La imagen era un poco perturbadora. El mismo Dominic tenía que reconocer que su amigo no era precisamente alguien que pasara desapercibido y estaba seguro de que había asustado a Aidan y más en la forma en que lo había despertado.
-Qué bueno que estás levantado, me ahorras el trabajo, los dos a la sala. Ahora- sacudió unos papeles en su mano -Encontré algo muy interesante, nada bueno, y que hay que moverse rápido-
Y con la misma él fue el primero que fue al lugar de la futura reunión.
Dominic suspiró rascándose el cuello tenso y entró a la habitación para ver a Aidan pegado contra el respaldar de la cama con una expresión de terror en su rostro. El alfa se acercó y se sentó en el borde, pero no lo tocó.
-Tranquilo, es un amigo mío, tiene una cloaca en la boca, pero es buena gente. Es quién está investigando tu caso-
El chico lo miraba y después a la puerta, incómodo por si volvía a aparecer. La tensión de estar rodeado de dos alfas, uno que lo deseaba y el otro que marcaba territorio por donde fuera que pasara lo tenía nervioso y se sentía irregularmente inestable. Además, el cuarto se había llenado de feromonas del desconocido que alteraban una parte de su interior.
Aidan asintió con la cabeza y se arrastró por la cama tembloroso. Una mano atrapó su muñeca, jalándolo y sentándolo sobre el regazo de Dominic, que le agarró la barbilla y aprovechó su aturdimiento y lo besó salvajemente.
Aidan apretó sus hombros desnudos ante tal invasión, al igual que sus muslos cuando una sensación abrumadora comenzaba a ganar terreno en su abdomen. La sensación caliente de la piel desnuda de Dominic le resultó extremamente placentera.
-Dominic- logró decir al ser su lengua soltada por unos segundos.
-¿Mejor?- el alfa lo miró con los ojos vidriosos dejando que sus feromonas invadieran el cuarto sustituyendo las de Madox, totalmente desconocidas para Aidan y demasiado potentes.
Lo vio algo aturdido y mareado y solo deseo tirarlo a la cama y despojarlo de la ropa, pero él estaba totalmente indefenso y el no sería el hijo de puta que se aprovechara de su debilidad. Soltándolo, lo ayudó a ponerse de pie.
-Yo puedo vestirme- Aidan agarró algo de su bolso para ir al baño -Me reúno con ustedes en unos minutos-
Dominic lo vio desaparecer detrás de la puerta y el salió en dirección a la sala.
-Tú no puedes tener más tacto al tratar con él ¿verdad?- se paró delante de su amigo que se había llenado una taza de café y la tomaba con tranquilidad.
-Sabes que esos detalles no van conmigo, ¿y bien ya te lo tiraste?- el alfa levantó la ceja -Me parece que no- señaló con un movimiento de la barbilla la erección que se marcaba en los pantalones del otro.
Dominic solo apretó los ojos.
-Sigo diciendo que no tienes tacto- se giró, tenía que atender eso antes de comenzar a hablar o no lo haría tranquilo- espera aquí-
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No soy tuyo, Alfa
RomanceDominic, un alfa prestigioso que compra una empresa en declive, nunca se imaginó que uno de los jefes de área seria su pareja destinada, un joven llamando Aidan Aunque hay dos problemas. Ambos están comprometidos. Pero lo peor, es que Aidan dice ser...