Aine
Hay cosas que no se pueden ocultar o llevar en silencio cuando una persona te importa. Y a mí, él me importa. De hecho, nunca dejo de importarme, no podría pasar así de fácil. Él significa tanto para mi vida que la posibilidad de borrarlo en un segundo porque había terminado resultaba casi absurda. Si, se supone que el terminar te debe llevar a un nuevo camino, a otra persona..., pero cada vez que recordaba la razón por la que aquel día terminamos lo veía injusto. Y por eso, debía saber lo que podía obtener de mi en estos momentos, lo que me veía capaz de darle, aunque eso significase una despedida.
— ¿Ya pensaste en que decirle? —interrumpió mis pensamientos Sav. Lo miré mientras caminábamos por el cementerio. Hoy decidimos que los dos, solo los dos, íbamos a ver a nuestro amigo.
— ¿A Yoongi? — asintió— No. —respondí con sinceridad— No tengo idea de cómo empezar ni por dónde.
— Lo tienes todo muy claro por lo que veo.
— ja ja ja muy gracioso.
— Venga Aine, Yoongi y tú no se han separado, aunque se han visto menos estas últimas semanas por eso de sus exámenes. No parece existir el uno sin el otro.
— ¿Tú crees?
— Yo lo que creo, es que ese chico no solo te quiere. De hecho, es como si sus caminos siempre llegasen a toparse en algún punto. Como si estuviesen destinados a estar, no sé si para siempre o por un tiempo.
— ¿Cómo almas gemelas? —negó— ¡entonces!
— Presiento que tú ya conociste a tu alma gemela y, Yoongi, es el amor en tu vida.
— Interesante, porque meses atrás él me dijo algo similar. —se detuvo.
— Oh, entonces él ya lo sabe. Solo hace falta que tú se lo digas...
—¿Qué?
— Creo que lo único que espera es que tú recorras tu parte del camino en su dirección.
Sav se adelantó a la tumba de Dan mientras yo me quede pensando en lo que acababa de decir mi amigo. Por muchas razones, lo que dijo tiene sentido. Yoongi había vuelvo a mi vida desde aquel día en el hospital. Y no podíamos seguir flotando a nuestro alrededor sin definición, no es justo tener a las personas en ascuas de si pueden quedarse o deben irse.
Seguí lo pasos de Sav con mucha lentitud. Casi parecía que arrastraba los pies de lo poco que se levantaban del suelo. Mirar a Sav sentado junto a la tumba de su hermano, aun lograba enmudecer mi corazón. Y es que seguían rondando mi mente aquellos pensamientos de culpa, los que me decían que yo era quien los había separado o que estarían mejor si solo me hubiese quedado en el coche ese día... Baje la cabeza, cerré los ojos y me concentre en mi respiración.
— Un pensamiento a la vez Aine, porque todos son demasiados... —susurré. Y cuando mi respiración controlo los pensamientos levante la cabeza y me acerque a mis dos amigos.
Sav le estaba contando cosas sobre la universidad a la que se ira pronto, y lo increíble que suena toda esa nueva experiencia. Que aún no se cree que lo hayan aceptado, pero que está dispuesto a tomarlo sin dudar. Aunque le hubiese gustado que él estuviese en ella. Toque su hombro y antes de decirle algo la visión de tréboles bajo el nombre de Dan corto todo tipo de pensamiento.
— Tréboles... — pronuncie la palabra como si esta fuese la primera vez que veía uno en mi vida.
— Por tu reacción, asumiré que no los trajiste tú.
— No, no fui yo. — me arrodille a un lado— Se ven bonitos —pase mi mano por una de las plantas. — ¿Quién los traería?
— No tengo idea, pero que buena compañía tienen ahora. —asentí.
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Another love
FanfictionEn el caos de su mente, Aine, no podía dar respuestas a todas sus preguntas. Y junto a los secretos de su familia, poco o nada era lo que sabía. Pero, confiaba en estas tres cosas: 1. Siempre lo había necesitado a su lado. 2. Jamás podría olvida...