25

296 43 15
                                    

Aine

Forceje para que soltase mi mano, solo tenían un lugar en donde quería estar ahora. Un solo lugar en el que sabía que podía refugiarme con total libertad. Aún así, Yoongi no parecía dispuesto a soltarme.

Me saco del pasillo sin tomar mis reproches a consideración. Mi ser me pedía a gritos que corriese lo más rápido a un lugar seguro, un lugar donde pudiese caer sin lastimarme tanto. Pero seguí viendo como su mano me arrastraba en otra dirección y cuando por fin se detuvo, estábamos delante de la cancha de baloncesto. Era como si me hubiese llevado a su terreno, su lugar favorito.

― ¿Qué crees que haces Aine? ― me soltó― ¿Cómo se te ocurre comportarte así? Sé que eres consciente de que tu madre se va a enterar sobre esto y tendrás más problemas.

― ¿Y a ti que te importa? ― comenzaba a sentir la ira abrirse paso― Solo vete con todos tus amigos y actúa como si yo no existiera. ¡estoy harta de tener que soportar los recuerdos de este amor! Mi vida me tiene agotada por completo y tú... Tú no haces otra cosa más que sumar.

― ¿Por qué ahora estas diciéndome todo esto?

― Porque ya no puedo más. Necesito liberarme d-de...

No necesitaba ir tan profundo en mi mente para saber de lo que deseaba liberarme. Por una vez en mi vida, parecía que todas las ideas ruidosas llegaron a un acuerdo, pues todo se volvió silencioso. Un silencio de escalofríos.

― ¿Estas terminando conmigo?

― No lo sé.

― ¿Cómo podrías no saber algo así?

― Del mismo modo en que tu no sabes que seguimos intentando. ―suspire―Ni siquiera sabemos porque estamos así. ¿Por qué nuestra relación se detuvo? Acaso algo paso como para querer tomarnos un tiempo, ¡no lo sé! Todo esto siempre fue tu decisión. Algo que yo acepte ciegamente porque te quería en mi vida... Por que formabas parte de esa constante.

― No puedes echarme la culpa de todo lo que nos pasó. ¿Sabes lo difícil que es ser el novio de la hija del procurador?

― ¿Y tú sabes lo difícil que es ser su hija? ― lloré ― No, nadie lo sabe. Nadie aparte de mi hermano. No vengas a decirme lo difícil que es para ti estar conmigo por mis padres. Tú no puedes convertirte en la victima de su desprecio, yo soy a quien hacen de menos, yo soy la hija a la que esconden en los suburbios. Yo soy una permanente en su vida, tu caminas de paso.

― ¿Acaso eso lo hace menos doloroso? ¿Sabes todo lo me compararon? ¿Cuántas veces me dijeron que todo lo que tenía que corregir si seguía a tu lado?

― ¿Por qué es eso mi culpa? Yo nunca te dije nada de tu forma de ser, Jamás quise o deseé que cambiases algo de ti. Me gustabas por como eras. No puedes culparme por lo que ellos te dijeron.

Me aleje de él, no solo físicamente. Lo mire antes de volver a hablar, parecía estar digiriendo todas mis palabras. Como si en este momento se hubiese dado cuenta de lo que en verdad había pasado.

― Yo... Yo jamás buscaría lastimarte Yoongi. De ninguna forma, y si mis padres te lastimaron con sus comentarios, con su comportamiento ―respire hondo― Me disculpo por ello.

Esperé en silencio unos segundos y al final me fui. Este era el final. Uno que nunca paso por mi mente, no para nosotros. Recorrí el pasillo hasta mi casillero, tome mi monedero y camine a la salida. Esta era la segunda vez que discutíamos tan fuerte, pues aun recuerdo aquella noche en el restaurante.

(...)

Intento recordar en qué momento fue que todo esto termino de esta forma. Jamás nos gritamos así. Nunca dijimos palabras tan hirientes. Pero este día, no solo yo estaba cansada de repetir la misma rutina.

― Me has ignorado todas dos semanas. ¡Me hiciste a un lado! ― grite lo último.

― No lo hice – alzo su voz.

― ¿Esto será así? – parecía más una pregunta para mí. ¿Acaso estaba probando cuanto podía aguantar? ¿Qué tan lejos dejaría que mi amor por él me destruyera?

― Chicos tranquilos ― dijo uno de sus amigos, pero ya era tarde. Yoongi estaba molesto y yo estaba agotada. Así que, si la memoria no me falla, este fue el momento en que una mala combinación de emociones empezó todo.

― Yo te pedí espacio y tú, no fuiste capaz de respetar eso. ― continuo― ¡Enloqueciste! Es como si me necesitaras y si no esto ahí todo el tiempo te desmoronaras. ― No conteste― Es agotador estar con alguien así. Jodidamente necesitada de atención.

― ¡Yoongi! ― hablo otro de sus amigos. La habitación desapareció de mi mente. Ya no podía seguir con esto. Ya no más.

― ¡No te necesito! ― grite― No te necesito joder. ―Tomé mi abrigo y salí.

(...)

Hoy parecía que todo se estaba repitiendo, pero bajo un contexto totalmente diferente. Pues después de aquella discusión, y dejando que la ira se calme, pudimos hablar y arreglar ese problema. ¿Podría ser que aquella discusión tuviese la misma fuente?

― ¡Aine Ritte! ¿Dónde crees que vas? ― Mi latido se acelero tanto que lo podía sentir en la cabeza. Respirando profundamente busque a la dueña de la voz. A unos pasos tras de mí, estaba mi madre. Sus pasos resonaban por todo el pasillo.

El pánico en mi interior estaba por explotar en mi exterior y, aunque mi mente me pedía huir de ahí no era capaz de moverme un solo centímetro. En segundos la tuve frente a mí. No era capaz de mirarla a la cara, mis manos temblaban y, seguro, mi voz tambien lo hacía. Me sentía como una niña pequeña delante de ella, tan indefensa.

― M-mam ― el sonido de la bofetada que acababa de recibir fue lo primero que mi cuerpo registro. El dolor llego segundo después junto al ardor que comencé a sentir en mi mejilla.

― ¿Cómo te atreves a provocar tremendo escandalo? ― hablo mirando a todos lados. ― No tienes idea del problema que causaste, ¿acaso pensaste en que esto terminaría en internet? ―mantuve el silencio― ¿por qué eres tan egoísta Aine? Aprende a pensar en los demás, ¿acaso no has causado suficientes problemas?

― Ella me pegó, yo no hice nada malo.

― ¿Nada malo? ―repitió con sarcasmo. ― ¿Te parece que esto no es malo? ¡Piensa en tu padre Aine! No puedes ir por la vida como si solo tu existieras. Ya debes madurar. Con todo lo que tenemos que hacer por tu culpa y vienes y haces esto.

― Yo no hice nada. ―murmuré.

― ¿Por qué estas llorando? ―levanto mi rostro con brusquedad. ― No sé porque me salió una hija así ― seguía sujetando mi barbilla con su mano apretando su agarre. ― Imagínate mi reacción cuando me llamaron del colegio para informarme que mi hija estaba metida en un problema con una trabajadora del colegio. Y cuando llegue, me mostraron ese video, no podía entender como mi hija podía ser tan estúpida causando todo este alboroto. ― sentí como sus uñas se clavaban en mi mandíbula― ¿Qué fue lo que hiciste para provocar esa reacción?

― Me estas lastimando. ― tire de su mano con mucha fuerza para que me soltara. Sin querer, con mis uñas rasguñe su muñeca.

― ¡Aine! ―Vi su mano levantarse, cerré los ojos y solo esperé el impacto. No me veía capaz de hacer algo más. Mi cuerpo estaba rindiéndose junto con mi mente, totalmente agotados de esto.

Another loveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora