Capítulo 37: Serás mi concubina.

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~Narración de Ezra~

Fuera todo era un caos y no había una sola pista de Larion. Frustrado terminé de cambiarme y me dirigí a su habitación. Nisiquiera me molesté en tocar y entré sin más. Para mi sorpresa estaba dormido y no de una forma... normal. Tenía puesto su uniforme y aparentemente ni bien se lanzó a la cama ya se quedó dormido.
Pensaremos en ello luego.

-¡Larion!

Lo vi pegar un salto muy cómico, estaba completamente en guardia. Aparentemente no durmió bien y era reflejado en su rostro de enfado; expresión que lo hacía ver realmente sexy.
Aclaré mi garganta y lo miré a los ojos manteniendo mi postura recta para evitar sentirme intimidado por su enojo.

-Te ves realmente mal ¿no pudiste dormir bien?

Me di cuenta tarde que mi preocupación ganó a lo que realmente importaba.

-No pude dormir bien por algunas... pesadillas.

-Lamento saber sobre ello... entonces ¿por qué no...

Nisiquiera fue necesario que termine la frase ya que el lo hizo.

-¿Por qué no fui a verte? No sabía que Ezra y yo nos habíamos vuelto tan cercanos como para hacernos visitas secretas en la madrugada ¿que dirán los sirvientes si supiesen lo indecente que te vuelves cuando estamos a solas?

No es necesario mencionar la vergüenza que se apoderó de mi ser en esas frases.
Tomé aire y me di la vuelta para ir me porque sabría que me detendría.

-Nisiquiera se porque me preocupó por ti.

Como supuse tomó mi muñeca evitando mi escape. "Indignado" me di la vuelta para verlo directamente a los ojos.

-Bien, bien. Dejaré de jugar.

Mencionó mientras acariciaba mi mejilla con una delicadeza que no solía demostrar. Esta pequeña acción lograba quitarme el sabor amargo de mi encuentro con Athal.

-No podía ir sin más y despertarte, se que el estrés del viaje reduce tus horas de sueño más de lo habitual.

Hasta ese momento no sabía que Larion estaba tan al pendiente de mi por lo cual sin quererlo me sonrojé. Tomé valor y nuevamente miré esos hermosos ojos violeta.

-No importa, la próxima vez que pase, ven conmigo. Podemos tomar algo de té y hablar hasta que te sientas mejor, era algo que solía hacer con... mi hermano y te aseguro que funciona.

~Narración de Larion~

Nuevamente Ezra decía cosas sinsentido, un pequeño mago cuya magia nisiquiera tenía el nivel para hacerlo inmortal pensaba que podría dejar que le muestre mis debilidades. Era cómico y daba pena al mismo tiempo aún así no podía negar que internamente me sentía conmovido por sus palabras.
Di palmadas a su cabeza y soltandolo acomodé mi ropa.

-Bien, lo haré si vuelve a ocurrir pero, no viniste a verme por eso ¿verdad?

-Cierto, tienes razón. Apareció un círculo mágico gigante a unos metros de la entrada a la mansión. Los que lo investigan estaban diciendo que la magia parecía ser compatible a la del archimago pero ¿cómo es eso posible? El archimago desapareció hace años y nunca tuve la oportunidad de siquiera saber como era.

-Quien sabe, tal vez te estuvo observando y decidió ayudarte.

-De ser así me sentiría realmente feliz y honrado pero mientras tanto no sabemos el porqué. Lo único que se es que debo pensar en la excusa que le podría dar a la familia imperial.

Había olvidado ese pequeño detalle, la asquerosa familia imperial. Este portal le traería poder a Ezra pero también muchos conflictos con esas sanguijuelas por el dominio del mismo. Supongo que tendré que intervenir en su debido momento.

-Bien, dejemos eso de lado por ahora. En cartas anteriores su majestad el emperador mencionó que por ningún motivo podríamos retrasar nuestra llegada a Albania y usaremos eso a nuestro favor. Desayuna y partiremos de inmediato.

Nisiquiera me dió tiempo de responder cuando el pequeño duque ya se había ido. Supongo que en cierta parte hice genial mi trabajo.
Sabía que Ezra no era paciente y no quería que la pequeña bola de 1,77 metros se abalance sobre mi por tardar.

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Una vez comprobaron que el portal era seguro fuimos transportados directamente a una ciudad de distancia de donde estaba el límite con Albania. No soy un idiota, sabía bien que no podía colocar el otro extremo del círculo mágico dentro de otro imperio por que probablemente seríamos ejecutados ni bien aparescamos.

El camino restante lo hicimos en carruaje y duró alrededor de dos horas.
Una vez llegamos a la entrada al imperio, fuimos recibidos personalmente por su primer ministro.

~Narración de Ezra~

-Primer ministro Deutrich, es un honor al fin conocerlo.

Lo vi reverenciarme y luego estreché su mano como una forma de dar a entender que no me consideraba superior a él por lo cual su gesto de sorpresa no se hizo esperar.

-Por favor, venga por aquí su alteza. Su majestad el emperador y su majestad la reina están ocupados con la organización de su banquete de bienvenida por ello su alteza el príncipe heredero Ilial le acompañará en su recorrido por la capital de Albania.

De allí pensé que todo iría normal. Sabía que los gobernantes de Albania no me tomaban en serio por eso no acudieron ellos mismos aún así me daban la "debida importancia" al mandar a su primer ministro y próximamente a su príncipe heredero.

Nos instalamos en el palacio imperial y me llevaron por separado a mi habitación donde me dejaron con mis maletas. Sabía que los demás sirvientes debían estar ocupados así que empecé a desempacar hasta que alguien abrió la puerta de mi habitación de un solo golpe.
Confuso volteé a ver y vi a un hombre realmente guapo. Era alto y de tez morena, contrario a las personas de mi imperio ya que en Albania reinaba el verano. Su cabello era negro y sus ojos parecían ser de un verde puro como las esmeraldas. Me miró fijamente en silencio para luego acercarse a mi y tomarme de las manos.

-Tu serás mi nueva concubina.

¡Voy a hacerlos caer!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora