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Aine

― ¿Qué pasa? ― no le respondí― Aine, no puedes evitar las cosas siempre. Sé que algo pasa porque, prácticamente, me jalaste sin mirar.

―Conozco a la chica. ―hable con rapidez.

― ¿La chica que está con Sav? ― Asentí ― ¿Qué pasa con eso?

― Nada, yo solo... ― ¿Por qué se me da tan mal mentir cuando se trata de Dan? ― Quería dejarles solos, eso es todo.

― No te creo.

― ¿Por qué? ― seguí caminando.

― Reconozco la huida Aine. ― me tense― Y ahora, la veo en ti. En como hablas, en como te mueves... Estas tan alerta de que no te vea que ni siquiera te das cuenta donde vas. ― me detuvo.

Algunos minutos de silencio y muchos pensamientos corriendo, termine por decir lo más cerca a la verdad que podía.

― No quiero que sepa que estoy aquí. ― Vi como la confusión llena sus ojos― Seguro hay personas que la reconocerán y si me ven con ella, les llegará a mis padres ―suspire― No quiero darle problemas a mi tía, ella hace mucho con dejar que me quede con ella.

― Tus padr...

― ¡YOONGI! ¡VINISTE!

El mundo pareció moverse despacio mientras yo reconocía a mi novio junto a Jimin bajando de su auto. Clary corrió para abrazarlo cayendo en sus brazos. Yoongi la levanto en su abrazo con una sonrisa.

Irene junto con Sav se acercaron y saludaron a primero a Jimin. La mueca de Irene al ver a Clary, el modo en como Jimin se interponía en su camino directo a Yoongi. Volvía a sentirme una espectadora y solo estaban al otro lado de la calle. ¿Cómo podían estar todos aquí?

― No sabia que venias, te hubiésemos traído. ― le dijo Jimin a Irene.

― No hacía falta ― sonrió mirando a Sav ― tengo buena compañía. Lo que me sorprende es verlos a ustedes aquí.

― Es el cumpleaños de Clary ― levanto los hombros― Yoongi me pidió que le acompañara un rato. Ya sabes.

― Si...

― De verdad me alegro de que todos hayan venido. O bueno, casi todos. ― se giro para ver a Yoongi― ¿No le dijiste a Aine que viniera?

― No estamos bien, seguro se volvía todo incomodo y no quería eso. Al final es tu cumpleaños.

― ¿Los conoces? ― la voz de Dan me saco del trance en el que la presencia de todos me envolvió.

― Si. ― fue lo único que podía decir. ― ¿Podemos irnos?

― ¿Seguro quieres irte? Creo que los escuche decir tu nombre. ― Evite la sutil mirada de Dan agachando la cabeza. ― ¿Aine?

― Dan... Hay muchas cosas que no sabemos el uno del otro y, de verdad, no quiero que sepas esto de mí. No lo digo porque sea malo, es solo que no se como decirte o explicarte como los conozco.

― No sería muy difícil adivinar. Todos ellos van al mismo colegio que tú. ― Lo mire― Los he visto antes...

― ¿Cómo es que los has visto antes?

Si, es verdad que tanto él como Sav han pasado por mi colegio varias veces; sin embargo, eran pocos los que salían caminando. La gran mayoría se iba en auto, los cuales recogen a los estudiantes dentro de la institución. Ahora era yo quien lo miraba. Seguí la dirección de esta y me topé con dos ojos sorprendidos. Jimin y Dan. Ambos se miraban con gran sorpresa, aunque más allá de sus ojos no se les notaba en el rostro. Eso fue hasta que Jimin y yo nos miramos.

La sorpresa se convirtió en asombro y casi parecía estar murmurando muchos "wow". Su mirada pasaba de Dan a mí en cuestión de segundos, sin parar. Parecía que se desmayaría de la impresión o algo. Sin embargo, al final solo sonrió tan dulcemente. Terminando por agachar la cabeza en forma de saludo. Un saludo el cual Dan respondio. Vi a Jimin darse la vuelta y caminar acercándose a los demás.

― También tengo cosas que no quiero que sepas. ― susurro Dan antes de tomar mi mano para caminar en la dirección opuesta.

Sin entender nada de lo que acababa de pasar entre Jimin y Dan, ni porque fue esa sonrisa al final. Más allá de ser una sonrisa de complicidad, de descubrirme junto a alguien que él conocía; parecía que estaba más feliz y complacido de vernos juntos. Deseaba callar a mi mente con todos sus pensamientos y teorías al respecto, pues iba a respetar que Dan también tiene cosas que no quiere que se conozcan. Al menos, no aún. No sé cómo, pero logré poner mi atención en algo más. 

Miré nuestras manos juntas cada una con una pulsera que se complementaba con la otra. Mi pieza de rompecabezas chocaba con un trébol de tres hojas. Colgaban juntos, pero separados al mismo tiempo. Y parecía hasta poético la forma en la que mi mente formulo esta imagen.

Una pieza de puzle que no encajaba en las otras, pero que encontró un trébol con el que encajaba a la perfección. La pequeña hoja plateada del trébol con la forma perfecta de la hendidura de la pieza con el mismo color.

― Dan ― nos detuvimos delante del jeep. Sin soltar mi mano me miró― Quiero...Yo... Digo, ¿tú... quie... en la luz roja... 

― No entiendo que quieres decir ― continúe balbuceando. No tenía idea de como pronunciar lo que deseaba preguntarle. Termine por hacerlo reír ― Soy bueno leyéndote Aine, pero ahora mismo no te entiendo.

Mantuve mi postura frente a él deslicé mi mano de la suya para soltarme. Levante los brazos, pasado mis manos por sus hombros y terminar apoyándolas en su espalda, una sobre la otra. Me pare de puntillas y lo abrace.

― Eres más alto de lo que veía ― le susurre. No contesto, solo paso sus manos por mi cintura devolviéndome el abrazo. ― No quiero que tomes a mal lo que quiero decirte, lo que voy a decirte ―corregí― pero... ¿Por qué no llegaste antes?

― ¿Yo llegué tarde o tu no llegaste a tiempo? ―sonreí.

― Touché. ― reímos ambos.

Another loveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora