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Aine

Sav caminaba de un lado al otro, parecía que pronto encontraríamos un hueco por el rastro de sus pisadas. Contaba los dedos de sus manos una y otra vez, bajo el mismo patrón. Todos sobre el pulgar y otra vez. Yo pasaba mi mirada de él a Sav esperando el comentario de Dan que siempre calmaba a Sav cuando estaba nervioso.

La verdad es que no le quitaba solo un hijo a un padre, tambien le dejaba a Sav sin su mejor amigo y hermano. Aiden tambien lo iba a perder. Y luego estoy yo, sintiéndome egoísta por pensar que seré quien más sufra cuando ya no este. No podía fingir no comprender la situación. El doctor nunca mintió al respecto, siempre fue claro al decir que era poco probable que Dan despertase.

― No logro entender. ―se detuvo y lo mire― ¿Por qué firmarías algo así?

― No sabía que era. ―respondí con sinceridad.

― Joder Aine, como puedes firmar algo sin saber que es. ―se sentó en la silla junto a la ventana.

― ¿Cómo podía pensar que sería algo así?

― Que fuese Dan quien te lo pedía no deja de lado que los papeles siempre se leen antes de firmarlos. ―resoplo― Si solo tú... Nada.

― ¿Qué? Dilo.

― No, no lo haré porque estoy molesto y mi padre dice que es mejor respirar antes de dañarlo todo.

―Lo siento.

― Lo sé Aine, lo sé. ―se acerco al pie de la camilla― Yo sé que ambos preferiríamos estar en su lugar. Lo que nos queda ― poso sus manos sobre las piernas de Dan ― es saber que fue feliz con tener a su alcance su sueño.

― La pintura.

― Si, pero soñaba a lo grande. ―asentí― ¿Fuiste a su habitación?

― No, nunca.

― Avísame, te dejaré pasar para que veas, de forma muchísimo más clara. lo que ya ves en él.

― Si claro ― suspiré.

― Que sí, que sí. ―le mire incrédula― Dan me contó que le dijiste una vez que él no daba pinta de la ropa que usaba. ―asentí― Tienes razón. Tiene un chaleco favorito en un marrón casi beige. De estos que parecen tejidos. O y tiene dibujos pegados en la pared. Dan es una persona muy cálida, siempre lo fue. No llores ―me toco el hombro― Iré a la cafetería antes que cierre y disculparme con mi padre por gritarle.

― Bueno, ve. Iré después.

― ¡Oh! Es verdad, ―se detuvo en la puerta― Su ultimo entretenimiento, los rompecabezas. Sigo sin entender porque de repente él...

― Son mis favoritos. ― asintió y sonrió.

― Ahora tiene sentido. Nos vemos.

Me acurruque en la extraña silla-sofá de la habitación. Mientras más me sentaba en ella menos cómoda estaba. Todo este tiempo estuve sujetando su mano porque mientras más tiempo la sujetaba más cálida se sentía.

― Tenías que llegar a mi vida cuando ya conocías tus faltas. ¿No podías llegar un tanto imperfecto Dan? ― Miré su mano y por primera vez me di cuenta de que nuestra pulsera no estaba. Me levante de la silla y busque en su mano derecha, nada. Mire alrededor la habitación, tal vez alguien dejo sus cosas personales. Salí al pasillo y me acerqué al mostrador donde siempre había una enfermera.

― Hola, disculpa. Lo objetos personales del paciente de la 207, ¿dónde están?

― ¿207? ―asentí― Las recibió su tutor el mismo día que llagó. ¿Necesitabas algo de ahí?

― umh, no. No. Gracias

Entonces sus cosas las deben tener en casa de Aiden, algo obvio la verdad. Aunque con todo lo que está pasando podría darme el crédito de no pensar con total claridad.

― ¡oye espera! ― la enferme se me acerco― Este pequeño dije lo encontraron las personas de limpieza y supongo, por el tatuaje de tu novio, que es vuestro. ―deposito en mis manos el pequeño dije con forma de trébol.

― Gracias ―apreté su mano― Muchas gracias.

― Lo siento mucho pequeña, no es justo que pierdas un amor tan jovencita ―soltó mi mano― Eres muy valiente.

―Gracias

Volví en silencio a la habitación, me senté en el mismo lugar. Tan cerca y tan lejos de Dan como nunca lo estuve. No me sentía así ni en aquellos días en los que no lo conocía. Comencé a reírme, que irónica la vida. ¿Cómo podía sentirme lejos de alguien cuando no lo conocía?

― Seguro la gente piensa que estoy loca, llevo horas llorando y ahora me rio. ―lo miré― ¿Me devuelves la pieza que te llevaste?

Como pude coloque su dije junto al mío en la pulsera que él me regalo. ¿Cuántas veces volvería a desear el poder regresar en el tiempo?

[🧩]

Tomé mi teléfono y pensé en escribirle a alguno de mis amigos para poder contarles lo que estaba pasando, pero no sabía a quién. En este punto sentía que incordiaba tanto a Jimin como a Irene y, Sav tampoco podía darme un juicio fuera de los sentimientos. Lo poco que les conté a Irene y Jimin, pero no parecían poder llevar la carga de todo lo que pasaba en mi vida, así que los fui dejando libres poco a poco. Por lo tanto, no son una buena opción. ¿Y si le escribía a Yoongi y le contaba lo que estaba pasando?

Desde ahora, ¿cuántas veces le escribiría a la persona incorrecta si ya no te tengo Dan? Volveré a tener más vistos que respuestas y aun que sabía que no me llamaría. Espere tanto su llamada que me quede dormida. La enfermera entrando a la habitación me despertó, me dijo que fuese a comer algo en la cafetería y que volviese. Que su amigo, uno de los guardias iría conmigo para que no me saquen del hospital.

Debía verme muy mal, aunque ella no lo dijo. Ayer había llorado después de enterarme de todo, aunque no sabía porque o por quien estaba llorando exactamente. Si por la decisión que debía tomar o porque estaba perdiendo a Dan. Tal vez todo dolía demasiado y mis sentimientos se mezclan al no comprender que era lo que más dolía o lo que necesitaba para seguir.

― Dan ― me acerque una vez salí del baño después de limpiarme la cara― ¿Cómo puedo desahogarme si no sé dónde duele? ¿Y si caigo? No creo tener fuerzas para salir de ahí, no desde que no estas. ― tome su mano― Como desearía que no estuviese ahí. Ojalá pudiéramos cambiar de lugar.

Le hice caso a la enfermera y bajé a comer algo. No me tarde tanto tiempo, menos de diez minutos. Cuando llegue a su habitación habían cambiado la silla que tenía antes por una que parecía más un sofá. Miré a mí alrededor y vi la sonrisa de la enfermera de la mañana, Martha. Si fue ella quien hizo esto, le estaba muy agradecida. Volví a tomar su mano como si tocarlo me sacase de la realidad en la que estaba atascada. Pero me ataco la ansiedad de no saber qué hacer cuando Dan desapareciera completamente de este mundo.

― Voy a estar más perdida de cómo me encontraste cuando te vayas. ― hable con la cara viendo las sábanas― No quiero perderte Dan. No quiero que te lleves esa parte de mí que comenzaba a ver el mundo diferente. Parecía que sabía dónde estaba, como si respirar pasara a un segundo plano. 

Another loveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora