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Aine

Estaba terminando de leer un libro o al menos hacía el intento pues seguí releyendo el mismo párrafo una y otra vez. Estaba terminando de leer un libro o al menos hacía el intento pues seguí releyendo el mismo párrafo una y otra vez. Que absurdo parecía tomar un libro en esta situación. Constantemente tenía a alungo doctor o algún interno de medicina preguntándome si ya había tomado una decisión. No han pasado ni dos días desde que lo supe y parecen buitres rodeándonos. Supongo que ellos tienen sus propios pacientes con sus historias e intentan salvarlos. Aun así, es muy molesto. Y le prometí a Sav que sería el primero en saber sobre mi decisión.

Martha, por la mañana me dijo que no hiciera ruido para que el jefe de planta no se diera cuenta que estaba aquí. No está permitido que los familiares se queden fuera del horario de visitas, sin embargo, creo que se compadecía de mí y por eso me dejaba quedarme. O le debía algún favor a mi tía. De hecho, no tenía idea de cómo, pero todos los enfermeros de esta planta parecían conocerme y aceptar que me había vuelto un parte de este lugar. Cuando pasaron hacían las rondas en la mañana estaba escondida en el baño, nadie dijo nada.

Incluso me habían dado un sándwich y un jugo para que pudiese comer algo. Estaba más que agradecida por que fuesen así de amables conmigo sin pedirme algo a cambio o esperar que hiciera algo por ellos. Tal vez ese era su trabajo y yo solo estaba llevándolo a otro contexto como siempre. Sav y su padre venían continuamente, pero nadie tocaba el tema sobre si desconectar a Dan.

Sav seguía molesto con su padre por ocultarle algo así y me supo explicar que hablaron un con abogado sobre este tema. Resulta que como estoy a poco de cumplir los dieciocho años, el documento no se puede invalidar. Y en caso de intentarlo podríamos recibir una demanda. Nada tenía sentido. Pues si el documento hubiese sido firmado con más de dos meses para mi cumpleaños perdía el poder al reconocer que soy una persona menor de edad.

De repente escuche el alboroto que se comenzaba a formar en el pasillo. Era el guardia de seguridad impidiendo entrar a alguien. Esto ya había pasado antes con otro enfermo. La distancia entre la entrada al piso y a la habitación de Dan era considerable. Solo había una habitación más después de esta. Me acerque a la puerta y las voces se hicieron más claras. Antes de cruzar la puerta él estaba de pie frente a mí. El guardia lo volvió a tomar los hombros para sacarlo entre forcejeos.

― Está bien Steve ― le sonreí― lo conozco. Y me disculpo por su comportamiento, te prometo que no causará más problemas.

― Espero que sea así. ― contesto Steve― No es horario de visitas. No puede entrar a la habitación, os daré unos minutos.

― Si, lo siento. ― me disculpe nuevamente.

Yoongi tenía el cabello desordenado por conseguir llegar hasta aquí. Dio un paso hacía la habitación y por instinto puse mi brazo impidiendo que pasará. No quería que lo viera, no así. Me miro levantando una ceja. Incline mi cabeza en dirección a las sillas del pasillo mientras cerraba la puerta.

― ¿Qué haces aquí? ― Realmente quería saber Si bien pensaba en él en ocasiones, la mayor parte del tiempo mi mente estaba ocupada en lo que debía hacer.

― ¿Cómo sigue tu amigo? ― me pregunto pasándose las manos por el cabello en un intento de arreglarlo― Han pasado mucho tiempo desde que hablamos y puede que esta no sea la mejor forma, pero ya que obtuve el coraje suficiente no quise desperdiciarlo. Además, cuando me di cuenta ya estaba en el ascensor.

― Ya... ― suspire― ¿No terminaste conmigo ese día?

― Creo que fuiste tú quien lo hizo ― contesto al instante.

― Con todo lo que dijimos y como estaban las cosas, ¿qué más podía pasar?

― No, Aine. Escucha, sé que están pasando cosas en tu vida que desconozco y en la mía pasa lo mismo. ― Se quito la chaqueta ― Tú... ¿Quién es Dan? Todos parecen saber quien es él y lo importante que es en tu vida menos yo.

No tuve tiempo a ocultar mi cara de sorpresa. ¿Cómo sabía su nombre? ¿Quién le habló sobre él? No creo que los chicos le hayan contado las cosas o talvez, en un modo de quitárselo de encima le comentaron la situación y ahí lo mencionaron.

― Al parecer todos mis amigos lo conocen ―repitió ante mi silencio― y tu Instagram está lleno de fotos de ustedes dos. ― evite su mirada.

― No está lleno de fotos con Dan. De hecho, no le gustaban las fotos– baje mi cabeza. Siempre pensé que era absurdo por su parte que no le gustasen las fotos cuando es tan bueno pintando.

― Irene no quiso contarme nada. Solo cosas por encima. ― deje de mirar mis manos para ver cómo era él quien miraba las suyas.

― Bueno, ― suspire― es mi mejor amiga.

― Y como tal, me detesta. ― dejo de observar sus manos.

― De cierta forma, tú te ganaste eso. ― me miro― Le agradabas al principio.

―No siempre todo puede ir bien. ― Claro que tenía razón, y no podía estar más de acuerdo con eso. No existe ley o fuerza de la naturaleza que evite que algo empeore o se derrumbe o desaparezca. Un claro ejemplo de eso es mi vida, la vida de Dan. ― ¿Por qué es tan importante para ti? ― pregunto después de mantenernos en un silencio.

― Hay momentos en los que la vida te enseña que no puedes ser fuerte y te obliga a caer porque todo se vuelve demasiado. Y si tienes suerte, hay alguien ahí que está dispuesto a ayudarte a disminuir el impacto. ―continúe― Muchas veces pensamos que las personas que más presenten están en nuestra vida son las que nos ayudaran. No fue así para mí.

Seguí el consejo de Sav y me guardé varios recuerdos solo para mí. No parecía que Yoogi tuviese que saberlo todo. De todas formas y a pesar de mis sentimientos por él, ahora no éramos más que amigos. O algo así. Le conté todo aquello que necesitaba saber para entender la magnitud de la importancia de Dan en mi vida. Le hable sobre el trabajo a medio tiempo en el videoclub, le mencione que lo vi en el cumpleaños de Clary.

― ¿Por qué no te acercaste?

― Me sentía fuera de lugar contigo en ese momento. Tampoco hubiese sabido que decir. 

― ¿Podemos ir afuera? Me ponen nervioso los hospitales. ― miré la puerta de la habitación y vacile en si debía alejarme ― Serán solo unos minutos.

― Bueno. También creo que necesito salir un poco.

Another loveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora