Capítulo 22: Descubiertos

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Sólo habían tres personas capaces de entrar sin pedir permiso: Evan, Dorian y Asher y para mi gracia o desgracia, fue Asher quien entró quedandose sorprendido por lo que acababa de presenciar. No se porqué, pero me sentía tan avergonzado como si hubiera sido Evan quien nos descubrió.
Volviendo a la realidad, aparté a Larion hacia un costado y miré a Asher aún intentando calmar mi vergüenza.

-Asher ¿qué te trae por aquí tan de repente?

Fue lo más fácil que pude formular en tal penosa situación.

- Yo... bu-bueno. Me enteré de todo lo que te a sucedido hasta ahora y me preocupé... por eso intenté terminar todo el trabajo posible y venir. Lamento si los interrumpí, por favor, sigan.

La vergüenza también era notoria en el pequeño santo, también podía ver un destello de dolor lo cual me hizo sentir extraño.

-No, no tienes que disculparte, éste es Larion, mi nuevo escolta, quien por cierto ya se iba ¿verdad?

Larion me veía incrédulo y molesto pero no dijo nada unos segundos. Viendo con molestia a Asher, sonrió.

-Así es, mi señor, ya me marchaba.

Me hizo una reverencia y sin siquiera saludar a Asher como corresponde, salió cerrando las puertas detrás suyo.

-Ezra, permite hacerte una revisión de maná por favor.

Fue lo primero que dijo para luego extender su mano hacia mi la cual tomé en poco tiempo y sentí el cálido y relajante poder divino recorrer mi cuerpo.
De pronto, algo vino a mi mente "Ezra" no lo oía hace mucho ¿estará bien? ¿Dónde está ahora? ¿va a volver? Son sólo algunas de las preguntas que tengo ahora mismo.
Había sido poco tiempo pero me acostumbré tanto a su voz tímida y a su compañía invisible que le hechaba de menos.

Lo que logró sacarme de mis pensamientos fue el dejar de sentir aquel poder cálido por mi cuerpo y por consecuencia la calma se fue con aquel poder.

-Todo está en orden a excepción de que tu maná es... mucho menos que la última vez que lo sentí ¿Qué sucede con tu salud, Ezra? ¿qué es lo que estás tan centrado en ocultarme?

Miré de forma inexpresiva a Asher por unos momentos, usualmente se parecía a un niño pero ahora, se veía como un cachorro al que le quitaron su hueso favorito lo cual me hacia sentir molesto y algo enternecido.

-No te oculto nada, son... cosas que pasan a los Briefadel llegada cierta edad. Es inevitable pero mejoraré con el tiempo.

Los asuntos de los Briefadel, quedaban dentro de los muros del Ducado Briefadel, por ello Asher no tenía forma de comprobar si lo que decía era cierto o no, amenos que le pregunte a Evan en persona cosa que dudo ya que parece tenerle miedo.

Basta decir que no le convenció en lo absoluto lo que dije, en lo que si le convencí fue en ir a tomar el té mientras nos poníamos al día.

Resumen de la charla de 2 horas con 25 minutos:

Asher se encontraba muy ocupado por la organización del festival del ciervo azul. Era una festival organizado por la Iglesia y la familia imperial en conjunto para que la gente crea que están en buenos términos pero todo es una simple fachada. La Iglesia y la familia imperial están siempre en conflicto porque tienen la misma cantidad de poder pero una siempre intenta someter a la otra sin conseguirlo.

Este festival marca el inicio del invierno según una leyenda que sería muy larga de contar.

Después de aquello le expliqué sin mucho detalle y obviando cosas, mi día a día hasta el momento en que el se tuvo que marchar lo cual agradecí de cierta forma, ya no quería seguir tratando con gente.

Suspirando con cansancio, volví a la gran mansión donde una sirvienta me indicó el inicio de la comida. No tenía apetito así que dije que iría a dormir primero a lo que ella aceptó y dijo que iba a comunicárselo a Evan.

Me dirigí directamente hacia mi habitación estando más relajado una vez estuve dentro pero la paz no duró ni cinco segundos.

- Por fin vuelves, tu hermano me estuvo haciendo la vida imposible.

Luego de recuperarme del susto lo miré de forma iracunda.

-Seguramente te lo mereces ¿por qué me besaste? Bastardo.

-Primero, no te atrevas a llamarme bastardo otra vez, la paciencia es una virtud que no poseo.
Además, te dije que tenías algo interesante así que debía probarte.

Comentó Larion restando importancia la situación lo cual solo me enojó más.
En medio del enojo las palabras de Asher vinieron a mi mente:

-Todo está en orden a excepción de que tu maná es... mucho menos que la última vez que lo sentí.

¿Larion tomó de mi maná? ¿A eso se refería con probar?

-¿Acaso eres una maldita sanguijuela? ¿Por qué demonios tomaste mi maná?

-Como te decía, quería probarte y déjame decirte algo.

Se acercó tres pasos a lo que yo retrocedí cuatro.

-Tu maná sabe delicioso, es la primera vez que siento algo así, es como... Una fusión de sabores. Por desgracia, tu maná era muy poco como para seguir tomando.
¿A caso nuestro duque tiene una enfermedad de muerte?

Ya no sabía que creer con respecto a las enfermedades así que en medio de mi histeria respondí sin pensarlo mucho.

-¿y qué si tengo algo terminal? No es como que te importe y tampoco quiero que lo haga, después de todo te contraté para que me protejas de la gente no de enfermedades y mucho menos quiero que sientas pena por mi.
Ahora déjame sólo, no quiero ver a nadie.

Mi respuesta parecía haberle sorprendido, su expresión demostraba que probablemente sólo intentaba burlarse de mi pero había terminado en verdad.
Nisiquiera me respondió y se fue, cosa que agradecí ya que no quería tolerar ninguna de sus respuestas sarcásticas.
Me desvestí y me puse prendas más cómodas para luego acostarme en mi cama mirando el techo unos minutos.
Me sentía decaído pero logré dormir finalmente.

¡Voy a hacerlos caer!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora