¡Voy a hacerlos caer!

Capítulo 47: Semilla

~Narración de Ezra~

Las cosas son mucho más difíciles ahora ¿Que pasará de ahora en adelante?

-Señor dragón... disculpe que pregunte pero.. ¿Cómo es eso de que yo convivo con el fragmento faltante? ¿Y dónde están mis hombres?

-Es algo muy sencillo cachorro, pero si tu no te das cuenta, yo no puedo decirte nada más.
Y Respondiendo a tu otra pregunta.

El dragón me hizo una señal con la cabeza para que me acerque a una especie de lago. Al asomarme y observar podía ver del otro lado a mi ejército. Parecía que el lago era como una puerta mágica que nos separaba de ellos.

Estaban preocupados y parecía que la niebla seguía allí ya que estaban desconcertados y gritando intentando encontrarse pero yo no podía ver la niebla.

-La magia del dragón es superior a la de cualquier humano. La niebla que veían causa alucinaciones mientras más tiempo te quedas en ella. Es para evitar que cualquier ser que no viva aquí, llegue el corazón del bosque. Allí hay un gran árbol capaz de sanar heridas mortales y maldiciones. Pero sólo gente permitida por la junta de dioses puede obtener una fruta de allí.
Veo que sigues preocupado por ellos así que vamos, si entras al lago podrías salir del otro lado, donde se encuentran ellos.

Estaba ansioso pero no tenía forma de dudar de sus palabras. Parecía ser alguien importante para el y no me mentiría así que lentamente me adentré al agua aguantando la respiración.

-Puedes respirar cachorro. Es un lago mágico, no te ahogarías.

Decidí confiarme y tomé una gran bocanada de aire estando ya dentro del agua y sorprendentemente podía respirar oxígeno sin problemas.

-Vaya... nisiquiera mi ropa está húmeda.

-Es fantástico ¿verdad?  Aún así es magia muy sencilla.

No tardé en traspasar el lago y cuando salí del otro lado, la niebla se disipó por completo y capté la atención de todos los soldados quienes dejaron de gritar y pelear.

-Todos estén tranquilos. Lo que acaban de presenciar fue la magia del dragón. La niebla evitaba que los humanos se acerquen más para evitar dañar el bosque, sus tesoros y seres mágicos.

Nadie parecía contradecir mis palabras al ver la "iguana" en mi hombro aunque podía ver la duda en sus miradas.

-Deberían confiar más en su amo. Lo toman como un loco cuando los que estuvieron alucinando fueron ustedes .

-¿L-la lagartija está hablando?

Preguntó un caballero con desconcierto y por lo que se veía era la pregunta que tenían todos.

-Cuida tus palabras humano, soy el gran dragón que custodia este bosque. Mi forma se debe a que prefiero mantener la tranquilidad de tu amo que a causarles terror y que ustedes vean mi poder.

Ante la mirada severa de la lagartija en mi hombro, uno a uno los caballeros se arodillaron y para mi sorpresa eso incluía a Larion.

-El maestro ha sido elegido por el gran dragón. Está destinado a reinar en este imperio.

-Mantendremos nuestra lealtad eterna al Duque como lo hicimos en nuestro primer juramento.

-¡Era de esperarse de la noble casa Briefadel!

-La casa Briefadel siempre tuvo más influencia que el mismo emperador y eso lo asusta.

Lentamente más y más voces de caballeros se unían a esas afirmaciones. No tenía duda de su lealtad ya que probablemente fueron los únicos que lloraron y vengaron a Ezra. Todos en el ducado estaban en contra del Emperador desde el principio por las injusticias que hacía contra la familia Briefadel y su gente.

-Por favor, levanten la cabeza. El poder que la familia Briefadel posee ahora mismo, no sería posible sin las personas como ustedes que siempre nos han apoyado. Sin importar la situación difícil, se unieron a nosotros  como una gran familia. Porque de eso se trata nuestro ducado, del trabajo en equipo, de estar mano a mano, simportar el género o estatus. Porque todos somos uno mismo. No hay cabida para la inferioridad o superioridad en nuestro hogar. Juntos como hasta ahora lograremos quitar del mando a aquel tirano que nos ha hecho arrastrarnos y suplicar por algo que siempre fue nuestro.

Los gritos de los soldados demostraban su apoyo a la causa. La semilla de la rebelión ya fue sembrada dentro del ducado ahora solo había que mantenerla y regarla para tener una abundante cosecha.

-Debo asistir al castillo del emperador para informar lo sucedido aquí. La exploración del terreno no será necesaria ya que el gran dragón será más que suficiente para mantener al margen el emperador. Ustedes deberán volver a la mansión y asegurarse de que el orden se mantenga. Por un tiempo estaremos ante la atenta mirada del emperador así que confío que mantendrán cualquier imprevisto y rumor bajo control. Están aquí porque tengo plena confianza en ustedes. No me defrauden.

Luego de aquello fuimos guiados a donde estaban los caballos. Junto a ellos los caballeros volvieron a casa mientras que Larion y yo íbamos al palacio.

-Es sorprendente... el pequeño Duque tiene mucho bajo la manga como para ser capaz de tener en su hombro a un dragón.

-Hay mucho de mi que aun no sabes Larion~ pero tendrás tiempo de descubrirlo.

Me sentía extrañamente nervioso hasta que recordé del pendiente que quería regalarle.

-Cuando estuvimos en Albania, el príncipe heredero me llevó al festival nocturno y allí compré esto.

Tragando el nudo en la garganta que se me formaba por vergüenza le extendí la cajita a Larion.

-Cuando la vi no pude evitar recordarte. Me gustaría que lo tengas. N-no es necesario que te lo pongas, sólo... me gustaría que al menos lo conserves.

-No... la usaré con gusto y la atesoraré. Después de todo, es un regalo que tu me estás dando.

Incrédulos el dragón y yo nos miramos, luego miramos a Larion. Esa reacción no la esperaba de su parte pero no podía negar que estaba realmente feliz.