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Scarlett's pov:

Nos sentamos a la orilla de la playa. Había una leve ventisca que nos daba frescura necesaria para aguantar el calor algo sofocante de éstos días.

Habían un par de personas en la orilla, quizá meditando, quizá tristes, todos eran un mundo diferente y no intento comprenderlos, sin embargo claro que me gustaría saber.

Y lo asumo, es un poco por el chisme... Pero seamos sinceros, ¿a quién no le gustaría saber?

-Notarán que los observas si sigues así. - Murmuró Elizabeth sentándose a mi lado. - La arena está caliente.

Ignoré lo último y fruncí el ceño.

-¿Acaso no te gustaría saber que ocurre en cada cabeza? Se ven todos tan diferentes y... Estamos todos aquí, de igual forma...

Elizabeth se bajó las gafas y se quitó la camiseta recostandose sobre ella.

-El de la izquierda. Bañador de flores. - Murmuró ella y observé. - Probablemente está con el corazón roto... Observa la arena con melancolía y está cerca de las olas, sin embargo tocan sus pies y él no se inmuta... - Murmuró. - Eso o simplemente es alguien muy triste.

-¿Y por qué? Está en hawai. Debería sentirse feliz. Tiene dinero para disfrutar de ésto...

-No todo lo compra el dinero, Scarlett. - Susurró ella. - Hay cosas que el dinero jamás podrá comprar.

-¿Qué cosas? - Pregunté y ella me observó en silencio. - Sé que tienes razón, pero quiero ejemplos. - Aclaré rápidamente.

Ella estiró sus labios y me acerqué hasta unir los míos a los suyos. Nos besamos un par de segundos y ella puso su mano en mi muslo acariciandolo cariñosamente.

-Éstos momentos no los puedes comprar. No quiero tu dinero, te quiero a ti.

Sonreí sintiendo mi corazón llenarse de alegría ante eso. Me recosté sobre su pecho mientras ella acariciaba mi brazo.

Vimos pasar al sujeto en bañador del brazo de una rubia preciosa. Esperamos a que se alejaran y comenzamos a reír.

-Tus ejemplos son una mierda. Tienes pésimo ojo. - Dije rápidamente.

Elizabeth comenzó a reír y nos levantamos.

-Bien, dame un ejemplo bueno. Observa a alguien.

A lo lejos vi a una pareja joven junto a su bebé.

-Él se llama Nathaniel y ella Michelle. - Dije rápidamente. - Su bebé se llama Wanda y tiene... ¿Un año tal vez? Están de viaje para celebrar sus dos años de matrimonio. Están locos el uno por el otro, se casaron al año de salir, porque sabían que lo suyo era para toda la vida... Y para todas las vidas.

Elizabeth sonrió mientras me observaba. Nos sonreímos en silencio.

-¡Wanda! - Gritó aquél muchacho llamando la atención de su hija.

Elizabeth y yo nos observamos asustadas.

-Bien, vámonos de aquí. - Murmuré y ella asintió levantándose.

Comenzamos a caminar por la orilla tomadas de la mano. Se siente lindo no rendirle cuentas a nadie sobre el amor que siento por ella, se siente lindo no tener que pensar constantemente en que tengo que decirle a alguien sobre ella.

Quizá es algo absurdo de mi parte, pero... Es la primera vez que siento que rompo las reglas y no hay culpa. Estoy tan acostumbrada a ser o intentar ser el orgullo de mis padres, no quiero que se sientan decepcionados y siempre trato de hacer todo lo que me piden al pie de la letra, y por primera vez estoy siento desobediente ante ellos... Y sin decirles, y me siento tan libre que ni siquiera puedo terminar de explicar lo bien que se siente.

-¿Te sientes bien? - Preguntó. - Noto que estás algo... Pensativa.

-Te quiero. - Murmuré apoyando mi cabeza en su brazo.

-Ow. - Murmuró ella acercándose a besarme. - Y yo a ti, pequeña.

-¿Podemos ver una película o algo? - Preguntó. - Jamás he visto una película en hawái.

Ella comenzó a reír y asintió mientras pasaba su brazo por mis hombros.

-La película que quieras.
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-¿Entonces esto es bueno? - Preguntó ella enarcando una ceja. - Scarlett nos llevamos cuatro años como mucho, ¿qué clase de infancia tuviste?

-¡Es buena película! - Me quejé.

-No, es malisima.

Giré los ojos y me apoyé sobre su pecho.

-Cállate y déjame disfrutarla.

Elizabeth giró los ojos y acarició mi espalda lentamente.

-¿Qué vas a estudiar? - Preguntó.

-Para ser sincera... No lo sé. Mis padres querían que haga algo rápido y corto, para luego casarme, pero...

-Pero no sabes que quieres. - Murmuró y asentí. - ¿Qué te gusta hacer?

Le di una mirada coqueta y ella giró los ojos. Puso su mano cubriendo mi rostro.

-Eso no.

Comencé a reír y besé su mano, ella comenzó a acariciar mi mejilla lentamente mientras nos observabamos.

-Me gusta la fotografía, la pintura... - Murmuré. - El baile.

-¿Y te parece estudiar para ser bailarina? - Preguntó.

Lo medité un par de segundos. Me gusta esa idea.

-Me gusta. - Murmuré. - Es lindo... ¿Crees que podría hacerlo bien?

-Creo que haces un excelente trabajo en todo lo que quieras. - Comentó ella. - Suena tonto, pero realmente todos podemos hacer todo lo que queramos, las únicas limitaciones que existen son mentales... - Murmuró. - Lo harás genial.

Unió nuestros labios y me aferré a ella mientras me acariciaba el rostro. Elizabeth es linda conmigo, me respeta y me habla bonito. Valida mis emociones y es la primera vez en mi vida que siento que a alguien le importo... No entiendo como pude aceptar menos que ésto.

No debí aceptar menos que ésto.

Nota de autor:

Y ninguno debería aceptar menos que eso grrrr.

¡Buen día! ¿Cómo están? ¿Ya desayunaron? Yo voy a desayunar ahora y luego iré a escribir para gemelos.

-Codex.

Desobediencia ; scarzzie. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora