Capítulo 32: ¿Las cosas mejorarán?

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~Narración de Ezra~

Las cosas se ponían un poco mas complejas con el pasar de los días.

Asistí al festival en compañía de Larion y gracias a eso me volví consiente de muchas cosas. Siento atracción por él pero me jode el hecho de no saber si él sólo está jugueteando conmigo.
Eso hizo que me levante de mal humor y me deje preparar por los sirvientes.
Todo estaba muy movido gracias a la prisa que había por preparar las cosas para el viaje hacia el Imperio de Albania.
Quería distraerme de pensar tanto en Larion así que personalmente me encargué de supervisar las preparaciones. Maletas, comida, dinero, personal, sólo llevaba lo estrictamente necesario.
No iba allí para turistear (es broma, aprovecharía cada maldito segundo como descanso) pero debía aparentar gracia y lujo ya que, si, Albania era un imperio que requería dinero para tener respeto. No iba a ser muy bueno llevar muchas cosas que no son para regalo así que debo llevar poco y comprar mucho allí para demostrar mi interés en el lugar.

El viaje en carruaje no me emocionaba para nada pero tan solo pensar en visitar un lugar nuevo me emocionaba, ya que era algo que jamás pude hacer en mi mundo.
Dejé el pensamiento de lado cuando una sirvienta corrió hacia mi y al llegar me reverenció.

-Duque, tiene un invitado. No se a presentado pero dice ser un enviado de su Majestad el Emperador e insiste mucho en verlo.

-Bien, llevalo al salón y llama a Larion. Dile que se quede custodiando la puerta en caso se que yo le pida entrar.
Antes de ir tomé un vaso de agua para tragarme mi ansiedad. Todo lo relacionado a la familia imperial era un completo problema y eso me estresaba.
Al caminar hacia el salón, Larion ya se encontraba custodiando la puerta, la cual abrió ni bien me vió llegar para dejarme pasar.

Tomé aire y entre a la sala donde estaba sentado un hombre encapuchado que tomaba el té. Definitivamente un noble por la gracia que tenía al hacer algo tan simple como tomar de una taza.
Me senté frente a él y lo vi hacerme una reverencia.

-¿A qué se debe tanto misterio? No eres un simple enviado del emperador si buscas con tanto empeño mantenerte oculto.

-En algo tiene razón, no soy para nada simple, pero si fui enviado por el emperador.

En silencio lo vi quitarse la capucha, poco sorprendido por ver quien era.

-Duque Athal Winchester. Es una sorpresa verte aquí. Pero más que el enviado del emperador... pareces ser el del príncipe.

-A pesar de tus palabras, Briefadel, no pareces nada sorprendido. Y no miento, fue su majestad quien eligió mandarme a mi a cuidarte.

-Supongo que su majestad aún no se entera de que tengo un guardia personal pero agradezco su amabilidad.

-Si estás tan agradecido, espero no me rechaces.

-Oh, por supuesto que no lo haré. Me sentiré mejor al saber que tengo otra persona que me acompañe en el viaje.

Hablé sonriente, cosa que obviamente lo molestó, ya que le dejé en claro que no lo veía como una protección, más bien como una carga.

-Como el Duque Athal sabe, tengo muchísimas cosas que preparar por el viaje y supongo que usted también así que espero me disculpe.

-No es ninguna molestia, simplemente es sorprendente que el duque se encargue personalmente de estas cosas. Le recomendaré un sirviente que si sea competente.

-Oh, no se moleste, lo hago porque me gusta hacerlo. Ya sabe, el Duque Briefadel no es como el resto de nobles.

Dije por último, dejándole en claro que no era uno mas de la nobleza.
Abrí la puerta y me retiré a la zona donde preparaban todo, junto a Larion.

Se que te diste cuenta que fue enviado para que el príncipe y el emperador sepan cada paso que damos.

Claro que lo sé, pero no le voy a dejar salirse con la suya.

-Larion.

-¿Si, Duque?

Habló un tanto indiferente lo cuál me enfadó más.

-El Duque Athal Winchester vendrá con nosotros en el viaje. Mantén el perfil bajo y tratalo con respeto. Vendrá a vigilarnos a todos así que encargate que nada de relevancia llegue a sus manos.

-Será un placer.

Pídele un beso, desde el festival no te a besado y yo estoy muy débil ya que el nos daba de su fuerza. Si no lo haces, se lo pediré yo.

De ninguna manera Ezra. Yo te quiero, pero buscaremos otra cosa.

-Una última cosa.

Un poco en pánico escuché salir mi voz contra mi voluntad, era Ezra nuevamente.
Me hizo voltear y encararlo, nisiquiera pude apartar mi mirada de esos intensos ojos lilas.

-No me has besado ¿a caso ya no planeas hacerlo?

Mis mejillas estaban rojas de la vergüenza y quería correr pero Ezra no me dejaba.
La expresión de Larion era de completa sorpresa para que finalmente sonriera de forma coqueta como siempre.

-Jamás pensé poder presenciar esto pero... no me desagrada.

Descaradamente puso su mano en mi cintura y sólo entonces Ezra me devolvió el control. Ni bien iba a protestar, sujetó mi mentón con delicadeza y me besó.
Estaba sorprendido, este beso no era salvaje ni apasionante como los otros, era un beso dulce, suave y lento.
Era como descubrir un nuevo placer.
Ni bien reaccionar, luché contra mis pensamientos y lo abracé por el cuello disfrutando el momento ya que por un momento, sentí el amor de Larion a través de ese beso.

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Lo prometido es deuda.
Otra aclaración. Lo sucedido en el festival será puesto como capítulo especial para la siguente actualización.

¡Voy a hacerlos caer!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora