LINK
A la mañana siguiente, ella actuaba de forma casi normal. Como si nada hubiera pasado. Aunque parecía feliz. A veces, si me concentraba y la miraba bien, era capaz de distinguir un tenue brillo bajo su piel. Quizá eran solo imaginaciones mías, pero me resultaba muy real.
Zelda iba de un lado a otro, ocupada en sus cosas, como si lo de la noche anterior también hubieran sido imaginaciones mías. Empezaba a pensar que de verdad me lo había imaginado. O incluso podría haberlo soñado. Ni siquiera me parecería extraño.
Tal vez simplemente había cambiado de opinión. Eso tampoco me sorprendería. Sin embargo, durante la noche se había aferrado a mí con demasiada fuerza. Si hubiera cambiado de opinión, no me habría despertado teniéndola más cerca que nunca.
—¿Link?
Di un respingo y me atreví a mirarla, aunque al instante tuve que apartar la mirada de nuevo. Había dejado de moverse por toda la casa y había tomado asiento junto a la chimenea. Tenía un libro abierto sobre las rodillas, pero no era el libro de mamá. Prunia debía haberle prestado más.
—¿Puedes venir?
Estuve a punto de mirarla otra vez.
—¿A-ahí?
—Sí.
Odiaba que todo fuera tan incómodo. Quizá había cometido un error al contárselo. Quizá, si hubiera mantenido la boca cerrada, ahora estaríamos como siempre. No habría tensión, y sabría cómo comportarme a su alrededor.
Pese a ello, asentí y tomé asiento a su lado. Mi hombro rozó el suyo, y estuve a punto de apartarme de un salto, como si quemara.
Ella no dio señales de haberse dado cuenta. Cogió mi mano sin decir una palabra, para mi sorpresa. ¿No veía lo que hacía? ¿Lo que conseguía con solo acercarse un poco? Si no lo veía, estaba ciega.
—Ha mejorado —murmuró, examinando las quemaduras ya cicatrizadas—. Prunia tenía razón. Ayuda. Y, al parecer, actúa rápido.
Musitó unas cuantas palabras para sí misma, aunque no soltó mi mano.
—¿Te duelen?
—No.
Zelda asintió, y luego no dijo nada más. Todo volvió a tornarse incómodo. Intenté buscar una manera de romper el silencio. Cualquier cosa serviría. No obstante, ella se me adelantó, como siempre hacía.
—¿Lo de anoche —empezó, y me puse rígido al instante— iba en serio?
La contemplé con el ceño fruncido.
—¿A qué te refieres?
—¿Tú... todo lo que me dijiste... iba en serio?
No daba crédito. ¿Creía que no le había hablado en serio? ¿Que todo lo que le había dicho era una estúpida mentira?
—¿Crees que era broma?
Se ruborizó y apartó la mirada.
—Bueno, yo... Es que estás muy callado.
—¿Yo? Al menos yo te he dado los buenos días.
—Me has gruñido los buenos días —replicó—. Ni siquiera me has mirado a la cara, Link.
—Te estoy mirando ahora mismo.
—¡No me has prestado atención en todo el día! ¡Vas de un lado a otro como un perro sin dueño!
—¿Me acabas de llamar...?
—¡Estoy muy... confundida! —exclamó. Sus ojos relampagueaban—. ¿Por qué ya ni siquiera me miras?
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Cicatrices
FanficDespués de cien años, Hyrule ha sido liberado del tormento del Cataclismo y atraviesa tiempos de paz. Ahora que la siniestra sombra que rodeaba el castillo ha desaparecido, los hylianos toman la decisión de convertir las llanuras salvajes en algo pa...