A pesar de haber dormido por algunas horas, Dominic no había descansado nada. Cómo podría hacerlo cuando su omega estaba en esa situación y su empresa no había recesado su trabajo, llegando a un punto clave del proyecto. Su cabeza quería colapsar, pero por alguna razón no dolía como días anteriores. Algo se movía sobre él, de forma deliciosa masajeándola.
Abrió los ojos lentamente encontrándose con un par de orbes familiares y se incorporó tan rápido que se tambaleó en la silla.
-Aidan- pronunció su nombre exaltado, pero cuando fue a tocar su mano para tomarla, apretarla, besarla se detuvo.
No se sentía con el derecho de tocarli. Él esbozo una sonrisa leve, ahora que su omega había despertado se encontraba más tranquilo, así que ya podía irse, estar a su lado solo le causaba daño a él.
-Me alegra que hayas despertado- su cabello ocultaba su expresión- No te preocupes, solo quería asegurarme que despertaras, ya me voy- con cada palabra su pecho se apretaba más y su alfa gruñía por tomar aquél decisión. Se giró y dio tres pasos antes de que la voz de él lo detuviera.
-¿Esta vez vas a ser tú el que huya? Somos bastante mayores para seguir con esto- Dominic volvió a girarse hacia Aidan que se acomodaba en el respaldar de la cama del hospital lo más cómodo que la almohada en su espalda le permitía.
-No estoy huyendo, solo no quiero hacerte más daño, otra vez-
-Entonces hablemos primero- Aidan ladeó la cabeza, el alfa se notaba sumamente cansado y a punto de colapsar, además podía oler su desesperación, así como su dolor. Él también estaba sufriendo.
Dominic retomó su lugar en la silla y apretó y entrelazó sus dedos echándose para adelante con la cabeza baja.
-Cometí un error y no sé cómo remediarlo. Te hice daño, te marqué sin tu consentimiento, prácticamente te violé y ni siquiera pude cuidarte lo suficiente como para que no terminaras así- cada palabra era una puñalada en su pecho, Aidan solo escuchaba.
-No fuiste el único que cometió errores Dominic- esta vez él alzo la cabeza levemente, aun así, él no podía ver sus ojos –Me confié demasiado y yo fui el que insistió en ir a esa reunión. Todo hubiera sido diferente si mi decisión hubiera sido otra-
-Aun así yo no tuve la fuerza de voluntad para detenerme en mi celo, si solo me hubiera detenido en ese momento...-
-Tarde o temprano me hubieras marcado igual- buscaba las partes positivas para no seguir dañando al alfa, su parte omega lloraba por verlo en ese estado y sabía que si dejaba que se fuera su condición empeoraría en muchos sentidos.
-Aidan, si me quedo a tu lado algo parecido volverá a ocurrir, no quiero eso-
-No estás siendo racional Dominic- suspiró Aidan- Estoy intentando arreglar las cosas entre nosotros y tú solo me la pones más difícil- aquello lo sorprendió –Tú mismo lo dijiste, somos parejas destinadas, ya me has marcado, relativamente vivimos juntos, no crees que si nos separamos ahora solo harías que sufríamos...ambos...y por gusto-
El alfa no le respondió. Por primera vez en su vida vacilaba ante una decisión.
-¿Qué es lo que quieres Aidan? Si quieres irte, estaré de acuerdo, si quieres que rompa nuestro enlace, lo estaré también-
El omega resopló y se llevó la mano a la cara apretándose el tabique. Agarró la otra almohada de su cama y se la lanzó frustrado y gritando.
-Acaso me estás escuchando Dominic- el alfa pestañeó, sus ojos se veían incluso más claros debido a las marcadas ojeras –Te estoy diciendo que tenemos que buscar una forma de arreglar nuestra relación, no una forma para romperla- jadeó cuando terminó de hablar –Mira que puedes ser cabeza dura, primero me querías todo para ti, hiciste hasta lo imposible para tenerme a tu lado y ahora que te estoy aceptando tú te haces el de la vista gorda. Escucha lo que digo-
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No soy tuyo, Alfa
RomantikDominic, un alfa prestigioso que compra una empresa en declive, nunca se imaginó que uno de los jefes de área seria su pareja destinada, un joven llamando Aidan Aunque hay dos problemas. Ambos están comprometidos. Pero lo peor, es que Aidan dice ser...